En inglés, la palabra crumble significa desmoronarse o desintegrarse, lo mismo que sucede en tu paladar cuando pruebas un buen crumble, ese tradicional pastel de frutas británico.

Se llama así por su cubierta, hecha de harina, mantequilla y azúcar, que forma una deliciosa masa que se desarma con suavidad en la boca. Conviene hacerlo con frutas ligeramente ácidas, como la manzana, la ciruela o las frutillas.

En el horno, el calor reblandece las frutas y endurece su cobertura, lo que vuelve perfecto a este postre para el frío del otoño-invierno. Conviene servirlo caliente, acompañado de crema, helado o compotas de diferentes frutas. Todo junto genera un potente cruce de sabores, texturas y temperaturas.

En esta receta de Pilar e Isidora Kraemer, se ve lo fácil que es prepararlo. No requiere de aparatos o electrodomésticos extraños, ni de técnicas específicas ni de ingredientes exóticos.

Crumble de frutos rojos con crema batida

Ingredientes (para 4 porciones)

  • 600 gr de berries o frutos rojos
  • 50 cc de licor de cassis (opcional)
  • 80 gr de azúcar rubia
  • 100 gr de azúcar rubia
  • 100 gr de mantequilla
  • 150 gr de harina
  • 70 gr de nueces
  • 200 cc de crema líquida para batir, refrigerada.

El crumble

  1. Precalentar el horno a 180ºC.
  2. Primero hay que comenzar por la cobertura del crumble. En un bol, poner el harina junto a la mantequilla. Desmenuzar con los dedos hasta formar migas. Luego agregar el azúcar, mezclar bien, y por último añadir las nueces picadas.
  3. Mezclar los berries con el licor de cassis (opcional) y el azúcar rubia, revolviendo bien. Ponerlos en un molde o fuente apta para horno.
  4. Cubrir la fruta con la cobertura del crumble, tapando bien. Llevar al horno y cocinar durante 25 minutos o hasta que la superficie esté dorada.
  5. Batir la crema a punto chantilly. Esperar a que el crumble se entibie y, al momento de servir, acompañar con crema batida.