Belleza Americana
Fue la invitada de honor al evento de Lancôme que convocó a todas sus embajadoras latinoamericanas en Ciudad de México. Oriunda de Illinois (EE.UU.), modelo de prêt-à-porter y alta costura, amante de su perro Tate y con más de 12 millones de seguidores en Instagram, Taylor Hill cree en la belleza imperfecta y no tiene problemas con mostrarla.
De su mamá heredó el gusto por la belleza. "Es esteticista y trabajó en un salón por 30 años. De ella aprendí muchos de mis trucos de maquillaje. De hecho, hasta el día de hoy solo ella me corta el pelo, tengo mucho y ondulado, y solo ella sabe cómo me gusta", cuenta en una elegante habitación de hotel en el corazón del DF. La hermeticidad con que se concretó esta entrevista contrasta con la simpleza con que habla y se mueve. Con 23 años recién cumplidos un día antes de nuestro encuentro, Taylor Hill personifica la belleza natural y autenticidad por las que Lancôme la fichó como una de sus embajadoras más jóvenes en 2016, para sumarse a nombres como Julia Roberts, Kate Winslet y Emma Watson.
Desde que fue descubierta por el agente Jim Jordan a los 14 años, Taylor no ha parado de añadir títulos a su carrera. Modelo de prêt-à-porter y alta costura para firmas como Ralph Lauren (donde conoció a su novio, el modelo Michael Stephen Shank), Dolce & Gabbana, Fendi, Versace, Chanel y Marchesa, ángel consolidado de Victoria's Secret y rostro para innumerables firmas de moda y belleza, no es de extrañar que el 2015 fuese nombrada modelo del año y elegida como una de las 100 personas más bellas del mundo por la revista People. Además, su cuenta de Instagram suma más de 12,5 millones de seguidores, cifra que la convierte en una de las modelos millennials más populares de las redes sociales.
Compartes gran parte de tu vida a través de tu Instagram, ¿te preocupa que tantas personas podamos ver tu día a día?
Realmente no pienso en eso. Solo creo que es importante mostrar cosas buenas, y que si hay mucha gente viéndolo, entonces puedes impactar positivamente a alguien, así que trato de mantener eso en mente. Es una forma de conectar con los fans y mostrar un poco de mi vida y qué hago en mi trabajo. Intento que mi Instagram sea muy positivo y feliz, porque ese es el mensaje que quiero enviar: disfrutar, ser feliz y hacer lo que amas.
Hace unos meses publicaste una foto sin maquillaje, con acné y bolsas en los ojos que fue muy comentada y aplaudida, ¿pensaste que causaría ese efecto?
Honestamente ni lo pensé cuando subí la foto, no tomé esa decisión intencionalmente. Soy una persona normal, paso por cambios hormonales, tengo acné que va y viene, ojeras también. Me parece divertido que no me importe y compartirlo con naturalidad, porque son problemas que tiene todo el mundo. La perfección no es real, así que es bueno mostrar esa otra parte. Nadie es perfecto, yo por supuesto que no lo soy, y mostrar la belleza imperfecta te libera.
También en Instagram compartes tu amor por los perros y el tuyo, Tate, tiene una cuenta propia (@tatetheminidoodle) con casi 53 mil seguidores, ¿cómo es tu relación con él?
Crecí rodeada de perros, pero con tantos viajes en mi adolescencia no podía tener uno, así que cuando cumplí 18 decidí que compraría un cachorro. Lo tengo desde las 9 semanas, ahora tiene 5 años, y es lo máximo. Es un perro feliz y dulce, y muy divertido. Cuando estoy de viaje lo cuidan mi mamá o mi novio, y cada vez que vuelvo estalla de felicidad. Me hace sentir tan especial tener a alguien que me espere así en casa, que me quiera sin importar qué y que sea tan fiel. Tate se ha convertido en lo mejor que me pasó en la vida.
Chica de pasarela
Con su 1,76 de altura, cejas toscas, melena larga y ondulada, e hipnóticos ojos verdes, Taylor resalta sin esfuerzo sobre la pasarela. Puede desfilar vestida con románticas creaciones firmadas por autores como Karl Lagerfeld y Georgina Chapman, o convertirse en un audaz 'ángel' de Victoria's Secret, llevando solo un bikini para cautivar con un cuerpo que impacta a hombres y mujeres.
En tu carrera como modelo, ¿quiénes han sido tus mayores mentores?
La industria en general es un mentor increíble. Hay gente muy talentosa en todos los ámbitos; estilistas, fotógrafos, diseñadores, modelos, todos quienes forman parte de esto son talentosos de maneras diferentes y me siento afortunada de trabajar y aprender con ellos. Trato de mantener mi mente abierta y de escuchar con atención lo que cada uno tiene que decir. Se puede aprender tanto solo poniendo atención y escuchando.
El modelaje no es una carrera que dure demasiado, al menos no para la mayoría de las modelos. ¿Has pensado qué harías si tu carrera como modelo llegase a su fin?
Comencé en esta industria a los 14 años y desde entonces no he parado. Recuerdo que a los 15 a veces tenía 12 a 16 castings al día, así que no he tenido mucho tiempo de pensar qué hacer cuando se termine. Si me retiro lo tomaría todo con calma, pero me aseguraría de hacer algo que me apasione. Probablemente dejaría que todo fluya, porque estoy convencida de que las mejores cosas aparecen de manera inesperada, así como el modelaje llegó a mí.
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