LA PREGUNTA

"Soy madre de dos niños en etapa escolar, de 6 y 8 años. Hace dos semanas que estoy trabajando desde la casa -como varias otras mujeres-, haciéndome cargo de mis responsabilidades de trabajo y al mismo tiempo de ellos. No ha sido fácil, pero creo que de cierta manera lo tengo controlado. Lo único que en este momento me preocupa más, es que el menor quiere comer prácticamente todo el día. Al principio le daba de comer cuando me pedía, porque como estaba pendiente de tantas cosas no estaba llevando bien la cuenta. Pero terminada la primera semana, cuando vi que en el refrigerador ya no quedaban yogures y colaciones, me asusté. Pienso que puede ser ansiedad y me encantaría que me entregaran algunas herramientas para manejarlo".

Alejandra Toro (36), diseñadora.

LA RESPUESTA

Un informe publicado el año pasado por el departamento de psiquiatría y salud mental de la Universidad de Chile, determinó que los niños chilenos menores de 6 años sufren la peor salud mental del mundo. Si a nivel global un 5% de los niños tienen ansiedad y depresión, en nuestro país la cifra aumenta a un rango de entre 12% y 16%.

La psicóloga clínica y educacional, Evelyn Hadad, explica que esta situación -que por supuesto ya es compleja- se ha visto agravada en estas semanas en que se han suspendido las clases. "Los seres humanos funcionamos, nos guste o no, con rutinas. Y en el caso de las niñas y niños, que están en una etapa de formación y aprendizaje, tener un orden de actividades y horarios es más importante aún, ya que les permite anticiparse a lo que viene y de esta manera controlar la ansiedad", dice.

Para la experta, es importante que logremos coordinar las actividades de todos los integrantes del grupo familiar de tal manera que esta etapa, que sin duda es nueva para todos, no signifique un estrés a nivel familiar. Para eso aconseja:

• Hacer una planificación: Esto no necesariamente tiene que ver con ser estrictos con el tema escolar, sino que incluir diversas actividades -de entretención, de creatividad, de esparcimiento, de ocio, de estudio- y que cada una tenga un horario de inicio y de término. En esta planificación también deben estar las comidas y colaciones, de tal manera que las niñas y niños, cuando terminen de desayunar, sepan que viene el tiempo de jugar y que en dos horas más viene una colación.

• No exponerlos tanto a las noticias: si ellos no son capaces de comprender bien lo que está ocurriendo es posible que se asusten con ciertas noticias y eso les genere ansiedad. Lo ideal es hablar con ellos y preguntarles qué es lo que saben de este virus y qué les gustaría saber.

• No aislarlos: Muchas niñas y niños se angustian porque dejaron de ver a sus amigos y sus seres queridos. Por eso, una buena práctica que ha surgido estos días es generar conversaciones grupales a través de videollamadas con un par de amigos al mismo tiempo.

• Tener ojo con la irritabilidad: Los padres también estamos en un periodo de ajustes y eso a veces genera frustración, que en ocasiones no solemos conducir de la mejor manera. Es importante que como adultos manejemos nuestra propia ansiedad con la comida -varios han probado pegando carteles en el refrigerador que dicen 'no es hambre, es ansiedad'- porque nuestro comportamiento es un ejemplo para ellos. Por eso debemos partir con organizar nuestras rutinas y una vez que lo logremos, recién preocuparnos de las de las niñas y niños. Lo más importante en los cuidadores es que estén emocionalmente bien para contener a los menores.

• Que duerman lo suficiente: cuando no hay clases muchos padres nos relajamos con los horarios. En el caso del sueño, es importante que se respeten, ya que dormir bien les permite a las niñas y niños tener un equilibrio y que su cuerpo funcione correctamente. Incluido su sistema digestivo.

¿Qué alimentos preferir?

La nutricionista de Clínica Santa María, Bernardita Vignola, dice que lo ideal y más importante es mantener una rutina de cuatro comidas al día más una colación a media mañana, ya que "cuando uno mantiene una estructura de comer cada 3 horas, no debería aumentar el apetito y la ansiedad se puede controlar fácilmente adelantando un poco una comida". Según la experta, los horarios ideales deberían ser el desayuno a las 8:00 a.m., colación a las 11:00 y almuerzo a las 13.00. La hora de once entre 16 y 17 hrs., y la comida a las 19:00 hrs.

Lo ideal es que la alimentación sea lo más completa posible y algunas ideas que entrega la nutricionista son:

• Desayuno y once: que contenga lácteos y cereal, ojalá pan integral o avena. Podemos poner un poco de palta ya que las grasas son más saciadoras que otros alimentos. Se puede preparar un sandwich con quesillo, tomate o jamón de pavo. La idea es ir variando estos alimentos.

• Colación de media mañana: mantener lo mismo que uno envía al colegio. Pueden ser palitos de zanahoria, fruta, huevo duro o un sandwich igual al del desayuno. Elegir un día que seamos más relajados y dar una galleta, pero tratar de que sea moderado para que los niños no aumenten de peso.

• Almuerzo y comida: Debe contener carbohidratos (arroz, pastas, papas) en una ración moderada; una proteína (carne, pollo, pescado, huevo, legumbres) y varias ensaladas. De postre podemos dar frutas, un yogur o una jaela.

No se deben sacar alimentos de la dieta. "Muchas mamás y papás con hijas o hijos con sobrepeso hacen restricciones como sacar los carbohidratos en la noche. Eso no se debe hacer ya que ayudan a la saciedad. Lo correcto es controlar las raciones", dice.

Por último, la experta sugiere no manejar golosinas en la despensa. "Un niño que por su nivel de maduración no es capaz de controlar fácilmente su ansiedad, si sabe que en un cajón hay galletas o dulces va a estar pensando todo el tiempo en eso".