Ambientador: el olor del limón y sus aceites naturales, son ideales para aromatizar algunos sectores. Para eso, lo recomendable es hervir dos cáscaras de limón en ½ litro de agua, junto a ramas de romero, hojas de menta o palitos de canela. Cuando esté lista la infusión, dejarla enfriar y verterla en una botella con atomizador.
Infusión: gracias a su alto contenido de vitamina C, la agüita de cáscara de limón es una excelente opción para purificar el organismo. La propuesta es cortar pequeños trozos de la piel y sumar hojas de perejil (u otras especies) para intensificar su sabor y beneficios. Unir los ingredientes con un mondadientes. Esta infusión es ideal para tomar en ayuno o después de almuerzo.
Exfoliante: al clásico exfoliante casero de aceite de oliva, una cucharada de miel y azúcar rubia, agregarle ralladura de limón para iluminar el rostro. Masajear suavemente, dejar actuar por 15 minutos y enjuagar con agua fría o tibia.
Relajación: un baño de tina es una excelente opción para impulsar el cuerpo y mente al completo relajo. Agregar extractos revitalizantes, como cáscaras de limón o naranja, hará que la piel luzca radiante. Además, ayuda a eliminar el exceso de grasa, gracias a sus propiedades astringentes.
Desodorante natural: una de las características de esta fruta es que contiene un ácido que elimina las bacterias, gérmenes y moho que se encuentran en las axilas. Lo recomendable es pasar suavemente las cáscaras por la zona.