Para una shakshouka perfecta no necesitas demasiados ingredientes, pero sí un implemento fundamental: una sartén de hierro fundido. A diferencia de las sartenes convencionales, ésta está hecha a partir de hierro, incluso en la zona de su mango, por lo que es ideal para usar sobre los quemadores, en el horno y para llevar- con cuidado- a la mesa.
Pero si vas a invertir en este elemento, lo ideal es que aprendas a cuidarlo, porque si lo haces te puede durar por el resto de tu vida.
Lo primero es curarlo, para dejarlo listo para las exquisitas preparaciones para las que, de seguro, lo vas a usar. En Directo al paladar entregan algunos consejos para hacerlo:
1. Cubre una bandeja de horno con papel de aluminio y ponla en el nivel inferior.
2. Precalienta el horno a 250ºC.
3. Usando una esponja, limpia la sartén con agua caliente y un poco de jabón neutro.
4. Enjuaga y seca muy bien la sartén con un paño que no deje pelusas.
5. Engrasa toda la superficie con aceite vegetal, de girasol o de oliva, incluyendo el mango, las agarraderas y la parte posterior de la sartén.
6. Pon la sartén boca abajo sobre una rejilla en el nivel intermedio del horno.
7. Hornea durante 1 hora.
8. Apaga el horno y deja enfriar por completo, al menos 3 horas. Retira los posibles restos de suciedad con un papel de cocina .