Valoración al rol de Carabineros

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Frente a la sensación de inseguridad, la ciudadanía ha vuelto a valorar el rol de la policía; por ello preocupa que en algunas zonas se observe una caída en el número de carabineros destinados a labores de patrullaje.



El último estudio de opinión pública de Cadem mostró que la valoración ciudadana de Carabineros ha experimentado un importante incremento, tal que el 73% aprueba el trabajo de la institución. Ello supone un aumento de 19 puntos en lo que va de 2022, llegando al nivel más alto de los últimos seis años. Una tendencia similar se observa en todas las ramas de las Fuerzas Armadas.

La mejor percepción del rol que desempeñan las Fuerzas Armadas, Carabineros y la PDI parece estar directamente correlacionado con lo que a estas alturas emerge como la principal preocupación de la ciudadanía, esto es, el temor a ser víctima de un delito y el mayor aprecio por el orden público. Es un hecho que la sensación de inseguridad -un fenómeno que cruza transversalmente a toda la sociedad- así como los actos de vandalismo o saqueo están deteriorando cada vez más la calidad de vida de los chilenos, por lo que es natural que la mirada se vuelque hacia aquellas instituciones encargadas de brindar seguridad, especialmente el caso de Carabineros.

Las demandas por mayor seguridad y orden público han traspasado a estas alturas las fronteras ideológicas, para transformarse en una causa que incluso aquellos sectores políticos que tradicionalmente fueron refractarios al rol policial, hoy ya no lo discuten. Esto ha sido particularmente evidente en el gobierno, donde el tono crítico hacia el actuar de Carabineros ha sido reemplazado por muestras de amplio respaldo a su quehacer.

El giro que se ha visto tanto en la ciudadanía como en la autoridad es alentador, porque en la medida en que la policía se sienta más respaldada en su actuar -y su autoridad no se siga debilitando- hay más posibilidades de que pueda ejercer su función de forma más eficiente y satisfacer las expectativas de la población. Este buen momento debe ser aprovechado para llevar adelante todas aquellas modernizaciones que apunten a mejorar su quehacer.

La mayor presencia de Carabineros en las calles es una de las demandas más acuciantes de alcaldes y vecinos; por lo mismo, resulta particularmente preocupante que esa dimensión pudiera no estar siendo satisfecha con los estándares que se esperaría, tal como lo reveló una investigación de este medio, en la que se dio cuenta de que en la Región Metropolitana se ha observado una caída de 27% en el número de funcionarios destinados a labores de patrullaje. Si en 2019 se registraba un total de 4.531 funcionarios para dichos efectos, el primer semestre de este año la cantidad se había reducido a 3.266. Vale decir, de 57 policías por cada 100 mil habitantes, se llegó a solo 39 por cada 100 mil. La disminución ha golpeado a todas las comunas de la región, sin distingos socioeconómicos, pero es inquietante que localidades como San Ramón y La Granja, con altos índices de vulnerabilidad social, figuren entre las más afectadas.

Es fundamental que las razones del fenómeno se despejen a cabalidad y con total transparencia, pues de esa forma será posible saber qué aspectos concretos deben corregirse y dónde han estado las fallas. Si efectivamente las causas responden sobre todo a renuncias, licencias médicas y vacaciones de funcionarios, como indican algunas voces, entonces es fundamental -entre otras medidas- asegurar el presupuesto suficiente para llenar plazas vacantes o introducir los incentivos necesarios para hacer más atractiva la carrera policial, ya sea por la vía de mejoramiento de remuneraciones o de fortalecer aún más el respaldo político a Carabineros.

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