Almuerzos escolares: el temor de los padres

"Recuerden: el próximo año los niños almorzarán en el colegio", fue la advertencia que nos hizo la profesora de Kinder en la última reunión de apoderados de 2019. Ese día, sentados en las mini sillas de nuestros hijos y con ganas de llegar a nuestras casas, nos miramos entre todos con cara de aflicción. Sabíamos que marzo 2020 implicaba no solo un nuevo desafío escolar, sino también alimenticio.
Lo cierto es que cuando los hijos comienzan con la jornada escolar completa, tenemos una importante misión: lograr que almuercen en el colegio. Una preocupación válida cuando hay niños que no comen solos, que son lentos para hacerlo, que son inapetentes, mañosos, golosos o hiperactivos.
En esta nueva etapa, generalmente se presentan dos alternativas: pagar anualmente el casino del colegio o mandarles comida desde la casa. Si la opción es la primera, la nutricionista Camila Narváez sugiere evaluar el menú. "Una alimentación de buena calidad debe ser suficiente, es decir, que sea una porción adecuada; variada, lo que significa, que cumpla con las recomendaciones nutricionales para la edad; segura, esto es que tenga las normas de seguridad en los procesos de elaboración (certificación HACCP); y de calidad nutricional, que implica que los alimentos sean en su gran mayoría naturales, bajos en grasas saturadas y azúcares", aconseja.
Los padres que escogen la segunda alternativa, deben pensar en almuerzos que alimenten a sus hijos, que no se descompongan en el camino y que sean apetitosos para que los niños no los regalen o boten. La nutricionista de Clínica Indisa, María Cecilia Benavides, afirma que "lo realmente preocupante de esta etapa escolar es que existe un desconocimiento social de cuáles son los alimentos que cubren las necesidades nutricionales de los niños de acuerdo a su edad. Esto hace que muchas veces los padres estimulen a comer más de lo que sus hijos necesitan", explica.
Cómo hacer el menú semanal
Antes de calendarizar los almuerzos que llevarán nuestros hijos al colegio y organizarnos en prepararlos, hay que conocer cuáles son los alimentos y porciones adecuadas para ellos. Un dato que se puede encontrar fácilmente en la Guía de Alimentación del Escolar, creada por el Instituto de Nutrición y Tecnologías de los Alimentos (INTA), la que señala que "todo niño entre 6 y 10 años debiera consumir semanalmente tres lácteos diarios, dos platos de verduras diarios, tres frutas diarias, pescado, pollo, pavo o carnes dos veces por semana, legumbres dos veces por semana, tres veces a la semana huevos (una unidad), cinco veces a la semana cereales, pasta o papas; dos panes diarios y cuatro cucharaditas de aceites y otras grasas.
Víctor Monreal, pediatra de Clínica Indisa, cuenta que cuando los padres le preguntan qué alimentación proporcionarles a sus hijos en el colegio, él les recomienda privilegiar alimentos de fácil transporte y mantención, que sean variados y que los niños acostumbren comer en casa. "Idealmente dejar preparado el almuerzo el día anterior para evitar apuros matutinos y colaciones incompletas. Es importante privilegiar frutas que sean fáciles de pelar y comer y, en cuanto a las carnes, cortarlas en pedacitos pequeños para evitar accidentes. Se debe transportar la comida en termos adecuados, que sean capaces de mantener frescos los alimentos y evitar así su descomposición", aconseja.
Un buen almuerzo escolar, explica María Cecilia, debiera contemplar preparaciones a base de alimentos proteicos como carne, pollo, pavo, pescado, huevo o legumbres y acompañamientos como arroz, papas o cuscús. "Ideal que haya verduras en las preparaciones (champiñones, brócoli, coliflor, porotos verdes, zanahoria) o como ensaladas, además de incluir bebestibles y postres a base de fruta", detalla.
Pero la tarea no termina ahí. Al regresar a casa, los pequeños debieran tomar una once completa con lácteos, pan, galletas o cereales y acompañamientos como huevo, palta, queso, quesillo, verduras y frutos secos. Luego, más tarde, comer algo similiar al almuerzo y en un entorno familiar agradable. "Es importante considerar que en un comienzo todos los cambios son lentos y que eso es parte del aprendizaje. Los niños deben acostumbrarse poco a poco a llevar su almuerzo desde casa y a comerlo junto a sus compañeros", recomienda Camila.
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