Las ensaladas siempre son un gran acompañamiento para un trozo de carne a la parrilla. Si te dicen asado probablemente en tu mente aparecen de inmediato imágenes de una rica ensalada a la chilena, papas mayo, de choclo, entre otros clásicos. Sin embargo, ahora que estamos casi en invierno, algo que tenga un poco más de temperatura no es mala idea, y las verduras asadas son un excelente opción.
Si hablamos de cebolla, el clásico parrillero es aquella envuelta en papel aluminio puesta directamente sobre el fuego, aliñada posteriormente con un toque de aceite de oliva, sal y pimienta. Una delicia.
Pero además de ser un exquisito vegetal, nunca es malo recordar por qué es un alimento saludable y que tiene importantes propiedades y beneficios que aportan a la cuerpo. Esta hortaliza está compuesta por un 89% de agua, 38% de calorías, además de grandes cantidades de nutrientes como calcio, vitaminas A, B, C y E, fibras, fósforo, magnesio, zinc, entre muchos otros, aparte de ser ricas en flavonoides, antocianinas y quercetina. Entonces, ¿por qué no comer más este tipo de cebolla?
INGREDIENTES:
- 4 cebollas rojas moradas y con piel
- Aceite de oliva, para untar
- Sal de mar, para terminar
Para el aliño:
- 80 gramos de nueces (aproximadamente ⅔ taza)
- 10 hojas de salvia, enrolladas y cortadas en tiras muy finas
- 1 cucharada de miel
- 2 cucharadas de vinagre de vino blanco
- 2 cucharadas de agua hirviendo
- 1 cucharadita de copos de chile suave
- 1/2 cucharadita de sal
- Un poco de pimienta negra recién molida
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Unas ramitas de menta, hojas recogidas (unos 15 gramos/½ onza)
PREPARACIÓN:
1. Cortar las cebollas por la mitad sin quitarles la piel. Píntalas con aceite y ponlas con el corte hacia abajo en la parrilla caliente. Ásalas durante unos 12 minutos, hasta que la superficie del corte esté negra y carbonizada, luego darlas vuelta a la cara con la piel hacia abajo y dejar cocer durante 5 minutos más. Debes poder insertar un cuchillo de cocina, pero con un poco de resistencia; que estén ligeramente blandas, pero aún un poco crujientes. Retirar a un plato para enfriar hasta que estén lo suficientemente frías como para manipularlas.
2. Prepara el aliño mientras esperas. Tuesta las nueces al fuego durante unos 8 minutos en una sartén seca, removiendo de vez en cuando. Triturarlas ligeramente, con un cuchillo de lado aplastándolas o con un mortero, y mezclarlas con todos los demás ingredientes del aliño, excepto las hojas de menta.
3. Partir las mitades de cebolla enfriadas en pétalos, desechando las pieles exteriores. Colocar los pétalos con los bordes carbonizados hacia arriba en un plato grande. Justo antes de servir, corta las hojas de menta muy pequeñas y mézclelas con el aliño. Rocía todo sobre los pétalos de cebolla y espolvoree un poco de sal marina para terminar.
4. Para cocinar sin parrilla utiliza una sartén ligeramente engrasada y calentada y cocina igual que lo harías en el fuego, pero cuidado, tu casa se llenará de humo.