Domingo en la mañana, hace frío, todos los negocios a tu alrededor están cerrados y te quedaste sin pan. Tu estómago gruñe de hambre, tu pareja también y los niños exigen su desayuno, pero nadie está dispuesto a sacrificarse por el equipo y hacer lo que habría que hacer: ponerse ropa, tomar las llaves y la billetera, y caminar o manejar hasta el lugar más cercano —probablemente una bencinera o un inmenso supermercado— para comprar un pan que con seguridad será de ayer, tan seco y triste como tu voluntad.

Un desayuno dominical sin pan es un crimen de lesa humanidad. Para no cometerlo, la chilenidad tiene un as bajo la manga: las churrascas, un instantáneo pan de campo que todavía resiste en el centro-sur de nuestro país, y al cual deberíamos recurrir más a menudo. Solo necesitas harina, sal, agua, polvos de hornear y una materia grasa —la tradición dice que es manteca de cerdo, pero puede ser vegetal, mantequilla o aceite. No se hace falta horno, ¡e incluso puedes cocinarlo sin sartén! Puedes poner la masa en el tostador o hasta sobre un brasero, e igual sale bien. Se hacen rápido, fácil y pueden ayudar los niños.

La receta que nos entrega Alejandra Mulet son pequeñas y vienen acompañada de un pebre de palta, como para un novedoso aperitivo criollo o una once diferente, pero las churrascas pueden ser del tamaño que quieras y comerlas con lo que se te antoje: queso mantecoso o de cabra, tomate, solita con mantequilla, sus huevos revueltos o un corte de mortadela.

Churrascas

• 1 taza de harina
• 1/4 cucharadita de polvos de hornear
• 1 cucharadita de sal gruesa
• 30 ml de aceite de oliva, mantequilla o manteca derretida
• 70 ml aprox de agua tibia

Pebre de palta

• 1 tomate grande
• 1 palta grande
• 1 cebolla blanca chica (o 1 ⁄ 2 cebolla grande)
• 2 cucharadas de ají verde picado
• Cilantro picado a gusto
• Ajo picado a gusto (opcional)
• Jugo de un limón o 1 cucharada de vinagre blanco
• 2 cucharadas de aceite de maravilla
• Sal

1. Para las churrascas, mezclar todos los ingredientes secos, agregar el aceite o manteca e incorporar. Añadir de a poco el agua tibia, que no esté muy caliente, hasta obtener una masa que no se pega en las manos. Si se siente muy seca, agregarle más agua, pero sin que quede pastosa.
2. Enharinar un mesón y amasar por unos tres minutos, estirándola y contrayéndola, hasta que la masa se sienta firme y no se pegue en los dedos. Lo ideal es dejarla reposar sobre una superficie enharinada por unos 15 o 20 minutos, cubierta de un paño limpio, pero si hay mucha hambre se puede omitir el reposo y pasar al siguiente paso.
3. Transcurrido el tiempo, hacer bolitas de unos 20-25 grs, como el tamaño de una nuez, luego aplastarlas con las manos hasta que queden bien planas. Pinchar con un tenedor y llevar a una sartén, plancha, grill o tostador a fuego medio, sin aceite ni materia grasa, y dorar durante unos tres o cuatro minutos por lado, o hasta que el exterior se vea bien dorado.

Para el pebre

1. Picar la cebolla en cubos pequeños y ponerla en agua fría con hielo durante 10 minutos. Picar el tomate completo, con cáscara, en cubos pequeños. Picar el ají lo más pequeño que se pueda, lo mismo con el ajo. Picar el cilantro bien chiquitito.
2. Colar y estilar bien la cebolla y añadirla en un bol o recipiente hondo con todos los demás ingredientes. Añadir la sal, el jugo de limón (o el vinagre) y el aceite. Mezclar muy bien y reservar, idealmente por una hora. Al momento de servir, picar la palta en cubitos pequeños, agregarla y revolver con delicadeza.