Los aromas también forman parte de la ambientación del hogar, ya que las fragancias pueden convertirse en una excelente alternativa para “decorar” espacios e instaurarles su estilo. Se sabe que los olores pueden traer calma, relajar y generar bienestar, así como también son capaces de llenarnos de recuerdos. Y en la actualidad, existen muchas posibilidades de aplicarlos en el hogar, ya sea de forma natural o con distintos instrumentos diseñados para ello.
Quienes prefieren las técnicas naturales, argumentan que se ha demostrado que algunos productos como aerosoles contienen tóxicos y pueden terminar contaminando el ambiente. En el caso de las velas, por ejemplo, hace algunos años, un estudio realizado en Estados Unidos señalaba que el humo causado por la quema de la forma más común de cera de vela con parafina, puede ser nocivo para la salud. Los investigadores encontraron que en las habitaciones sin mucha ventilación, las velas de parafina emiten productos químicos como el tolueno –que puede causar mareos– y el benceno. Y que mientras se acumulan en el tiempo, pueden causar problemas a la salud, como asma o alergias.
Por esta razón es que una buena alternativa para las y los naturistas, es usar velas hechas con cera de abeja o de soja, para quienes prefieren alternativas de origen vegetal y no animal. Las velas le entregan un toque de relajación al ambiente, y a la vez son acogedoras ya que pueden ser decorativas. Suelen difundir su aroma de una forma más lenta que otras alternativas, pero si el tamaño es grande puede ser capaz de abarcar una superficie mayor. Lo mismo ocurre con los inciensos, ya que algunos son fabricados de manera industrial y, en esos casos, tienen sustancias químicas. Entonces, si la opción es encontrar algo natural, se debe tener en cuenta la composición.
Otro aromatizante reconocido por su utilización en ceremonias religiosas, es el palo santo. Este trozo de madera es un palo proveniente del tronco del árbol homónimo, y que ha sido utilizado por muchísimos años con fines espirituales y curativos. De hecho, se afirma que tiene poderes sanadores y tranquilizantes, asimismo, se utiliza para expulsar energías negativas y atraer las positivas. Su aroma es intenso, penetrante y sobre todo calmante. Se debe prender el palo, aguantar las llamas unos breves segundos y luego agitarlo para apagarlo. Finalmente el humo es usado como incienso.
En el mercado también se pueden encontrar las reconocidas varillas difusoras que no necesitan ser encendidas y tampoco contaminan el aire. Consisten de una botella con aceite aromático y varios palos delgados de madera ligera que son introducidas en el frasco y liberan el aroma del aceite. Estas pueden ser rellenadas y se pueden fabricar en el hogar con aceite de almendra y un aceite esencial de preferencia.