SEÑOR DIRECTOR:
El cambio de horario en Chile, que adelanta nuestros relojes una hora, suscita dudas sobre su verdadera eficacia. Mientras que otros países están reconsiderando esta práctica por sus efectos cuestionables, es momento de preguntarnos si realmente es beneficioso mantenerla.
El supuesto ahorro energético es cada vez más debatible. Estudios muestran que los beneficios son mínimos o inexistentes. Además, el impacto en la salud es significativo: los cambios en el reloj biológico afectan el sueño, especialmente en niños y adultos mayores, aumentando el riesgo de fatiga, irritabilidad y problemas de concentración.
Más allá de la salud, el cambio de hora también afecta la economía. Los sectores más vulnerables, como el comercio y la agricultura, enfrentan desafíos logísticos que a menudo superan cualquier supuesto beneficio económico.
Es tiempo de abrir un debate sobre si esta práctica sigue teniendo sentido en nuestra sociedad. ¿Realmente vale la pena continuar con una tradición cuyos beneficios no están claros y que genera tantos problemas? Evaluar alternativas, como mantener un horario fijo durante todo el año, podría ser una solución más lógica y coherente.
Necesitamos una discusión informada, basada en evidencia, para decidir si el cambio de horario es una medida que deberíamos seguir adoptando.
Rodrigo Rojas-Andrade
Escuela de Psicología, Usach
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