Venus en Cáncer y el Eclipse han señalado para esta semana una poderosa carta histórica. Se trata de la mítica faraona Cleopatra, quien irrumpe en el oráculo para preguntarnos cómo ser fieles a nuestra identidad mientras aceptamos la manera en que nos ven los otros y no transamos jamás nuestros ideales. ¿Una manera de hacerlo? Estar en control, aunque el control signifique confundir a los demás con nuestras complejidades. Sólo piensa en Cleopatra, quien ha sido representada hasta el hartazgo en la era moderna (su nombre protagoniza más de 50 películas, 200 obras de teatro, 150 novelas, 45 óperas y una decena de ballets) pero pocos saben cómo fue realmente.

Se ha dicho que la gobernante de Egipto fue una tirana, una superficial reina de la belleza, una seductora asesina y una erudita. Quizás era todo eso y más. Por lo mismo, uno de los valores de su carta es un llamado a ser complejas y abrazar todos nuestros poderes, aunque parezcan contradictorios. Lo cierto es que la última reina del Nilo fue una excelente diplomática, una gran comandante naval, una lingüista experta, una escritora de tratados médicos y supo ocupar su cuerpo como una herramienta para subvertir el poder.

Cleopatra tenía el control de su propia imagen y la adaptó según sus necesidades políticas. A veces, para banquetes reales y encuentros diplomáticos, aparecía vestida como la diosa Isis, que simbolizaba poder en su cultura. En las monedas egipcias, mientras tanto, eligió mostrarse con la mandíbula fuerte de su padre, para enfatizar su derecho heredado a gobernar. Y en la intimidad se cuenta que era seductora, osada y dominante. Es que ser mujer, reina y amante en su época no era algo fácil y ella creó su imagen desde su condición de mujer como una respuesta enérgica ante una saga de mediocres reyes hombres que la antecedieron.

Los escritos de su época la describen como una "mujer extremadamente atractiva y poseedora de una personalidad magnética". Se dice que era intimidante y que tenía un talento innato para sorprender a sus pares, especialmente si eran hombres y si estos eran poderosos. Cuando fue exiliada a Siria, por ejemplo, le envió de regalo Julio César una finísima alfombra y cuando el gobernante romano la desenvolvió se encontró con Cleopatra desnuda adentro, tal como fue representada en la película de 1963 protagonizada por Elizabeth Taylor. Ídola.

En ese contexto de exilio, refugio y seducción, se dice que Cleopatra pronunció su célebre frase: "No soy tu esclava, tú eres mi huésped". Con humor, osadía e inteligencia fue capaz de sorprender al líder romano y hacerlo reír a carcajadas. Aún estando en una posición vulnerable, Cleopatra lo cautivó con su audacia y lo asombró con su encanto. Según Harold Bloom, la reina egipcia fue la primera celebridad del mundo y su carta nos recuerda que, además, fue una de las primeras figuras que luchó por una simetría entre el poder de hombres y mujeres. Vivía en Roma como amante de Julio César cuando este fue asesinado y ella volvió a gobernar a Egipto. Encontró a su país azotado por la plaga y el hambre, y para poner fin a eso, invitó al poderoso Marco Antonio a una reunión en Tarso, a bordo de su lujoso barco. Adornó la cubierta con velas púrpuras, y lo recibió disfrazada de Afrodita, la Diosa del Amor. Se dice que pasaron navegando juntos, durante los que cuales surgió una importante alianza política y un romance. Juntos planificaron la muerte de Arsinoe para quedarse con el poder y al volver a pisar tierra, Marco Antonio abandonó a su mujer y a sus hijos por la reina egipcia.

Como líder, Cleopatra solucionó la crisis del hambre de Egipto y empujó importantes reformas políticas, aunque muchas fueron criticadas. Además, fue una gozadora. Su carta nos llama a ser excelentes en nuestros trabajos, pero a no olvidar el placer. Hay historiadores que hablan "del año de lujuria" que pasó junto a Marco Antonio, entre banquetes y orgías, mientras su pueblo sufría, pero ¿a quién no le ha pasado? Se dice que Cleopatra murió de amor y lo cierto es que una vez que murió Marco Antonio y que su derrota ante Octavio era inminente, un 12 de agosto la reina egipcia se vistió con su más espectacular vestido y se encerró en un sarcófago perfumado junto a una cobra que la envenenó. ¿Amor o temor a la derrota? Efectivamente prefirió quitarse la vida antes de ser humillada por un hombre, pero lo cierto es que su decisión encierra una lógica contemporánea sobre el poder femenino: no dejarnos someter y estar siempre a la misma altura que nuestro oponente o amante.

Sugerencia: Abraza a la reina egipcia que vive en ti, con toda su lujuria y exotismo. Busca la simetría en tus relaciones con hombres tanto en lo laboral como en lo personal.

Color: Dorado, el de las arenas egipcias.

Número: 18, la edad que tenía Celopatra cuando sube por primera vez al trono.

Canción: Walk like an Egyptian, de The Bangles.