Una India olvidada por nuestra diplomacia
La visita del Presidente Donald J. Trump a India subrayó el papel del “otro gigante asiático” en el escenario internacional. Washington ha rebautizado el Asia-Pacífico como Indo-Pacífico. Este será el siglo de Asia, lo que quiere decir el siglo de China y de India. Con un PIB de 2,7 billones de dólares, un crecimiento del 7% en 2018, y un ingreso per cápita de US$ 7.800 dólares en PPA, India es un “peso pesado”. Su población superará a la de China antes de 2030. En 2050, India estará entre las tres mayores economías, junto a China y a los Estados Unidos.
Uno pensaría que el gobierno y el sector privado desplegarían ingentes esfuerzos por posicionar a Chile en ese país-continente. Ello no es así. La única buena noticia en la relación con India en el pasado reciente es la ampliación en 2016 del Acuerdo de Alcance Parcial (AAP) entre ambos países firmado en marzo de 2006, a 2.800 productos (los TLC incluyen 10.000). En la última década, Chile ha vuelto a su postura tradicional, de prestar poca atención a India. En marzo de 2013, una visita presidencial a Nueva Delhi fue cancelada a última hora. Ahora, con la crisis del coronavirus en China, se señala que Chile debe diversificar sus exportaciones. India representa un mercado enorme y número puesto para ello. Sin embargo, la miopía en la materia ha sido extraordinaria.
Durante más de medio siglo de vida independiente de la India milenaria, ningún Presidente de Chile visitó India, pese a que la Primer Ministro Indira Gandhi visitó Chile en 1968. En 1998, incluso una visita presidencial a India programada y con fecha, fue cancelada sin motivo aparente. Fue solo en la primera década de este siglo que esto cambió. El Presidente Lagos realizó la primera visita presidencial a India en enero de 2005; en 2006 se firmó el AAP entre ambos países; en 2008 la Presidenta india Pratibha Patil realizó una visita de Estado a Chile; ella fue correspondida por la Presidenta Bachelet en 2009.
Entre 2003 y 2007, las exportaciones de Chile se decuplicaron, pasando de US$ 230 millones a US$ 2.200 millones. Tanto la fruta como el vino chileno penetraron el mercado indio. Este mercado no es fácil, y el gobierno del Primer Ministro Modi, electo en 2014, ha subido la tarifa promedio a la nación más favorecida a un 17%, una de las tasas más altas de la OMC.
Hay esfuerzos por ampliar de nuevo el AAP, pero mientras no reflejen una voluntad política al más alto nivel, difícil que fructifiquen. Catorce años después de la firma del AAP, las exportaciones de Chile a India han bajado, de US$ 2.200 millones en 2007, a US$ 1.319 millones en 2018. Estas cifras reflejan un problema serio.
Chile no está haciendo lo que debe con una de las grandes potencias del nuevo siglo.
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