Mariana (45) tiene un extenso historial de pérdidas en el embarazo que comenzaron en 2007. Luego de tener a su primer hijo sin problemas decidió agrandar la familia. No demoró en quedar esperando. Pero al mes y medio, su médico le dijo que era un embarazo tubario. La operaron, pues tenía dos litros de sangre en el abdomen. Tuvo que esperar seis meses para volver a ponerse en campaña. Se embarazó de nuevo, pero a las pocas semanas sufrió un aborto espontáneo. Al poco tiempo tuvo otro aborto.

"Mi marido y yo estábamos muy angustiados, no entendíamos qué pasaba. Nos frustraba ver cómo otras parejas no tenían dificultades a la hora de tener más hijos y nosotros no podíamos. Cuando yo me empecé a deprimir todo empeoró", cuenta Mariana.

La ginecóloga de la Clínica Alemana, Andrea Huneeus, comenzó a estudiar su caso, porque no entendía la causa de las pérdidas. Le hizo exámenes a ella y a su marido. Después de muchos posibles diagnósticos, le realizó un test para detectar la presencia de la bacteria Clamidia trachomatis. El resultado salió positivo. Finalmente tenía la respuesta a todas las pérdidas. Les dio una dosis de 1 gramo del antibiótico azitromicina a ella y a su marido, y listo.

La bacteria estaba muerta. A los pocos meses se volvió a embarazar, que esta vez llegó a término y tuvo a su segundo hijo sin problemas. "Después de pasar tantos años sufriendo, nos desgastamos con el tema. Ya tenía 44 años, así es que decidimos no tener más niños. Perdimos mucho tiempo con esos tres embarazos frustrados. Todo habría sido diferente si me hubieran diagnosticado la enfermedad antes", señala Mariana.

¿Cómo detectarla?

Existen dos exámenes que permiten hacer un diagnóstico: Inmunofluorescencia: es el más antiguo y tiene 80% de efectividad. "Su margen de error es alto, por lo que no es muy eficiente", señala la doctora Huneeus. Test de amplificación de ácidos nucleicos: en el mundo se usa desde hace 10 años. Tiene 99% de efectividad. "Es más caro, pero mucho más efectivo", señala la profesional. En Chile lo realizan en la Clínica Alemana, Clínica Las Condes y Clínica Universidad Católica, donde cuesta desde $ 23.000.

Una vez que le detectaron la bacteria trató de averiguar cómo se había contagiado, pero no encontró la respuesta. Como la Clamidia trachomatis puede estar años sin ser detectada, porque sus síntomas son silenciosos, Mariana supone que se contagió con otra pareja antes de casarse. Según la ginecóloga, cuando se embarazó la primera vez probablemente los daños en su cuerpo no eran tan severos y por eso no tuvo problemas.

Contagio en adolescentes

Son muchos los casos de Clamidia trachomatis que la doctora Andrea Huneeus diagnostica en su consulta. Ella está especializada en adolescentes y a diario ve a jóvenes contagiadas que desconocen las reales consecuencias de esta bacteria. La Clamidia es la infección de transmisión sexual de etiología bacteriana más frecuentemente reportada en el mundo. Suele no presentar síntomas, y puede tener complicaciones graves y hasta irreversibles para la mujer, problemas en el embarazo e infertilidad.

Un estudio realizado recientemente por un equipo de ginecólogos de la Unidad de Adolescencia, de Clínica Alemana, reveló que 19% de las embarazadas menores de 25 años están contagiadas, y 7% de las adolescentes también. La especialista cuenta que cuando les dice a las pacientes que tienen la bacteria se quedan en silencio. No saben nada de ella, pero el nombre las asusta.

"Cuando escuchan que tienen una infección de transmisión sexual se impactan, pero cuando les hablo de las cicatrices anómalas que la clamidia puede dejar en sus trompas de Falopio y cómo éstas pueden afectar su fertilidad, quedan mudas, como en shock", explica la doctora.

"En la mayoría de los casos no produce síntomas y puede pasar inadvertida por años. Cuando se manifiestan, se presentan entre una y dos semanas después del contagio, después no", señala el doctor Alejandro Manzur, jefe de la Unidad de Reproducción Humana de la UC. "Si no es tratada, la infección puede avanzar y causar graves problemas reproductivos y de salud con consecuencias a corto y largo plazo", indica la doctora Huneeus.

En las mujeres, la clamidia puede propagarse al útero y a las trompas de Falopio y causar la enfermedad inflamatoria pélvica. "En palabras simples, la inflamación crónica que provoca la bacteria va dejando pequeñas cicatrices en las zonas donde se establece. Son éstas las que después perjudican la entrada de los espermatozoides y la fecundación", explica la especialista.

Estas fibrosis pueden provocar abortos y embarazos tubarios, ya que impiden que el óvulo fecundado tenga una anidación normal. Incluso puede provocar infección del cigoto u óvulo fecundado.

Ojo con los síntomas, son leves, por eso hay que estar atenta:

-Flujo vaginal anormal.

-Una sensación de ardor al orinar.

-Dolor en la parte inferior del vientre, similar a las molestias

premenstruales.

-Dolor durante las relaciones sexuales.

-Sangrado entre periodos.

-Incluso fiebre si es que la infección se propaga.

En el caso de los hombres, se están estudiando los efectos de la clamidia en su fertilidad. Jaime Gosálvez, catedrático de genética de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), realizó un estudio donde establece que la infección no altera los parámetros seminales de concentración ni la morfología de los espermatozoides. Sin embargo, los hombres pueden tener otras consecuencias, como inflamación e irritación de la uretra y próstata.

