Paula 1159. Sábado 25 de octubre de 2014.

El mexicano Luigi Amara asombra con Historia descabellada de la peluca, una colección de ensayos que formulan una teoría del disfraz y del dominio de la propia identidad desde una exquisita investigación estética, filosófica y literaria.

Cada recoveco e hilo simbólico y social del pelo postizo está contenido en los textos que componen el nuevo libro de Luigi Amara (Ciudad de México, 1971), poeta y ensayista destacado, además de creador de la excelente editorial independiente Tumbona. Historia descabellada de la peluca (finalista del premio de ensayo Anagrama) sigue su tendencia a explorar temas aparentemente intrascendentes, como lo hizo en La escuela del aburrimiento (Sexto Piso), en el que despliega la lectura de los clásicos junto con la experiencia, forzada y real, del hastío vital. Aquí especula sobre del uso de la peluca, desde la Grecia ancestral a las imposturas del arte pop y, por lo tanto, revisa también la naturaleza de melenas y calvas. La faceta erótica, mortuoria, religiosa, criminal y autoritaria de las cabelleras falsas, su calidad de fetiche y reliquia, su ideal de belleza, de travestismo y de horror, resuenan en insospechadas dimensiones.

Además de recorrer las edades arcaicas y de oro de la peluca, en los ritos de las Bacantes y, en el siglo XVII, ofrece retratos de íconos con melenas fabricadas, grandes transgresores y creadores: Casanova, Mesalina, André Agassi, Andy Warhol, Cindy Sherman. "En cada época la peluca aterriza sobre las cabezas también como una afrenta, una subversión en apariencia frívola y de alcance limitado contra la noción marmórea de la identidad", escribe. "El postizo muestra el deseo de mutación y de impertinencia, un inconformismo, así sea parcial, con la apariencia heredada, con la carga genética y el peinado impuesto por los padres. A contrapelo de la idea de naturalidad, en franco desafío de lo que se supone inamovible", sigue más allá. De Shakespeare a Alan Pauls, de Suetonio y Quevedo a Margo Glantz, su amplio espectro de lecturas les da cuerpo y volumen a digresiones libres y divertidas, que crean un pensamiento nuevo.

De muestra, uno de sus postulados sobre la cultura contemporánea: "De la peluca azul de Baudelaire a las extravagancias capilares de Elton John, y de la esmerada desmesura de las dandizettes del XIX a las pelucas encrespadas de Dusty Springfield o las despampanantes de Cher, la pelambrera impostada mantuvo vivo el atractivo de lo no natural –de la sobrenaturaleza como vía de afirmación personal–, y permitió descubrir las propiedades liberadoras del 'mal gusto', de lo grosero y fallido e incluso kitsch, que entonces ya no podían desdeñarse sin más". Al revelar su capacidad de articular la norma y lo revolucionario, lo falso y lo puramente mediático, Amara nos convence de que la peluca es un objeto clave para conocer las ínfulas humanas.