Claudia Conserva: La Reina Milf
En tiempos de televisión low cost, Claudia Conserva brilla en la pantalla de UCVTV con un programa de bajo presupuesto que ella inventó cuando estaba cesante: Milf. Y ahí está, a sus 44 años, resuelta, asumida, tal cual es. Sobre las denuncias de acoso sexual en la televisión, afirma: "Dije no con la seguridad y tranquilidad de asumir las consecuencias de mi negativa y afortunadamente nunca pasó nada, siempre pude seguir trabajando, incluso con muy buen clima laboral".
Es mediodía de un jueves y Claudia Conserva reposa en una silla reclinable en la oficina de su marido, Juan Carlos Valdivia, en GOA, la productora de ambos, donde se graba Milf. Sin una gota de maquillaje, habla de la claridad que le llegó pasado los 40: "Decidí que no quería emplearme en otro canal, que quería hacer lo que yo quisiera, con la gente que quisiera, todo a mi pinta. Este programa es un lujo que me quiero dar a los 44 años".
A mediados de abril, cuando Milf cumplió un año, Larry Moe, el comentarista de televisión de LUN, le dedicó una columna repleta de halagos que tituló "Milf nos devolvió a la Claudia Conserva". Ella sonríe mientras se toma un ristretto.
¿Estás de acuerdo con él?
Lo que pasa es que dependiendo del programa donde te toque participar es cómo uno se muestra; depende de la libertad que tienes para ser más divertida o lúdica. Y yo que siempre he sido disciplinada y obediente, muy capricornio, si estoy en el reality de Mega que obedece a un formato, me entreno para hacer bien eso. ¿Cachái? Un formato más frío, más cortante con los participantes, sin la posibilidad de hacer chistes. El matinal de TVN era súper estructurado también. Pero sí puedo decir, y en eso tiene mucha razón Larry Moe, que desde la época de Pollo en Conserva que no me sentía tan cómoda, tan feliz, tan libre como en Milf. Hacía tiempo que no era tan yo.
Wikipedia dice que el término milf nació en los 90 cuando un seguidor de la revista Playboy comentó en un Google Group que en Nueva Jersey había hombres que usaban la palabra milf (acrónimo de Mom I'd Like to Fuck o una Mamá que me follaría) para referirse a mujeres de edad madura sexualmente deseables y atractivas.
¿Por qué decidiste ponerle así a tu programa?
El término lo había escuchado y alguna vez me habían echado la talla de que yo era una milf. Y encontré que era divertido. Me pareció un nombre llamativo, fácil de recordar y podía jugar con el nombre. Pero adapté la traducción y le puse Mujeres Independientes, Libres y Felices. Lo inscribí como marca y dije no lo cambio. Si no me lo aceptan (los ejecutivos), no voy a tranzar.
¿En qué estabas cuando se te ocurrió hacer Milf?
Cuando se acabó el reality de Mega y me dijeron: "Gracias, pero no hay más proyectos para ti". Era julio de 2016. Terminé agotadísima. Nos fuimos de vacaciones y cuando volvimos dije: "Ok, ahora que estoy sin pega, ¿qué es lo que quiero hacer?".
¿Y qué resolviste?
Dije me voy a dedicar un rato, porque me lo merezco, a ser dueña de casa.
¿No te daba lata?
No. Porque cuando viví en Italia (en 2012, durante el año sabático que tomaron en familia) le agarré el gusto a la labor doméstica. Desde que volvimos extrañaba un poco eso de tener el orden de la casa, cocinar, hacer las camas, barrer. En ese momento, después de mi salida de Mega, tenía la posibilidad de hacerlo y dije: "Bacán". Y fui dueña de casa, the best dueña de casa. Pero igual sabía que era un regalo que me estaba dando por un rato, porque ahí estaba en mi cabeza la tele.
¿Pensaste que quizás se terminaba la televisión para ti?
Podría haber sido.
¿Pero tenías ese temor?
No. Porque no tengo la ambición de ser ni la mejor animadora, ni la más importante. En ese momento solo dije: "Quiero hacer algo que me entretenga, que me divierta, que me motive. Y que sea un negocio que funcione". Así de poco pretencioso. Estando en mi casa por primera vez tenía el tiempo para pensar efectivamente qué paso quería dar en mi carrera.
Si no era volver a la tele, ¿tenías otro plan?
Estaba dispuesta a otras cosas. Ese año, cuando decidí ser dueña de casa, hice una importación de colas de sirena para Navidad.
¿Colas de sirena?
