Los quiches, una preparación típica francesa, pueden parecer una sofisticada manera de complicarnos la vida. ¿Hace falta realizar tamaña producción —preparar una masa, hornearla, dejarla reposar, dorar los vegetales, mezclarlos con mucho huevo y crema, volver a hornear con la masa y esperar a que se entibie— para comerse un trozo de tarta salada? Pues sí. En esencia, eso es la cocina: invertir mucho tiempo y esfuerzo para satisfacer un momento efímero, que al otro día, o solo unas horas después, tendrá que volver a repetirse.

Pero hacer una buena quiche sí vale la pena: es deliciosa, acepta casi cualquier ingrediente —desde jamón o tocino hasta espinacas, habas e incluso manzanas— y una vez que la dominas se vuelve menos complicada de lo que parece. Puedes hacer tu propia masa, que le añadirá al plato el invaluable sabor del orgullo, pero también comprarla en supermercados, lo que te ahorrará un montón de tiempo y también algo de frustración.

Esta receta de Fernanda Giacaman es a base de zapallo italiano, tomate cherry y queso gruyere, pero también podría ser con zanahorias, berenjenas, champiñones o queso de cabra. Lo más importante es asegurarse de que los ingredientes que uses, especialmente los vegetales, hayan perdido todo su líquido antes de formar parte del quiche, de lo contrario, cuando entren al horno, ablandarán la masa y todo tu esfuerzo se irá a la merde.

Para la masa

• 1 huevo
• 50 cc de agua
• 1 taza de harina sin polvos
• 1 taza de harina integral
• 125 ml de aceite de oliva o mantequilla
• Sal y orégano.

Para el relleno

• 2 taza de tomates cherry (mejor si son de distintos colores)
• 1 cucharada de aceite de oliva
• 2 zapallos italianos pequeños
• ¼ de cebolla morada
• 4 huevos
• 1 taza de leche
• ¼ de taza de harina sin polvos
• 1 taza de queso gruyere picado
• Sal, pimienta y paprika
• Albahaca (fresca o deshidratada)

Preparación

1. En un bol, juntar todos los ingredientes de la masa y mezclar hasta obtener una masa homogénea. En un mesón enharinado, estirar con un uslero. Engrasar un molde redondo —ojalá desmontable— y cubrir con la masa. Pinchar con un tenedor por todas partes y refrigerar por al menos una hora.
2. Precalentar el horno a 200º. Sacar la masa del refrigerador, cubrirla con papel mantequilla, ponerle encima legumbres secas —para que le den peso y eviten que ésta suba— y hornear por 15 minutos. Sacar del horno y reservar.
3. Cortar los tomates cherry en trozos y ponerlos sobre papel absorbente, para quitarles el jugo.
4. En una sartén, con aceite de oliva caliente, agregar el zapallo italiano cortado en rodajas muy delgadas, con sal y pimienta, y cocinar hasta que pierdan todo su líquido. Reservar y hacer lo mismo con la cebolla en pluma.
5. En un bol, batir los huevos, la leche, la harina, sal y pimienta, hasta que esté todo integrado.
6. Agregar una capa de queso sobre la masa pre-horneada, luego una capa con la mitad de los tomates, el zapallo italiano. Añadir la mezcla del huevo y leche y finalmente cubrir con el resto de zapallo italiano, cebolla y tomates. Espolvorear con una pizca de paprika y albahaca, y hornear por 30 minutos o hasta que cuaje por completo.