La cocinera Isidora Díaz, quien además es cronista gastronómica y directora de la revista Fondo, nos propone esta receta de tartas rústicas de tomate con queso feta y orégano fresco, que pueden servirse como plato de fondo acompañadas de ensaladas verdes.
El meollo de su lección, eso sí, está en la preparación de esta masa, que es versátil y también sirve para hacer versiones dulces, rellenas con frutas.
Isidora nos mostrará dos formas de hacerla: la tradicional, a mano, y una súper rápida, con procesadora de alimentos. La masa tiene un porcentaje alto de materia grasa y por eso, en ambos modos, hay que cuidar que los ingredientes como el agua y la mantequilla estén súper fríos. Una vez preparada, se puede guardar en el congelador para usar en cualquier ocasión.
Tartas rústicas de tomate con queso feta y orégano fresco
Ingredientes (para 8 unidades)
- 500 gr de tomates cherry de colores
- 2 cucharadas de azúcar
- 200 gr de queso feta
- Orégano fresco
- Sal y pimienta para servir.
Para la masa
- 350 gr de harina todo uso sin polvos
- 280 gr mantequilla sin sal, muy fría y cortada en cubos
- 1 cucharada de azúcar
- 1 cucharadita de sal
- 85 ml de agua muy fría.
Preparación
- La masa se puede hacer a mano o con procesadora de alimentos. Con esta última, combinar dos tercios de la harina con el azúcar y la sal y procesar para incorporar los ingredientes.
- Distribuir los cubos de mantequilla sobre la harina. Procesar hasta que ya no se vea harina seca y la masa se junte en pelotones.
- Con la ayuda de un mezquino o espátula de silicona, volver a distribuir la masa, pues se habrá juntado toda en un solo lado.
- Agregar el último tercio de harina y procesar hasta que la masa se vuelva a separar ligeramente. Transferir a un bol grande.
- Agregar el agua fría de a poco. Con espátula de silicona, integrar la masa hasta que se forme una bola.
- Para hacer la masa a mano: en un bol grande mezclar toda la harina con el azúcar y la sal. Agregar la mantequilla. Deshacer los cubos con los dedos hasta que se formen migas y se sienta como una arena gruesa.
- Agregar el agua fría de a poco e integrarla a la masa hasta que se forme una bola.
- Cuando la masa esté lista, en cualquiera de sus métodos, transferir a un mesón enharinado y dividir en dos. Con las manos, formar con cada una un disco grueso, de 10 centímetros aproximadamente.
- Envolver cada uno en film plástico y refrigerar por al menos dos horas.
- Cuando a la masa le quede una media hora de frío, precalentar el horno a 220º. Cortar los tomates por la mitad y mezclarlos con el azúcar.
- Sacar uno de los dos discos de masa del refrigerador y dividir en cuatro partes. Dejar una afuera y devolver las otras tres al refrigerador. Esta masa se debe trabajar fría.
- Sobre el mesón enharinado, con un uslero, estirar la masa hasta obtener un disco de 18 a 19 cm de diámetro.
- Rellenar la masa con tres o cuatro cucharadas de tomates, sin su jugo, dejando dos a tres centímetros de masa libre alrededor.
- Doblar los bordes de masa por sobre los tomates, pinzando la masa contra sí misma. Apretar bien los dobleces, asegurándolos con un poco de agua o leche. Pintar la masa por fuera con leche o con el jugo de los tomates.
- Hacer tortas con el resto de las masas y hornear por unos 12 a 15 minutos, o hasta que la masa se vea muy dorada y los tomates tengan algo de color.
- Servirlas tibias, sazonadas con sal y pimienta. Sobre ellas dejar caer trozos de queso feta, hojas de orégano fresco y aceite de oliva. Acompañar con una ensalada verde.