Alix Anson, experta en lectoescritura: “Los niños y niñas tienen sus propios ritmos, todos son distintos y eso hay que celebrarlo. Pero también ofrecer caminos a todos”

alfadeca paula



“Soy profesora y en mis 30 años de carrera me he dedicado a niños y niñas con dislexia. Un día pensé: si esto funciona con niños con esa condición, tiene que funcionar para todos”, cuenta la pedagoga inglesa Alix Anson. Así fue como comenzó su proyecto, el Programa Alfadeca de lectoescritura. Se trata de un método de enseñanza basado en el aprendizaje multisensorial, que instala prácticas efectivas en los docentes y un clima de mejora continua en las comunidades educativas.

¿En qué se traduce? Alix –que además es coautora de una serie de libros especializados en esta materia para niños de 7 a 11 años que hoy son usados en más de 300 escuelas públicas de Inglaterra– explica que es la combinación de un abecedario original, con un sistema acumulativo y creativo. “Se trata de trabajar la lectoescritura, pero basados en la neurociencia y en cómo funciona el cerebro. Y con mucho cariño también”, recalca.

“En otros programas de lectoescritura hay una letra minúscula y otra mayúscula, y también imágenes de cosas, pero esas imágenes no coinciden con la forma de la letra. Nosotros hemos decidido hacer algo un poco distinto que es designar letras con una imagen que coincide. Entonces la ‘e’ de elefante tiene la forma de ese animal; o la ‘i’ de isla con la forma de una isla; o la ‘s’ de serpiente, lo mismo. En el fondo, la imagen coincide con el símbolo. Solo enseñamos palabras con las letras que se han aprendido, partiendo con las vocales. Luego se van incorporando nuevas palabras, pero lo hacemos con ejercicios de creatividad, no se trata solamente de copiar una y otra vez la letra, porque eso es pasivo y hay que hacer algo mucho más activo. Aquí cada niño o niña dibuja su propia serpiente, es decir, su propia ‘s’, porque así es como se imprime esa letra en su cabeza”.

Por estos días Alix Anson está en Chile pues mientras estudiaba en la Universidad de Cambridge, conoció a una chilena con quien –y gracias a la Fundación Sara Raier de Rassmuss– trajeron este programa a Chile, partiendo por algunos colegios de vulnerables de la Región Metropolitana. Dentro de su agenda hay algunas reuniones con el Mineduc para hablar de los objetivos de aprendizaje del programa Alfadeca. Todo esto en un contexto pos pandemia en donde, según la última versión de la Encuesta de Monitoreo Educacional en Pandemia, elaborada por las universidades de Chile y Católica, el 82% de los directores de establecimientos afirma que los niveles de lectura y escritura de los alumnos han empeorado respecto al 2019.

Después de la pandemia las diferencias entre niñas y niños respecto de su proceso de lectoescritura se han ampliado; tenemos a algunos de kinder que ya leen sus primeras palabras y otros que en 2º básico, aún no lo logran. ¿Hay una edad en la que se debería empezar a leer, o como algunos dicen, esto depende de cada niño o niña?

Hay una edad biológica en la que los niños y niñas están preparados para aprender, y se relaciona con los dientes. Cuando cambia las ‘paletas’, es cuando su cerebro está listo para empezar. Pero normalmente en países como Chile, Inglaterra y Estados Unidos, partimos mucho antes.

Yo soy de la idea que si empezamos con cariño, con muchas imágenes, con juegos, con canciones y no solo con palabras, palabras y más palabras, es posible empezar antes porque los estudiantes son esponjas también, y pueden aprender muchísimo. Pero para eso es importante trabajar ambas partes de su cerebro: el lado izquierdo que tiene los sonidos y el derecho que tiene la parte visual. Se tiene que hacer una vinculación desde el principio, pues no solo se trata de trabajar la lectoescritura, sino que también la arquitectura del cerebro. Una vez que logramos conectar ambos lados, tenemos como una autopista donde pasa el conocimiento. Y después de la pandemia hemos visto que muchas niñas y niños tienen esa autopista reducida, por eso este momento es tan importante para recuperar y trabajar estos circuitos.

Muchas madres y padres se sienten estresados cuando sus hijos pasan 1ºbásico y no han aprendido…

Tenemos que entregar confianza a nuestros hijos e hijas, y no poner estrés en ellos pues se ha comprobado que el estrés persistente puede modificar el cerebro. Es importante tener la tranquilidad de que todo se puede modificar con paciencia y con un sistema. Nosotros les vamos explicando el proceso a las familias y eso ayuda, y también les decimos que podemos hacer el proceso en tercero o cuarto básico, y que una vez hecho, lo tenemos para siempre. Pero si hay brechas tenemos que ayudarles antes de seguir, porque un niño que no puede leer tampoco pueden leer sus problemas en matemáticas ni en ciencias. Y es fundamental darles confianza y gusto por la lectura. Esto se logra con juegos, canciones, plasticina.

¿Mejora la autoestima de las niñas y niños cuando leen?

Sí, y por eso es importante ir poniendo pequeñas metas. Nosotras le llamamos ‘pasos’. Ellos van anotando sus pasos cada día. Y eso permite celebrarles cualquier avance, aunque sea pequeñito. En cualquier momento. Y también es importante entender que todos tenemos nuestros ritmos; algunos lo hacen más rápido, pero hay mucho tiempo para hacerlo. Todos somos distintos y hay que celebrarlo, pero también ofrecer los caminos a todos.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.