No es momento para el descuido. Los últimos últimos años la economía no está pasando por sus mejores momentos. No son tiempos para hacer y deshacer con la plata. No hay descuidarla. Si podemos, tratar de no gastarla, y si hay que gastarla, que sea para lo esencial. Ya hemos visto consejos de cómo ahorrar durante tiempos difíciles, uno de los cuales era anotar todos y cada uno de los gastos que se hacen, con el objetivo de analizarlos y revisar cuál de ellos era evitable o reducible.

Pues bien, eso requiere de una obsesión con las planillas excel o de una disciplina monegasca para registrar cada movimiento, dos virtudes que pocos poseen y menos aún hoy, cuando el dinero es invisible y la mayoría de los gastos se pueden hacer desde el teléfono. ¿Cómo llevar un riguroso registro de algo que no vemos?

El mismo celular entrega una solución. O mejor dicho, una ayuda. Son las aplicaciones para planificar tus finanzas y controlar tus gastos, algo así como un contador-auditor metido en tu bolsillo, que se alimenta con cada compra que haces y te vibra enojado cuando pasaste algún presupuesto, se acerca el día de pagar el arriendo o te queda poco saldo en tu cuenta.

La mayoría de ellas funcionan así: después de instalarla, debes ingresar la cantidad de dinero que tienes en la cuenta que deseas monitorear. Luego, cada vez que hagas un gasto, pagues una cuenta o compres algo, lo anotas en la app, poniéndole la suma que te costó y una categoría, ya sea “supermercado” o “arriendo”. Después de unos días de uso sabrás cuánto has gastado y en qué, conociendo cuáles categorías se llevan la mayor parte de tu sueldo.

Como la oferta de estas apps es abundante —más de cincuenta alcanzamos a contabilizar solo en Google Play—, decidimos probar cuatro de las aplicaciones gratuitas de finanzas personales más populares —todas con más de un millón de instalaciones en aparatos Android y más de 60 mil reseñas— para comprobar cuál es la mejor.

Cómo testeamos

Primero, vimos y leímos decenas de rankings y reseñas sobre estas aplicaciones, con principal atención a los que fueran elaborados en Chile o Latinoamérica. Luego, comprobamos que las apps gratuitas en español que más se repetían en estos listados y comentarios eran cuatro: Monefy, Wallet, Money Lover y Fintonic. Revisamos su masividad —todas con más de un millón de instalaciones, algunas con más de cinco millones— también su valoración —las cuatro tenían más de 60 mil reseñas, la mayoría positivas, con un promedio entre todas de 4.5. Las descargamos, instalamos y probamos durante diez días, utilizando todas sus herramientas y opciones, agregando varios ingresos y gastos.

Qué evaluamos

Todas estas aplicaciones prometen ordenar tus finanzas personales, permitiéndote saber en qué gastas tu dinero y cómo podrías ahorrarlo. Para analizarlas, contemplamos las siguientes categorías:

  • Diseño: Una app ideal para registrar tus gastos debe tener un diseño sencillo pero no aburrido, pues para que nos sea realmente útil tenemos que mirarla a diario. Además debe ser amigable, para no confundirse, aunque no simplona, ya que las finanzas son algo serio.
  • Registro de ingresos y gastos: Este es el aspecto central. Registrar lo que se gana y lo que se gasta tiene que ser sencillo —ojalá automático— y eficiente. Tiene que sentirse como algo importante —¡es mi dinero!— sin que sea engorroso ni latero.
  • Clasificación de gastos: El objetivo es saber en qué gasto la plata, y la cantidad y calidad de categorías y clasificaciones que tenga la app hará más fácil cumplirlo. En este aspecto, más es mejor.
  • Notificaciones: Puede ser que con el grupo familiar de WhatsApp ya tengas suficientes notificaciones para esta y tu próxima vida, pero estamos hablando de tus gastos y es importante que la app te avise cuando te queda poca plata o se acerca el día para pagar el arriendo.
  • Seguridad: ¿Protegen mis datos? ¿A quién se los dan? ¿Tiene contraseña para que nadie más vea todo lo que me gasté en Morochas la semana pasada?
  • Planificación: Quizá la mejor herramienta para promover el ahorro es hacer presupuestos y planificar los gastos. Ponerse límites y tratar de cumplirlos.

