ASMR o el placer que entra por los oídos

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Estás en la peluquería, o en una consulta de salud o simplemente cerca de alguien que te habla con voz dulce, emitiendo sonidos sutiles con su boca mientras mueve papeles, teclea un computador, suenan sus joyas o sus uñas chocan contra un vaso. El conjunto de esos delicados sonidos te producen un placentero cosquilleo, que recorre de la nuca hacia la espalda, y que te relaja automáticamente. El nombre técnico de esa sensación es ASMR, una sigla que en español significa “Respuesta sensorial meridiana autónoma” y que hace referencia a esta experiencia de hormigueo en la piel desde el cuero cabelludo hacia toda la columna vertebral y que se desencadena generalmente por estímulos auditivos o visuales.

Más informalmente en foros de Internet, a esta reacción se le llama “masaje cerebral” o “orgasmo mental”, aunque este último término es controversial porque al hablar de ASMR a las personas les gusta diferenciarlo de la excitación sexual; se trata de otra cosa. Se trata de una experiencia sensorial placentera que relaja el cuerpo, la mente. Hay múltiples maneras de llegar a esa respuesta, desde el sonido de un susurro o del cabello siendo cepillado hasta que te atiendan de manera amable en un lugar público.

Pero el ASMR no solo se detona en la interacción natural con el ambiente en la vida diaria, sino que también puede hallarse, y millones así lo buscan, en contenido de youtube, ya sea en videos de personas manipulando texturas, cortando jabón o metiendo las manos en gelatina o susurrando al micrófono y haciendo sonar las uñas contra alguna superficie. Es, de hecho, todo un fenómeno mundial y uno de los contenidos más vistos en esta plataforma, generando millones de dólares para aquellos youtubers que semana a semana crean este tipo de contenido. Hoy existe una audiencia enorme de seguidores del ASMR, algunos casi adictos a ellos, que lo escuchan a diario para relajarse o dormir: afirman que una de las principales razones por la cual lo consumen es porque les baja la ansiedad.

¿Es tendencia también en Chile?

Sí, de hecho son varios los youtubers chilenos que se dedican con gran éxito a este tipo de contenido. Sofía Chamorro, en Youtube conocida como Sofiwi, tiene 18 años y lleva cinco escuchando y generando contenido ASMR. Sus videos son más o menos así: comienza susurrando “Holi holi holi preciosos” y haciendo todo tipo sonidos con la boca, como los que hacemos frente a un bebé recién nacido, para luego pasar a una dinámica donde dialoga con la cámara de manera íntima con el espectador. “Creo que lo que atrae a estos videos es que son tranquilos, te calman, son videos susurrando, sin ruidos de fondo, yo al menos los grabo a las 12 de la noche para que no haya ningún ruido molesto. Es un video muy calmado, que genera espacios muy bonitos, un refugio en el cual la gente en la noche puede dormirse tranquila”. Dentro de las reacciones más extrañas o sorprendentes que ha tenido de sus seguidores, es que muchos le escriben verdaderas cartas por Instagram agradeciéndoles porque sus videos los ayuda con sus crisis de pánico o de ansiedad. “No puedo creer que mis videos tengan esa repercusión” Por otra parte muchas “mamitas”, como les dice, mujeres que están embarazadas, o con sus guagüitas, ven sus videos con guaguas para dormir.

La estudiante de psicología Javiera Solís, de 22 años, conocida como JaviASMR también empezó a consumir y generar este tipo de contenido en esa misma época, inspirada por una youtuber estadounidense que escuchó y que al usar los audífonos le produjo muchas cosquillas. “El contenido que más me gusta ver son los videos de inaudible, siempre me ha dado cosquillas que me hablen al oído. Cuando pequeña me daba mucha risa que una amiga me contara un secreto. También me gusta mucho el ASMR de besitos o sonidos de agua/ lluvia me relajan mucho. Yo hago varios tipos de ASMR, por ejemplo mis videos en los que salgo comiendo algún alimento (dulces, ensaladas, quesadillas) son los que tienen mas visitas A la gente les gusta escuchar ese sonido de gente comiendo para relajarse, para sentir esas cosquillas en la nuca”.