Cómo tratarla

La doctora Huneeus indica que el lado bueno de esta bacteria es que no tiene resistencia y muere fácilmente con dosis simples de antibióticos. "Azitromicina en una dosis de 1 gramo mata la bacteria de inmediato. Sin embargo, el daño que ésta puede haber causado en el sistema reproductor de la mujer no mejora tan fácilmente", advierte la ginecóloga. Tres o cuatro meses después de finalizado el tratamiento, la persona debe hacerse un nuevo examen. Esto es especialmente importante si no hay seguridad de si su pareja fue tratada.

Cristina tiene 24 años y hace uno y medio le diagnosticaron la enfermedad. A diferencia de la mayoría de las mujeres, ella tuvo síntomas. Si bien eran leves, la motivaron a consultar a su ginecólogo. "Pensé que eran hongos así es que fui sin alarmarme al doctor.

Me pidió varios exámenes, entre ellos el test para Clamidia trachomatis. El resultado salió positivo, así es que nos dio el tratamiento antibiótico amíyami pareja, y todo salió bien. Tuve suerte de atacar la bacteria en el punto agudo de la infección", cuenta Cristina. Si bien ella todavía no tiene planeado tener hijos, lo más probable es que su fertilidad no se haya visto afectada, porque la infección fue descubierta pocas semanas después de haberla contraído gracias a los síntomas. "Nunca supe muy bien cómo me contagié, yo nunca fui infiel y, según mi pareja, él tampoco.

Reconozco que antes de emparejarme me descuidé algunas veces y no usé preservativo, pero siempre fue con el mismo pololo. La verdad es que no sé cómo me habré contagiado", señala Cristina. El problema es que una vez que se detecta la clamidia y se trata, el daño causado en el sistema reproductor es irreversible, por eso es tan importante detectarla a tiempo.

"En caso de que se recete el tratamiento y los problemas de fertilidad persistan, hay que ver si el daño provocado por la bacteria se puede reparar con una corrección quirúrgica, mediante laparoscopia. En caso de que el daño tubario no se pueda corregir, se puede realizar una fertilización in vitro. Todo depende de cada paciente" explica el doctor Alejandro Manzur.

Cuestión de salud pública

En Chile no existe ningún programa específico para el control ni prevención de la clamidia. Ni hay estudios, ni estadísticas oficiales de su prevalencia como otras infecciones de transmisión sexual, como sífilis y gonorrea. Según la doctora Huneeus esto se debe a un tema de desconocimiento. "Es extraño que todos los países desarrollados implementen efectivos programas para prevenir la clamidia y en Chile no se esté haciendo nada", comenta la especialista.

Existen otras opiniones al respecto, como la del doctor Alejandro Manzur. "La clamidia no es uno de los problemas más serios que tenemos en Chile como factor de infertilidad. No tiene mucho sentido tratar a las personas que ya han padecido la infección aguda, porque el daño ya fue provocado", argumenta Manzur.

La Comisión Nacional del Sida está a cargo de la prevención y control de las enfermedades de transmisión sexual. Su coordinador ejecutivo, el doctor Aníbal Hurtado, señala que ha tenido acceso al reciente estudio que realizaron especialistas de Clínica Alemana sobre la clamidia. Sin embargo, no tienen pensado crear programas específicos para controlarla, pues la consideran una patología emergente.

Según Huneeus, además de la fertilidad hay otras consecuencias importantes para la salud que ameritan un control nacional de esta infección: aumenta la posibilidad de contagiarse de sida –la mucosa pierde una barrera de protección y hay más probabilidades de lesiones– y crece el riesgo de padecer cáncer cervicouterino, porque la clamidia limita la capacidad del organismo de combatir el virus papiloma. Además, se contagia a los hijos a través del canal de parto y causa neumonía precoz y conjuntivitis en los recién nacidos.

La ginecóloga señala que una primera medida para controlar todos estos efectos es establecer un examen de detección obligatorio en el control prenatal en mujeres de 25 años, debido a su mayor tasa de enfermedad y a los riesgos neonatales asociados. "Tal vez el contagio no disminuya, pero se van a reducir las tasas de los agravantes de la clamidia, como los problemas de fertilidad si se trata a tiempo, y el contagio a los hijos durante el embarazo", explica.

5 dudas frecuentes sobre la clamidia

La doctora Andrea Huneeus, ginecóloga de la Clínica Alemana, las aclara.

1. ¿Cómo prevenirla?

Manteniendo relaciones sexuales con una sola persona, usando siempre preservativos correctamente, realizándose el examen de detección de la bacteria en caso de tener entre 15 y 25 años, estar embarazada o mantener relaciones sexuales con varias personas.

2. Si tuve clamidia, y me curé, ¿puedo volver a contagiarme?

Sí, se puede volver a contraer si no se toman las medidas de prevención pertinentes.

3. ¿Cuál es el grupo de riesgo?

Mujeres de entre 15 y 25 años, porque es la etapa en que tienen más parejas sexuales.

4. ¿Cómo puedo saber si tengo clamidia?

Hay que pedir al ginecólogo una orden para realizarse el examen pertinente.

5. ¿Cuál es el preservativo que ofrece mejor proteccióncontra la clamidia y otras infecciones de transmisión sexual?

En un primer lugar, los condones de látex y, en segundo lugar, los de poliuretano.