Opción Práctico: Wallet

La aplicación Wallet, disponible para Android e iOS y desarrollada por la fintech checa BudgetBakers, es la mejor opción para quien quiere no solo llevar un registro acabado de sus gastos sino que además conseguir ahorrar algo de dinero en el camino. Su versión gratuita entrega muchísimas opciones para clasificar, categorizar, planificar y proyectar gastos, los que deben ser registrados manualmente. Su versión premium, que cuesta $2.100 mensuales —y $29.300 la suscripción vitalicia—, permite sincronizarse directamente con el banco, haciendo que los ingresos y gastos en la cuenta corriente se registren automáticamente. En Chile, esta opción es por ahora válida solo con los bancos Santander, Security, BCI y Banco de Chile.

No destaca por su diseño pero sí por la posibilidad que entrega de personalizarlo. Se puede ordenar la app de la forma en que uno quiera, visualizando antes los gastos o los ingresos, las deudas o los gráficos de cómo todos ellos han cambiado en el tiempo. Sus muchas opciones pueden agobiar al comienzo pero están bien distribuidas en diferentes menús.

Así se ve uno de los múltiples gráficos que entrega la app Wallet.

Las principales fortalezas de Wallet son dos: la cantidad de categorías que ofrece al momento de registrar un gasto —son diez principales (como “compras”, “vivienda” o “transporte”) y 70 subcategorías (como “taxi”, “restaurantes” o “internet”)—, dando así un panorama muy preciso de los caminos que toma nuestra plata; y las alternativas que tiene para planificarse.

Una de estas últimas es la herramienta de “presupuestos”, en la que para una categoría puedes definir un monto —mensual, semanal o anual— del que no te quieres pasar. Por ejemplo, un presupuesto de $20 mil mensual para compras por delivery: cada vez que pidas algo a domicilio, lo anotas en la app y esta te notifica cuando estés cerca de pasarlo. Así, al menos, lo pensarás dos veces antes de ordenar esa pizza con doble queso.

También puedes agregar objetivos, como ahorrar cierta cantidad para un propósito, como las vacaciones o la compra de una bicicleta. Otra gran característica son los gastos programados, para cuentas fijas como el arriendo o el colegio: con esa información la app hace un “pronóstico de saldo” y sabrás con cuánto dinero contarás a fin de mes para otros gastos.

Ingresar y clasificar un gasto en Wallet es simple.

Incluye además la opción “compartir en grupo”, para que otras personas accedan a ver o manejar una cuenta, y se pueden hacer listas de compra, con el nombre del artículo y el precio, las que quedan guardadas para compararlas con otras que hagas en el futuro. A todo esto se le suman muchísimas opciones para visualizar tus estadísticas: saldo actual, panorama futuro, flujo de caja, categorización de gasto, créditos y deudas, e informes detallados, siempre con diferentes gráficos y variables de tiempo.

Para ingresar a Wallet solo se necesita un correo electrónico y una contraseña, con los que también puedes revisar tus datos en su sitio web, y tiene un pin de seguridad de cuatro dígitos, que es solicitado cada vez que sales de la app o se bloquea el teléfono. El 2017, Wallet recibió el sello Editor’s Choice de Google Play Store, como una de las mejores apps de finanzas.

Contras: la versión gratuita, a pesar de ser muy completa, no permite exportar tu información a un archivo PDF o XLS. Y solo la versión premium deja sincronizar los datos con el banco.

Disponible en Android e iOS.

Diploma de honor: Fintonic

Esta app española, creada en 2011 —pero reformulada en 2016—, es la única que ofrece una sincronización con tu banco gratuitamente. Eso es lo que le da una gran ventaja por sobre el resto. No tiene ninguna herramienta, eso sí, para planificar ni proyectar los gastos hacia el futuro.

Sin embargo, su mayor pro es al comienzo su mayor contra: para que Fintonic pueda hacer su trabajo, requiere de que le entregues la clave de acceso a tu cuenta bancaria.

“Fintonic cumple con todas las exigencias de seguridad que exige la Directiva Europea PSD2”, prometen en su sitio web. “Además, la información está protegida con nivel de seguridad bancaria de 256 bits, que es el mismo nivel de protección que tienen los bancos más avanzados”. Su fundadora, la madrileña Lupina Iturriaga, dijo el 2017, en una entrevista al diario español El País, que “nosotros solo pedimos un correo electrónico y las claves de consulta de tu banca online. Ni podemos espiar, ni realizar operaciones”.

