Bototo militar
En las últimas décadas diseñadores de la talla de Yohji Yamamoto, Rei Kawakubo, Kenzo, Helmut Lang, Martin Margiela, Ashish, Marc Jacobs, Altuzarra y Maria Grazia Chiuri reinventan el bototo militar.
Tipo de calzado que se extiende por encima del tobillo y se ata mediante cordones con el objeto de sostener adecuadamente el pie en situaciones de desgaste físico, evitar lesiones y traumatismos, e impedir la entrada de cuerpos extraños. La gruesa suela de goma, dentada, asegura una buena tracción. En cambio, el cuero y otros materiales de alto rendimiento, empleados en la fabricación de la pala y la caña, proporcionan resistencia e impermeabilidad. Conocido también como bota de combate, es utilizado por los soldados durante entrenamientos y avanzadas bélicas.
ORIGEN
Se remonta al antiguo caligae, una suerte de sandalia alta propia de los legionarios romanos, acordonada en el frente y provista de una suela reforzada con clavos de hierro. Sin embargo, este vínculo no resulta determinante. Desde el siglo XVII y hasta fines del XIX los altos oficiales emplean la bota de montar lisa. La tropa lleva calzado de uso cotidiano que complementa con improvisadas soluciones para adaptarlo al entorno. Durante la Primera Guerra Mundial el combate en trincheras impone mayor especialización al equipamiento. Los bototos militares desarrollados por los ejércitos presentan rasgos en común: suela con varias capas de material, entre 50 y 90 clavos en la superficie potenciando el contacto con el suelo, talón reforzado y lazos en la parte delantera. Para la Segunda Guerra Mundial se agregan la suela de caucho y una pieza provista de dos hebillas que aumenta el tamaño de la caña y protege las pantorrillas.
TENDENCIA
Hacia 1969 el bototo estilo militar ingresa a las tendencias de moda, significado en el modelo de fabricación inglesa Dr. Martens. Pensado inicialmente como calzado de trabajo orientado a la clase obrera, deviene en favorito de los skinheads, quienes lo usan con camisas o poleras blancas, jeans enrollados, suspensores y abrigos azules. En los 70, los punks privilegian la versión en rojo oscuro, que combinan con jeans rotos o minifaldas y medias de red, en el caso de las mujeres, perfectos de cuero con tachas y accesorios fetichistas.
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