El boom de la pandemia

Una de las ASMRtis -como se hacen llamar los creadores de este contenido- más reconocidas en Chile es la terapeuta holística Gissella Di Giovanni, conocida en redes como Gisse, quien se dedica desde 2016 a esta técnica. Gisse afirma que durante la pandemia hubo un boom de ASMR, precisamente porque la gente buscaba desesperada esa conexión sensorial con otro. Como podemos observar en la mayoría de este tipo de videos, quienes lo realizan susurran mirando directo a la cámara, en un plano cercano que intenta parecerse lo más posible al contacto presencial. “La gente busca en ASMR para sentirse acompañado de cierta manera, es lo que me doy cuenta en las reacciones, en los comentarios de quienes ven mis videos. A veces la gente me dice que está pasando por un luto, por ejemplo, y con los videos se sienten acompañados”. Gissa es además terapeuta, por lo que complementa el ASMR con lectura de Tarot, reiki y otras técnicas de relajación terapéuticas o de relajación y afirma que este tipo de técnica no solo relaja, sino que conecta con uno mismo y con otros.

¿Qué dicen los estudios al respecto?

Es un gran fenómeno, pero aun no ha sido lo suficientemente estudiado por la ciencia. Dicen que los primeros en investigar al respecto fueron los psicólogos británicos Emma Barratt y Nick Davies, quienes quisieron buscar las razones detrás de la fascinación a estos videos. Según el estudio, los consumidores de este contenido ven mejoras en su ánimo y lo comparan a una terapia o meditación. En Chile, el biólogo y doctor en neurociencia Mario Villena Gonzalez también hizo un estudio donde concluyó que las personas que experimentan ASMR podían regular sus emociones, producía en ellos bienestar general, lo que tiene notables consecuencias positivas a nivel afectivo y emocional.

La psicóloga clínica, experta en niños y adolescentes, Helga Delgado, dice que al ser un fenómeno poco estudiado no sabemos aún si hay efectos adversos. Aún así lo considera una herramienta válida según la experiencia de bienestar que transmiten quienes lo usan. “Es una experiencia sensorial mucho más parcial o centrada en un sonido o imagen, lo que estimularía la atención focalizada, por lo tanto calmaría un poco este tren de pensamientos que podemos tener en nuestras ajetreadas vidas, la hiperactivación neuronal que tenemos todos en esta sociedad. Desde ahí se entiende ese efecto calmante y relajante.” Para Helga, probablemente estas también activan recuerdos, experiencias asociadas a esos sentidos, como al agua o a una caricia, o conectan con algo más primario. Y cuando Helga se refiere a esto “más primario” hace un vínculo a la etapa de la primera infancia, cuando los bebés van descubriendo y reconociendo el mundo a partir de esas experiencias sensoriales que en un principio parecieran desconectadas pero que luego se van individualizando en un yo total y completo. “La mayoría de las que hacen estos videos son mujeres que en una actitud maternal hacen ruiditos para ayudar a dormir”.

Ayuda a los jóvenes a conciliar el sueño

Pilar Undurraga, de 12 años descubrió ASMR por una youtuber que seguía que de vez en cuando subía ese contenido. Le llamó la atención y comenzó a escucharlo con más detenimiento. “La primera vez que lo escuché me relajé mucho. Ahora lo escucho todas las noches para quedarme dormida. Me gustan los sonidos espumosos, son muy relajantes, también los sonidos de cuando uno habla susurrando y los que pasan de oreja a oreja. Cuando uno lo escucha con audífonos casi todos los videos son así, binaural, que es cuando pasa de un audífono a otro y eso es muy relajante. Me ayuda a dormir”.

A la psicóloga Helga le llama también la atención el boom de este fenómeno entre adolescentes. “Lo utilizan mucho para relajarse y dormir, lo cual me hace pensar que en esta época hay un gran índice de jóvenes con dificultades para conciliar el sueño, con trastornos de sueño, depresiones, etc. Los adolescentes lo están usando para este fin, lo cual quiere decir que están teniendo dificultades para relajarse. Esto nos invita a reflexionar el cómo están viviendo sus vidas y la necesidad o dificultad para acallar la activación de la mente que les impide conciliar el sueño. Ese es un indicador fundamental de la salud mental. Confieso que me fascina, me sorprende ver cómo los adolecentes se movilizan y traen nuevas formas de comunicaciones y en este caso de obtener placer, de satisfacción. Se abren con ellos nuevos campos a partir de las necesidades de los sujetos de cada época. Habrá que seguir estudiándolo”.

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