Pocos platos de aprovechamiento tienen tan buena facha como la shakshuka. Hay que decirlo: un charquicán, un guiso de legumbres o un ajiaco pueden ser una fiesta de sabor, pero por algo no abundan en Instagram ni en TikTok. Sus tonos homogéneos y parduscos, sin colores intensos ni texturas variadas, no invitan a la foto ni menos al reel. Con esta preparación, en cambio, muy popular en Medio Oriente, será difícil empezar a comer sin antes subirla a las stories.

Porque las pretensiones originales de la shaksuka no son estéticas sino prácticas: es un plato económico, contundente y, dentro de todo, fácil de hacer. No necesitas ensuciar más que una gran sartén y puede funcionar como almuerzo, cena o un novedoso brunch de domingo.

Común en casi toda la orilla sur del Mediterráneo, su versión tradicional tiene una larga lista de aliños e ingredientes, algunos no tan ubicables acá, como el baharat, la harissa o el queso feta, pero que se pueden omitir o intercambiar por otros —como el cardamomo, la pasta de ají o el queso de cabra— sin por eso traicionar el espíritu de la shakshuka, que no es otro que untar en grupo, y con una tonelada de pan, las cremosas yemas de huevo con una vibrante salsa de tomate.

Shakshuka

Ingredientes (para 3 personas)

  • 1 lata de tomates en conserva (400 gr)
  • 1⁄2 cebolla blanca o morada en pluma
  • 2 dientes de ajo picados
  • 1⁄4 pimentón rojo en tiras
  • 1⁄2 cucharadita comino en polvo
  • 1⁄2 cucharadita canela en polvo
  • 1⁄4 cucharadita jengibre en polvo
  • 1⁄2 cucharadita pimienta negra molida
  • 1⁄2 cucharadita cúrcuma en polvo
  • 1⁄4 cucharadita baharat (se puede reemplazar con cardamomo y clavo de olor)
  • 150 gramos queso feta
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 6 huevos
  • Cilantro fresco
  • Sal a gusto

Preparación

  1. En un sartén grande, calentar un buen chorro de aceite de oliva y hacer un sofrito con la cebolla, el pimentón y el ajo. Cuando comiencen a ablandarse, agregar el comino, la pimienta negra, la canela, el jengibre, la sal, el baharat y la cúrcuma. Dejar cocinar sin revolver por unos 5 minutos.
  2. Agregar los tomates en conserva sobre el sofrito, revolver bien y dejar cocinar la salsa unos 15 minutos a fuego bajo. Si se siente muy seca, agregar agua caliente en pocas dosis hasta obtener la consistencia deseada. Rectificar de sal y pimienta.
  3. Cuando la salsa esté lista, en el mismo sartén, hacer espacios con la cuchara y agregar en cada uno de ellos un huevo. Hacer este paso lo más rápido posible. Una vez que todos los huevos estén en el sartén, taparlo y cocinar a fuego bajo, hasta que la clara cuaje y esté bien cocida.
  4. Servir en el mismo sartén, con un poco de sal sobre los huevos, queso feta o de cabra desmenuzado por encima y hojas de cilantro fresco. Comer idealmente con pan pita.