¿Una solución?
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SEÑOR DIRECTOR:
Me preocupa la propuesta de “solución” para la toma de San Antonio. Si cada persona será socia de una cooperativa que funcionará por años, su modelo de gobernanza debe definirse con antelación, ya que esto va más allá de la compra del terreno.
Según los sondeos, cerca del 75 % de los pobladores participaría en la compra, lo que deja abiertas varias interrogantes: ¿Cómo se votarán los hitos del proyecto? ¿Qué ocurrirá con los costos adicionales, como la urbanización? ¿Qué pasará si alguien deja de pagar? Y respecto del 25 % restante, ¿se establecerá un protocolo de expulsión o se recurrirá a la justicia? ¿Cambia este escenario con otro modelo de gestión? Difícilmente.
Estas preguntas no son menores cuando hay más de cuatro mil familias involucradas.
En una de las tomas más grandes del país, innovar sin planificación no parece responsable, considerando que la comisión técnica estará encargada de negociar las condiciones de venta, precio y garantías del terreno, y no de definir la estructura de la cooperativa, que deberá ser sostenible por años.
Lamentablemente, una vez más, la urgencia se impone sobre la gestión. Ya ocurrió con el incendio en Viña del Mar y con el estancamiento del plan habitacional, donde la apuesta por “innovar” no ha dado resultados.
Ignacio Aravena
Economista urbano, LSE. Investigador Fundación Piensa
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