Sí. Un día mi hija Matilda me dijo: "Mamá, cuando vayamos a Estados Unidos quiero ir a esta tienda donde venden colas de sirena". Eran unas colas preciosas que se usan para nadar. Cuando la Matilda la ocupaba le preguntaban dónde la había comprado. Ahí se me encendió la ampolleta y dije: "Esto en Chile mataría". Empecé a investigar, caché que en Australia era tendencia y que incluso hay escuelas de sirena para nadar con cola. Entonces compré tres, las traje, hablé con un amigo que se maneja con el negocio en China, le ofrecí hacernos socios y mandé a hacer miles de colas de sirena a China. Fui a golpear la puerta de distintos empresarios y esa Navidad se las vendí a Cencosud. Fue todo un éxito.
Saber decir que no
Después de varios meses con la idea de Milf rondando en su cabeza, Claudia escribió el proyecto en marzo de 2017 y se lo fue a presentar a los nuevos dueños de UCVTV, la empresa Mediamas. Dos semanas después el programa estaba al aire. Armó su equipo en 15 días: para compartir con ella en pantalla invitó a su mejor amiga, Yazmín Vásquez y María Paz Jorquiera (que fue elegida hace un par de semanas reina guachaca) como panelistas estables. Detrás de cámara, dice, clave fue encontrar un editor de confianza. Así llegó a Roque Pizarro, quien venía del mundo de los realities. "Un millennial que está loco como una cabra, pero que es una persona clave en esta etapa de mi carrera, porque yo me quedé pegada en el rock latino, rayo todavía con Rafaella Carrá. Y él me dice: "Nooo, olvídalo, tienes que poner la última de J Balvin". Le hago caso. Él es mi conexión con la nueva generación.
A los dos meses de estar al aire, Claudia advirtió que su programa chiquitito comenzaba a llamar la atención: la gente comenzó a hacerle comentarios en la calle y se multiplicaron sus seguidores por redes sociales "y la prensa empezó a publicar sobre estas señoras", dice ella. Hoy asegura que tiene una lista de espera de marcas esperando por entrar al programa. "Pero lo mejor es que lo paso bien. Mientras grabo me río a gritos. Me despierto feliz de saber que tengo que venir a Milf".
¿Cómo definirías esta etapa de tu vida?
Haber llegado acá me hizo cambiar a una escala más chiquitita que abrió muchas más oportunidades. Así que estoy en una etapa súper intensa. Corro todo el día. Trato de cumplir con todo, no solo profesionalmente sino también como mamá. Pero me siento con más permiso para equivocarme, porque da lo mismo.
¿Cuándo no daba lo mismo equivocarse?
Antes, cuando era más chica, a los 20 o 25 años, me complicaba por todo. Trabajaba en teleseries y si me criticaban una escena para mí podía ser el fin. Vivía angustiada todo el rato. Era súper atorada. Ahora estoy relajada. Si a alguien no le gusta mi trabajo o lo encuentra fome, bueno, que no lo vea. No estoy para enganchar con estupideces.
Hace pocos días Canal 13 anunció el despido de 300 personas para abaratar costos de producción. ¿Cómo asumes el cambio en la industria?
La era digital, que se veía venir, ya llegó. Y aunque las marcas apuestan a la publicidad en televisión, es hasta por ahí nomás, porque ahora el resto está todo en internet, en los youtubers, en otras plataformas. Entonces evidentemente viene una baja de costos de hacer televisión. Viene la televisión low cost. No me angustia para nada. Me entusiasma el desafío de cómo hacer un producto rentable pero de bajo costo. Y eso depende de la creatividad, no de la plata.
¿Cuánto cuesta hacer tu programa en comparación a uno de un canal grande?
No tiene proporción.
¿Pero cuánto? ¿10 veces menos?
Sí. Y es súper rentable, se financia, el canal y la productora ganan plata. Nosotros ni por la escenografía gastamos plata. Todo lo traemos de la casa. Aunque este segundo año una milf que ve el programa y que es dueña de una empresa de decoración, me dijo: "Quiero ayudarte con la escenografía". Le respondí que feliz.
¿Qué lección has sacado de la crisis de la televisión?
Que nadie es irremplazable. Por eso es súper importante tener vida propia. En este medio o te adaptas a lo que se viene o estás fuera. Y si estás fuera, arma otra cosa.
¿Te sorprendieron las denuncias de abuso sexual y acoso contra Herval Abreu?
Sí, me sorprendió el reportaje.
Tras el destape del caso, ¿han conversado de este tema con tu marido?
