SEÑOR DIRECTOR:
Nos causa profunda pena y rabia leer el reportaje publicado por La Tercera, así como el informe de la Defensoría de la Niñez, que dan cuenta de denuncias de vulneraciones sufridas por niños, niñas y adolescentes (NNA) bajo el cuidado del Estado. Nos urge su protección y el bienestar.
Cuando ustedes citan que los casos en familias de acogida muestran un aumento del 185% entre 2021 y 2023, siendo la causa más reiterada las vulneraciones “contra la integridad física o psicológica”, que representan un 69% del total, es importante hacer una precisión. El informe indica que los agresores son principalmente miembros de la familia biológica y de las familias de acogida extensa (madres, padres, abuelos, hermanos). Esto contrasta con el caso de las familias externas (familias voluntarias sin vínculo sanguíneo), grupo al que pertenecemos como asociación.
Si bien no se puede negar que también pueden ocurrir vulneraciones en familias de acogida externas, es fundamental que los procesos de evaluación, formación y acompañamiento contribuyan a reducir significativamente estos riesgos.
Ciertamente, la evidencia presentada demuestra la importancia de asegurar un mejor acompañamiento a todas las familias para evitar nuevas situaciones de vulneración.
Creemos firmemente en la necesidad de contar con un sistema que realmente cuide y proteja a estos niños, niñas y adolescentes, donde se promueva, cada vez más, la posibilidad de que puedan vivir en un entorno familiar.
Queremos alzar la voz de nuestras familias y animar a que más personas se conviertan en familias de acogida, porque el cambio y la protección de nuestros niños, niñas y adolescentes dependen de todos.
Cate Robinson
Presidenta Asociación de Familias de Acogida de Chile
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