Una legislación laxa

SEÑOR DIRECTOR
La disciplina de la economía comienza con la observación de que vivimos en un mundo de recursos escasos y el agua es uno de ellos. La ley de la escasez obliga a todas las sociedades a tener algún mecanismo de racionamiento para distribuir recursos entre los consumidores. Así, el Estado se convierte en un medio para facilitar el racionamiento al crear, definir y proteger los derechos de propiedad.
En el caso de un monopolio natural como Essal, el derecho de propiedad es un derecho de explotar la concesión que el monopolista se adjudica mediante una licitación del Estado, que debería ser realizada y ejecutada de manera eficiente y prolija para garantizar que al actor más idóneo y apto para brindar el vital servicio le sea adjudicada la concesión.
Generalmente son monitoreados de cerca para asegurarse de que no haya un comportamiento abusivo en el que los consumidores no logren un trato justo. En el caso particular de la distribución de agua en Osorno, el monopolio Essal ha sido susceptible de actuar ineficientemente y, en ocasiones, también de manera negligente, sobre todo si no es debidamente regulado y supervisado para garantizar un desempeño a la altura de un servicio tan básico como lo es el agua potable.
Si la legislación es laxa y permisiva, el monopolista puede verse tentado a no hacer las inversiones o tomar los resguardos necesarios para garantizar el suministro ante los riesgos de falla humana o imponderables del entorno, abusando de su posición dominante. Por ello, los gobiernos deben tener leyes y normativas que garanticen que el desempeño del monopolio natural sea el esperado y, al menos en teoría, vigilarlo de cerca para que no se aparten de la norma.
Fernando Yanine
Director de Investigación Facultad Economía y Negocios e Ingeniería
Universidad Finis Terrae
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