(para 3 personas)

Es de mis desayunos favoritos, sobre todo en vacaciones o fines de semana. Puedes dejar la salsa lista el día anterior y así ahorras tiempo en la mañana o la hora del brunch. Puede hacerse en versión “para uno” o compartido, al centro de la mesa.

Ingredientes

• 1 lata tomates conserva (400 gr)

• ½ cebolla blanca o morada

• 2 dientes de ajo

• ¼ pimentón rojo

• ½ cucharadita comino polvo

• ½ cucharadita canela polvo

• ¼ cucharadita Jengibre polvo

• ½ cucharadita Pimienta negra

• ½ cucharadita cúrcuma

• ¼ cucharadita baharat

• 150 gramos queso feta

• 4-6 huevos

• Cilantro fresco

• Sal a gusto

• 2 cucharadas de Aceite de oliva

Paso a paso

En un sartén, apto para poner el centro de la mesa, agregar aceite de oliva y hacer un sofrito con la cebolla, pimentón y ajo, picados a gusto. Personalmente me gusta la cebolla en pluma y el pimentón en tiras, para que se sientan al momento de comer el Shakshouka.

Agregar comino, pimienta negra, canela, jengibre sal, baharat y cúrcuma. Dejar cocinar sin mover por 5 minutos. Agregar los tomates sobre el sofrito, revolver y dejar cocinar la salsa, a fuego bajo, por 10-15 minutos, agregando aguacaliente de a poco hasta obtener la consistencia deseada. Rectificar sal y pimienta.

Esta es la base de una salsa de tomate especiada y fundamental para hacer un Shakshouka exitoso. Un tip: hacer mucha salsa y congelar en porciones para así siempre poder improvisar este plato.

Una vez que la salsa está lista, en el mismo sartén, hacer un espacio con una cuchara ir agregar los huevos, de a uno, lo más rápido posible. Tapar y cocinar a fuego bajo hasta que la clara cuaje y este bien cocida. Aproximadamente 4 minutos.

Servir desde el mismo sartén con queso feta desmenuzado por encima y hojas de cilantro