Gracias a las nuevas variedades, resistentes a las bajas temperaturas, hoy es posible encontrar frutillas durante casi todo el año en supermercados e incluso en ferias. Pero es en estos meses —entre mediados de la primavera e inicios del verano— cuando podemos conseguir las de verdad: esas dulces y jugosas, que además son completamente rojas, tanto por dentro como por fuera. Su precio, además, se vuelve más conveniente, por lo que mejoran en todos los sentidos.
Así las cosas, este es el momento de disfrutarlas. ¿Cómo sacarles el mejor partido? Aquí algunas sugerencias.
Conservación y manejo
Se sabe que las frutillas son muy delicadas. Tanto así, que a diferencia de otras frutas, ellas deben refrigerarse apenas uno las traiga a la casa. Tampoco conviene lavarlas ni sacarles su pedúnculo, y si vienen en algún tipo de recipiente o caja, meterlas al refrigerador así mismo.
Si vienen en una bolsa, conviene pasarlas a un tupperware con un poco de papel absorbente en su fondo. De esta forma, solo se lavará lo que vayamos a consumir en el momento, y el resto podrá durar —dependiendo del punto de madurez con que se compraron— unos cuatro o cinco días más. Siendo así, lo mejor es ir comprando de a poco.
Al natural
Para algunos, grupo en el que me incluyo, la mejor forma de disfrutar las frutillas es consumiéndolas al natural. Sin embargo, para que esta experiencia sea totalmente satisfactoria, hay que tomar algunas precauciones.
Lo primero es sacar del refrigerador las frutillas que se vean más maduras. De esta forma, podremos disfrutar las que están más dulces y al mismo tiempo evitaremos que estos frutos, al comenzar su proceso de descomposición, estropeen al resto de las frutillas guardadas.
A continuación, es bueno lavarlas con abundante pero suave agua fría —que el chorro no sea muy fuerte— y luego escurrirlas en un colador por unos diez minutos. Así perderán agua y tomarán temperatura ambiente. Finalmente, se les saca el pedúnculo con la mano y a comer se ha dicho.
Pote frutillas 300 gr
Con crema
Para algunos, comer frutillas con crema es ley. De hecho, hay gente que si no tiene crema simplemente no consume frutillas. Algunos prefieren la crema espesa, sin azúcar, mientras que para untarlas otros se inclinan por la famosa chantilly. Al final, es cosa de gustos.
Por lo general, y para hacer más fácil su consumo, se suele tratar las frutillas igual que cuando se comen al natural, con la diferencia de que a último momento se les saca con un cuchillo el pedúnculo y se corta cada una a lo largo. Luego, se les pone la crema preferida encima y listo: a gozar.
¿Con azúcar?
Aunque no es lo más recomendable para nuestra salud, mucha gente prefiere consumir las frutillas con un toquecito de azúcar. Curioso, porque esta fruta ya es bastante dulce.
Lo que sí conviene indicar es que agregar azúcar flor a las frutillas (limpias y cortadas, como ya hemos explicado) es mucho mejor que hacerlo con azúcar granulada, porque esta última no es del todo agradable al paladar y los dientes si no se ha disuelto de buena manera.
Con vino
No es un postre, pero aún así es una de las formas más populares para consumir las frutillas en Chile. Se trata de nuestro tradicional borgoña, que en realidad es una mezcla de vino tinto con frutillas, un trago que por estos meses —y también el resto del año— es grito y plata en bares y restaurantes de los más variados perfiles. Para hacerlo en casa, aquí una de las tantas recetas de borgoña que existen.
Borgoña
- 1 litro de vino tinto a elección (ni tan bueno ni tan malo)
- 3 tazas de frutillas limpias y cortadas a lo largo
- ¾ taza de azúcar flor
- ½ taza de oporto
Preparación
- En un jarro grande y limpio disponer las frutillas con el azúcar flor y unos cubos de hielo. Dejar reposar por unos diez minutos.
- Agregar el vino y el oporto, revolver muy bien y añadir más hielo.
- Consumir una vez que esté bien frío, aunque si se deja reposar un par de horas, mucho mejor.
Helado
Con los calores que empiezan a asomar, siempre existe la posibilidad de que las frutillas comiencen a madurar más rápido de lo deseado. Para no desperdiciarlas, una opción es transformarlas en helado casero. ¿Cómo se hace eso? Acá va la explicación.
Helado casero de frutilla
- 1 taza de frutillas maduras congeladas (la noche antes)
- ½ taza de leche
- ½ taza de crema
- ½ taza de azúcar granulada
- Un chorrito de limón
Preparación
- Poner en un bol grande todos los ingredientes y batir con batidora eléctrica, hasta conseguir una textura cremosa y ligera.
- Llevar al congelador por un par de horas.
- Tras esto, sacarlo del frío, volver a batirlo y congelarlo una vez más.
- Finalmente, sacar la mezcla del congelador y servir.
En una… vinagreta
También se pueden usar las frutillas en preparaciones no necesariamente dulces. En este caso, una alternativa derechamente agridulce: la vinagreta de frutillas, un producto que se puede usar en una buena cantidad de ensaladas.
¿Cómo se prepara? Es muy simple. Sólo hay que poner en un bol diez frutillas no tan maduras, picadas en rodajas finas, más un chorrito de aceite de oliva y otro más bien generoso de vinagre de manzana. Se agrega también una pizca de sal y se revuelve con cuidado hasta que la mezcla de líquidos comience a emulsionar levemente. Tras esto, ya está listo y puede usarse.
Vinagre de manzana Traverso 500 ml
Glaseadas
Otra opción es usar las frutillas como decoración para todo tipo de pasteles y masas. En ese caso, mucho mejor es utilizarlas glaseadas más que al natural. ¿Cómo se hace? Aquí se explica.
Frutillas glaseadas
- 2 tazas de frutillas limpias y cortadas a lo largo
- ¾ tazas de azúcar granulada
- 1 cucharada de miel
- 2 cucharadas de maicena
- ½ limón
Preparación
- En una olla a fuego bajo, disolver el azúcar con la miel y la maicena, más una taza de agua fría y apenas unas gotitas de jugo de limón.
- Agregar las frutillas y comenzar a revolver todo, sin detenerse.
- Cuando hierva, seguir cocinando y revolviendo hasta que la mezcla espese bien. En ese momento, retirar del fuego y dejar enfriar. Listo el glaseado.
Mermelada
En otros tiempos, cuando las temporadas eran cortas y no existían las frutillas congeladas, una buena forma de tener frutillas para el resto del año era haciéndolas mermelada. Aquí, una muestra.
Mermelada de frutillas
- 1 kilo de frutillas limpias y cortadas en trozos pequeños
- ½ kilo de azúcar granulada
- Sal
Preparación
- Poner las frutillas en un recipiente y agregar el azúcar hasta cubrirlas totalmente. Llevarlas al refrigerador por dos horas.
- Pasado ese tiempo, verter en una olla grande las frutillas con el azúcar y todo el líquido que hayan soltado.
- Agregar una pizca de jugo de limón y otra de sal —muy poco—, y poner a hervir revolviendo de tanto en tanto. La idea es que durante poco más de media hora de cocción la mermelada tome consistencia.
- Además de revolver, con la cuchara de palo se pueden ir moliendo los trozos más grandes.
- Una vez lista, retirar del fuego y guardar caliente en un frasco de vidrio esterilizado con tapa hermética.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 9 de noviembre de 2023. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.