Para acompañar sus tardes, Sonia Aroca se entretuvo desentrañando los misterios de las buganvilias.
Materiales
• Una vasija con tapa.
• Esmalte transparente brillante.
• Pinceles: plano espatulado, de abanico, linner.
• Pigmentos: verde claro shamrock OS 32, y obscuro OS 6; amarillo sunflower OS 59; rojo coral red EZ 057; café auburn OS 9; negro EZ 037.
Instrucciones
1. Con una esponja húmeda, limpia completamente la superficie del bizcocho. Dibuja sobre él con un lápiz grafito las cuelgas de flores. Si deseas copiarlas directamente de la realidad, Sonia te cuenta un secreto: prensó algunas flores en diferentes posiciones y luego las dibujó en forma esquemática.
2. Con un pincel plano mediano, pinta con amarillo una mano pa reja sobre todos los pétalos de color que rodean los estambres y que nosotros consideramos la flor de la buganvilia, pero que en realidad son las hojas que rodean las minúsculas flores, a las que los observadores miramos como estambres. Sobre un pincel mojado con amarillo, toma medio pincel en rojo y pincela siguiendo la curva de los pétalos.
3. Intensifica el rojo exterior pincelando nuevamente con rojo.
4. Mezcla rojo con café para delinear los estambres.
5. Sobre la punta de los estambres, haz puntitos blancos con dimensional, simulando los pétalos de la florecillas.
6. Pinta las hojas poniendo una base pareja de verde claro. Con el verde más oscuro frote el borda de las hojas.
7. Con verde oscuro más negro, delinea las hojas.
8. Sobre el fondo, pone dos capas de negro. La vasija pintada por Sonia tiene, además, cacharros y plantas en la base. Las hojas largas de la orilla de abajo se pintaron con una base de amarillo y una capa de verde claro encima. Los cacharros se colorearon con siena, café más negro en las zonas más oscuras, sacando con agua el color de las zonas más claras.