Ya llevamos casi tres semanas desde que el gobierno hizo un llamado al distanciamiento social producto de la pandemia por Covid-19, alerta sanitaria que generó que muchas empresas pidieran a sus trabajadores realizar todas las labores desde la casa y las rutinas de oficina se trasladaron a los livings, comedores, cocinas y dormitorios de la mayoría de las familias. Sin embargo, para mantener nuestras rutinas laborales efectivas y nuestras mentes sanas es necesario saber cuándo parar de trabajar.
Contrario a lo que podríamos intuir, el momento de hacer una pausa no es cuando nos sentimos cansados de las tareas, sino que justo antes, para prevenir ese agotamiento que nos detiene y nos quita productividad.
Si partimos la mañana laboral con energía y vamos tachando objetivos de la lista rápida y eficientemente, lo último que pensamos hacer es detenernos. Así como ocurre con la buena suerte, nadie quiere cortar una buena racha de trabajo efectivo. Sin embargo, la evidencia científica muestra que la decisión inteligente cuando se trata de productividad es precisamente obviar esos instintos que nos llaman a seguir y seguir, porque inevitablemente nuestro cerebro se agota. La neurociencia lo ha comprobado. Sin importar cuán interesados o enfocados estemos, nuestra capacidad de atención como seres humanos es limitada y si no detectamos a tiempo los síntomas del cansancio, este igual llega.
Un estudio dedicado a conocer cómo las personas logran los mayores niveles de expertise en distintas disciplinas conducido por el psicólogo sueco K. Anders Ericsson de la Universidad de Florida, demostró que incluso los más eruditos en un área pueden practicar solo por una hora en forma ininterrumpida sea cual sea la actividad que desarrollen.
"Lo ideal es poder definir intervalos de trabajo y breaks estipulados de antemano", explica María Ignacia Pizarro, coach y especialista en administración efectiva del tiempo. "Así no alcanzamos a agotarnos. La idea es poder mantener el equilibro y no tener que parar cuando ya estemos al borde del colapso". La experta explica que cuando cruzamos esa delgada línea lo que ocurre es que el tiempo que tomaremos para recuperarnos será muchísimo más largo.
Además, Pizarro comenta que si bien el promedio de atención de una persona es de una hora, los primeros 20 minutos son los más productivos. "Ahí es cuando nuestro cerebro está muchísimo más activo, por lo que si logramos concentrarnos e intentar eliminar interrupciones por cortos intervalos de tiempo, puede ser mucho más eficaz y efectivo que intentar mantenernos en un ambiente libre de distracciones por periodos largos", explica.
Para esto es esencial conectarnos sólo con los imprescindible para la realización de la tarea que nos hayamos propuesto realizar, pensando que serán solo 20 minutos de concentración y luego vendrá la pausa.
La coach dice que durante ese descanso de cinco minutos no habría problema de revisar alguna red social, hacer un llamado telefónico o vídeo llamada a algún amigo. Pero cada 90 a 110 minutos la idea es poder hacer una pausa más larga y que te permita moverte. "Dejar el computador a un lado, idealmente también el celular, y tomarse entre 15 y 20 minutos para salir del lugar físico de trabajo, moverse, ir a la cocina por un té", agrega.
La especialista recomienda un ejercicio de toma de conciencia a modo de escaneo corporal que solo toma tres minutos y para los cuales existen muchas guías en Youtube. "Lo importante es moverte completamente del lugar donde estás trabajando, aunque sea cambiarte de una silla a otra, pero además de tu mente, tu cuerpo necesita saber que estás en una pausa".
Otra de las claves para una pausa efectiva es saber cuándo parar. Y para eso tenemos que poder identificar el cansancio mental. "El cansancio físico sabemos identificarlo, nos comienza a doler un poco la postura, sentimos pesadez corporal o sueño", explica Pizarro. "Pero el cansancio mental se presenta de maneras más sutiles, nos cuesta más concentrarnos y nuestra mente puede empezar a divagar por otra ideas no conectadas con el trabajo".
La coach plantea que si descubres que tu diálogo mental está lejos de la tarea que tienes enfrente y más cerca de la lista del supermercado o recordando un programa de televisión que viste hace unos días, es probable que sea producto del agotamiento mental. "Si estás en un momento en el que no puedes parar porque estás en reunión o alguna actividad que no permite la pausa, lo que puedes hacer es tener una libreta al lado y escribir esas ideas que vienen y van de la mente, hacer un vaciado mental y designar un momento del día para revisar esos pendientes", agrega María Ignacia Pizarro.