Lo hemos conversado, es un tema complejo y ambos estamos convencidos de que ante una situación así, hay que recurrir a la justicia, hacer la denuncia, investigar. Ese es el camino, no otro.
Eras muy niña cuando entraste a la televisión y los tiempos han cambiado. Viendo en perspectiva, ¿fuiste víctima de acoso o te tocó ver que compañeras tuyas lo sufrieron?
Sí, pero a pesar de mis pocos años siempre pude manejar las situaciones sin mayores problemas. Dije no con la seguridad y tranquilidad de asumir las consecuencias de mi negativa y afortunadamente nunca pasó nada, siempre pude seguir trabajando incluso con un muy buen clima laboral.
Se dice que esta denuncia es la punta del iceberg y que seguramente vendrán otras. ¿Crees que esto pueda traer una casa de brujas en televisión? ¿O crees que esto era algo necesario, que debía pasar?
El año pasado estuve en Australia de vacaciones y me advirtieron que no se usaba saludar de beso en la mejilla a un hombre, porque a ellos les resulta muy incómodo ya que pueden ser denunciados por acoso… Pareciera ser que esto es una tendencia mundial si le sumas lo mediático que fue lo que sucedió con Harvey Weinstein en Hollywood. Jamás voy a estar de acuerdo con ningún tipo de abuso, en eso soy tajante y clara, pero confieso que lamento a lo que hemos llegado como seres humanos: países donde no puedes saludar de beso a un amigo, padres que no pueden abrazar relajadamente a su hijas porque se ve raro. La miseria de algunos ha hecho que lleguemos a estos extremos y eso es lamentable.
Andar en Pijama
Tomarse la vida con más simpleza fue una postura que empezó a incubar durante el año sabático que estuvo con su marido e hijos en Rapallo, Italia.
¿Qué tan distinta era tu vida allá a la que dejaste acá?
Acá vivía en una casa en El Arrayán gigante, preciosa, pero requería mucha ayuda para mantenerla. En Italia vivía en un departamento pequeño y no tenía ayuda. Acá sin auto no podía llegar a ni una parte. Allá todo lo hacía a pie: iba a dejar a los niños al colegio por la orilla de la playa, después me iba a caminar a Portofino, que quedaba a 8 kilómetros. Si veía una playa bonita, como andaba con traje de baño, me sacaba la ropa, me bañaba en el mar, me vestía, seguía caminando.
¿Qué resolviste después de vivir todo eso?
Que no quería vivir en una casa tan grande. Allá mientras planchaba con una copa de prosecco, le decía a mi hijo, que estaba ahí, haz la tarea. En cambio la casa de El Arrayán era tan grande que a veces tenía que llamarlo por celular para que bajara a comer. Ahora me puse práctica. Vivo en un departamento que queda mucho más cerca de todo, y tengo ayuda de aseo profundo dos veces a la semana. Del resto de mi casa me preocupo yo.
Este cambio coincidió con la llegada de los 40. ¿Tienes algún rollo con la edad?
No. Es cierto que uno cambia. Se nota todo más caído y bajar 1 o 2 kilos ya prácticamente es imposible. Noto las arrugas en mi cara. Pero no me pasa nada con eso. No soy prisionera del físico. Solo quiero mantenerme bien, porque quiero apostar a que voy a vivir harto y no quiero que mi mente esté prisionera en un cuerpo enfermo.
¿Cómo te relacionas con tu vanidad?
Me visto y me arreglo para ir al programa. Pero el fin de semana soy una homeless en mi casa. Me gusta la comodidad. No me gusta andar con jeans o sostenes apretados. Soy de las que llego a mi casa y me pongo un buzo o mis pijamas que son ropa vieja que da de baja el Pollo. Así ando todo el día.
Pero trabajas en una industria que vive de la imagen. ¿Cuál es tu parada para navegar ahora en ese mundo?
Me pasa que ahora soy una mujer que me gusto. Pero no porque tengo más o menos arrugas, porque estoy más o menos flaca. Me gusta mi personalidad. Más allá de lo que muestro físicamente siento que hay un tema interior que es más potente.
¿A qué te refieres?
Me he puesto más práctica. Si un problema tiene solución, lo solucionamos. Si no tiene solución, no tiene solución. Por otro lado tengo un lado súper Osho. Me he leído todos sus libros con el Pollo. No somos seguidores, pero su filosofía es súper relajada: todo puede ser y puede no ser; uno puede cambiar y equivocarse. Además, con el paso de los años uno desarrolla más el amor propio, así que ahora tengo más capacidad de decir que no. Uno ya no está para perder el tiempo.
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