Viernes Santo y retail

Ventas Comercio
Viernes Santo y retail. Andres Perez


SEÑOR DIRECTOR:

La decisión del retail de abrir sus puertas en Viernes Santo invita a detenernos y reflexionar, no solo desde una perspectiva religiosa, sino también desde una mirada humana, social y ética.

El Padre Hurtado enseñó que el trabajo es una vocación, una expresión de dignidad de la persona y un servicio al bien común. El trabajador no es una pieza en una maquinaria de producción, es un ser humano con cuerpo, mente, espíritu y relaciones, a quien se deben respetar sus derechos adquiridos.

El Viernes Santo, para quienes profesamos la fe cristiana, es un día de recogimiento y contemplación del amor llevado hasta el extremo, es también un día que forma parte del alma de nuestra cultura. Obligar a trabajar en esa jornada, o presionar económicamente para que se haga, es pasar por alto una dimensión de la vida de miles de personas.

Una economía sana es aquella que pone en el centro a la persona humana. Una empresa verdaderamente cristiana -y verdaderamente humana- reconoce que no todo puede subordinarse a la lógica del mercado. El bien común exige a veces detenerse, dar espacio al descanso, al silencio, a la familia, a la fe.

No es oponerse al desarrollo o al dinamismo económico, sino preguntarnos por el tipo de sociedad que construimos, ¿una donde todo se mide en utilidades? La empresa del siglo XXI, junto con ser rentable debe contribuir al bien común.

Invitamos a repensar nuestras decisiones con coraje y responsabilidad. Como decía San Alberto, “la caridad comienza donde termina la justicia”, y la justicia comienza por reconocer el derecho de cada persona a vivir con sentido, especialmente en el trabajo.

María Paz Vega

Directora ejecutiva Fundación Padre Hurtado

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