Abrir el corazón a la madre muerta
La primera directora de Paula escribe en esta columna sobre el libro Nocturno para mi madre, de Amanda Puz, periodista del equipo fundador de esta revista, en el que se sumerge en profundidad en la relación con su madre, la Llallita.

La relación con la madre es siempre atorada. Hay mil complejidades sicológicas que nos impiden llevar la comunicación con ella a la adultez, especialmente a las mujeres, y sobre todo a las que maduramos en los años sesenta, cuando nos pegamos un salto al vacío y las dejamos en el siglo pasado.
El atoro se nos hace insoportable cuando ellas mueren.
Sacarse ese atoro fue lo que hizo Amanda Puz, escritora, periodista y puntal del equipo fundador de Paula, en su último libro Nocturno para mi madre (Editorial Catalonia 2009). Murió su madre, la Llallita, y Amanda sintió la necesidad imperiosa de comunicarse con ella. En este libro le cuenta y le canta como nunca pudo hacerlo cuando ella estaba viva.
El libro revela sus vidas, que a veces se entrelazan, siempre se apoyan, pero rara vez se comprenden. Es un relato conmovedor, porque al hablarle a su madre, Amanda nos abre su mundo interior, tan rico como doloroso.
A pesar de que es un libro corto y se lee de un tirón, es fortísimo. Una se siente tocada e identificada con la honradez (y la belleza) con que la autora devela sus sentimientos en torno a su madre y a su vida. Nos instala entre cuero y carne la dificultad de la relación ambivalente y contradictoria que las mujeres tenemos con nuestras madres, en que los reproches, la culpa y el amor nunca puestos en palabras.
El libro cuenta lo que quedó sin decirse entre estas dos mujeres: sus dolores. Criadas ambas en la dureza del desierto nortino, les tocó la misma experiencia de apechugar, sobrevivir y hacerse cargo de la prole con el hombre ausente. Imposible darse el lujo del dolor. No había lenguaje, nunca lo hubo, para entrar en ese campo minado.
Giro sin tornillos
¿Hay algo más doloroso que los amores? Los mejores pasajes de Nocturno para mi madre relatan los vaivenes del alma romántica de la autora, tema tabú para Amalia Acosta Alzamora, católica, provinciana y pre feminista. Girosintornillos (el apodo se lo puso la madre) es el amor principal de Amanda, el que provocó las mayores controversias entre las dos. Tal como la Llallita intuía, Girosintornillos provocó en Amanda el dolor más grande de su vida: el abandono que, de distintas formas, conocieron la madre y la hija. Amanda Puz, sin temor ni falso pudor, en un gesto literario ejemplar e inusual, abre su corazón en este libro. No es fácil escribir que se sufre. Tampoco que se ama. Ella lo hace a veces con sobriedad, a veces con exaltación, siempre con arte, emoción a flor de piel y las palabras justas. La Llallita es un personaje digno de contarse, la relación entre madre e hija también. Y, con el mismo talento que tenía la Llallita en la cocina, Amanda amasa una obra de múltiples sabores sobre un tema central en la vida de todas las mujeres.
Nocturno para mi madre
Ed. Catalonia (2009).
$ 6.990 en librerías.
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