A diferencia de la cocina de todos los días, donde el ojímetro funciona bastante bien —¿o alguien me va a decir que mide la cantidad de agua con la que hace los fideos?—, la repostería es una ciencia exacta: si te falta un huevo mejor consíguelo, porque todo tu postre se puede ir al traste con un ingrediente menos o con una mayor cantidad de otro. Si se te pasa la mano de harina el queque quedará seco y no subirá; intenta hacer las galletas con 50 gramos menos de mantequilla y te encargo cómo se desarmarán.

Esas precisiones, que también se dan en los tiempos y temperaturas de cocción, son las que espantan a mucha gente de la repostería, que prefiere gastarse un buen porcentaje de su sueldo en la pastelería a sufrir con el cronómetro en mano para que no se queme el brownie.

Para perderle el miedo, esta sencilla receta de Felipe Tamayo (@cabrcoocina) es a prueba de pasteles: un fácil y rápido cheesecake de berries que no requiere horno y ni siquiera un molde grande. Solo hace falta tener bastantes pocillos a mano y ojalá una procesadora, para hacer todavía más sencilla la tarea.

Mini cheesecake de berries

Ingredientes (para 12 porciones)

  • 140 g de galletas de mantequilla, coco o limón.
  • 50 g de mantequilla
  • 450 g de queso crema
  • 1 tarro de leche condensada
  • 1⁄4 de taza de jugo de limón
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • Berries frescos o congelados para decorar

Preparación

  1. Procesar las galletas e incorporar la mantequilla derretida, mezclando hasta humedecer todas las migas y que tenga la textura de una arena mojada. Repartirla entre los recipientes y aplastar contra el fondo.
  2. Batir el queso crema en la batidora hasta que esté cremoso y sin grumos, agregar la leche condensada e incorporar bien.
  3. Añadir el jugo de limón a la batidora e incorporar completamente.
  4. Pasar el relleno a una manga pastelera y rellenar los pocillos
  5. Refrigerar un par de horas hasta servir. Decorar con berries y azúcar flor.