Opinión

Vocaciones heterogéneas

La política parece encaminarse al Congreso y a La Moneda llevando a cuestas una heterogénea vocación parlamentaria y una única vocación presidencial.

Vocaciones heterogéneas. Dragomir Yankovic/Aton Chile DRAGOMIR YANKOVIC/ATON CHILE

Tomo distancia y observo. El oficialismo se pobló de presidenciables en la misma medida en que sus partidos anticipan un futuro fuera del gobierno. Concluyeron que gane quien gane sus primarias, perderán ante la candidatura opositora. Por eso privilegian su resultado parlamentario. Faltaba que PS y PPD lo sinceraran optando por dos candidaturas del Socialismo Democrático aun sabiendo que separados pierden la primaria. Una negociación no daba mucho, más valía correr solos, ver en la cancha cuánto prende cada una, posicionar figuras y candidatos gracias a las visibilidades de toda campaña y solo recién en vísperas de la elección primaria decidir si una de ellas se baja. El despoblamiento en las primarias de la oposición los ayuda a hacer de este período de primarias un gran foco sobre candidaturas oficialistas.

Si bien en el oficialismo el diagnóstico electoral es transparente, hay poca consciencia de que el gobierno de Boric los ha dejado en el más inhóspito desierto de futuro. El PC sigue anclado en un pasado que le impide desembarazarse ni siquiera de Cuba. El FA debe asumir sus desdecires sobre crecimiento, migraciones, pensiones y AFP, violencia e inseguridad ciudadana, terrorismo y Wallmapu, etc.; o sea, debe asumir -aunque se proclamen “fuerza transformadora”- que lo único transformado en ellos es esa identidad con que llegaron a gobernar. Jara y Winter encarnan nostalgias del pasado. Tampoco lo tiene el llamado Socialismo Democrático, que hace rato renegó de su exitosa obra concertacionista y finalmente se consoló de portazos humillantes, desentendiéndose de ideas y propuestas, para autodefinirse ufano, como experimentado gestor estatal de un proyecto encabezado por otros. No hay propuesta de futuro en la inercia del oficialismo.

Parte de la derecha -republicanos y seguidores de Kaiser- comparte esa convicción de que el próximo gobierno no será de ellos. Solo consideran propio el voto parlamentario que ganen, socavando bases electorales de Chile Vamos y restándose a una primaria. Pareciera ser una derecha no apta para gobernar la diversidad de mayorías democráticas; aprecia más ser minoría principista y excluyente.

En ese cuadro de desinterés presidencialista, solo muestra creer y querer ser gobierno la derecha que encabeza Evelyn Matthei. Es la única que habla de equipos de gobierno en todas las áreas y de acoger mayorías diversas en contraste con la proliferación de discursos de nicho para “progresistas”, “transformadores” o “derechistas no cobardes”. Habla de crecimiento y estímulo a la inversión, orden y seguridad, control migratorio, reducción de listas de espera, educación primaria, reformas económicas y en el Estado, política internacional, etc.

La política parece encaminarse al Congreso y a La Moneda llevando a cuestas una heterogénea vocación parlamentaria y una única vocación presidencial.

Por Óscar Guillermo Garretón, economista

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