Ya a mediados de año es importante agradecer por las pequeñas cosas, tales como esos momentos dulces que disfrutamos con nuestros amigos, familia y también en soledad. Un pequeño antojo de media tarde junto al café, o una torta chocolatosa para festejar un cumpleaños, son capaces de sacarnos de la monotonía y llevarnos, dulcemente, a un lugar especial.