Fintonic tiene un diseño muy liviano y atractivo, con el que revisar los gastos personales no resulta tedioso.

Los datos que entreguen los usuarios, dicen en la app, se usarán desagregadamente y de forma anónima, para hacer monitoreo y estudios de mercado. Así, como buena parte de la economía de la información, es como se financia esta fintech. Pero si se decide dar ese paso —que según estos expertos españoles en seguridad no es tan riesgoso si uno toma otras precauciones—, la experiencia con Fintonic es bastante buena.

Su diseño es ligero e intuitivo, con gráficos fáciles de entender y comparar. Estos, una vez que uno ingresa los datos bancarios, se generan automáticamente con los movimientos que se producen en la cuenta. Es decir, si yo hago una compra con mi tarjeta de débito, o si me depositan el sueldo, ambos aparecerán en poco tiempo en la app. Y mostrarán cómo se comportan mis finanzas sin mover un solo dedo.

Así, no hace falta acordarse de ingresar un gasto cada vez que uno realiza un pago o transferencia. E incluso se anotan movimientos que no siempre se tienen contemplados en el presupuesto, como las comisiones del banco o alguna suscripción olvidada en la tarjeta de crédito.

Tiene más de 50 categorías de gastos predeterminadas, a las cuales uno puede añadirle infinitas subcategorías. Además, automáticamente sugiere una categoría a cada gasto según el rubro en el que se hizo la compra, si es que esta fue hecha por internet o con tarjeta. Si esa categorización fue errada, uno la puede cambiar manualmente y luego la app lo recuerda si se vuelve a comprar en ese lugar.

Todos los días, Fintonic envía una notificación con los gastos de la jornada anterior, y cada semana envía un resumen con el balance de la cuenta. Se le puede agregar la cuenta de la tarjeta de crédito y también la información de la AFP.

Contras: No tiene ninguna herramienta de planificación ni proyección —para hacer presupuestos o metas de ahorro— y, según Maximiliano Valdés, director del sitio especializado Chócale, “Fintonic presenta un problema cuando tienes ingresada la cuenta corriente y la tarjeta de crédito (TC): si pagas la deuda de la TC con la cuenta, la considera como un gasto y eso aparece duplicado”.

Disponible para Android e iOS.

Competidores

Money Lover

Money Lover es una app cómoda e intuitiva pero no tiene ni la posibilidad de sincronizarse con el banco ni ofrece tantas posibilidades de presupuestos ni planificaciones. Para que tenga buenos resultados hay que acordarse de ingresar los gastos —algo no muy sencillo estos días— pero la aplicación entrega algunas motivaciones para hacerlo: puedes ver al instante cómo varía tu presupuesto o cuánto te queda para cumplir tus objetivos.

Permite hacer presupuestos para una categoría específica en un rango de tiempo determinado —superior a un mes— y Money Lover te avisa si cumpliste o no tu objetivo. Lamentablemente, en la versión gratuita solo se puede hacer un presupuesto y no se puede exportar tu información a un archivo XLS. La versión premium cuesta $5.400. Disponible para Android e iOS.

Money Lover tiene buen diseño y varias herramientas, pero su versión gratuita es limitada.

Monefy

Extrañamente, es la que mejor valoración tiene —en Google Play le dan un 4.6 y en la AppStore un 4.8—, siendo que la experiencia que ofrece, comparada con las otras tres apps, es la peor. Su diseño es anticuado y poco claro. Aunque simple, es fácil equivocarse al agregar un gasto, ya que toda la pantalla tiene botones que distraen. Además, todas las categorías aparecen en la página principal, independiente de si tienes gastos asociados a ellas o no. Si yo no tuve ni tendré nunca un gasto en deportes, da lo mismo: el ícono de un señor haciendo ejercicio aparecerá siempre en el inicio de la app.

Monefy tampoco tiene notificaciones, para tener un pin de seguridad hay que contratar la versión premium —que cuesta $1.700—, y lo mismo hay que hacer si uno quiere ampliar las escasas 15 categorías que ofrece. Su principal y quizá única gracia es que ocupa poca memoria en el teléfono, y que es muy fácil de ocupar. Pero eso también hace que uno rápidamente se olvide de seguir utilizándola.