Antes, el veto era total: en Atenas, las mujeres estaban prohibidas de participar activa y pasivamente (como competidoras y espectadoras) de los Juegos Olímpicos. Si lo hacían, podían recibir la pena máxima, de muerte.
Después, no hubo la amenaza de muerte, pero sí una prohibición social. Pierre de Frédy, conocido como el padre de las Olimpíadas modernas, defendía que las mujeres no debían competir, sino apenas dedicarse a ser madres y, en su rol como cuidadoras y esposas, incentivar a sus hijos y maridos a romper récords deportivos, aplaudiéndolos.
En los Juegos Olímpicos de París 1900 lograron participar por primera 22 mujeres en deportes “de naturaleza femenina” como el golf, croquet o tenis. Luego en los Juegos de Ámsterdam de 1928 se inscribieron 300 mujeres representando el 10% del total de deportistas en nuevos deportes como gimnasia, esgrima, natación y atletismo. Recién en los Juegos Olímpicos de Tokio (2021), por primera vez en la historia de la competencia todos los deportes tuvieron representación femenina.
Y este año en París se ha marcado un nuevo hito: por primera vez en la historia competirá la misma cantidad de hombres y mujeres en los Juegos Olímpicos; y en algunas delegaciones como la de Estados Unidos, Brasil y México, incluso las mujeres superarán a los varones. Así, después de más de un siglo desde su creación, se logrará la paridad de género en unas olimpiadas.
Sin embargo, en la delegación chilena hay 18 mujeres y 30 hombres. Lo que nos muestras que, aunque han habido avances en los últimos años, lo cierto es que hoy la participación de mujeres y niñas en el deporte sigue teniendo una serie de barreras. Obstáculos que se observan desde la niñez.
Alejandra Arriagada, directora de la Escuela de Kinesiología de la Universidad Diego Portales, menciona algunos: el hecho de que en los recreos en los colegios sean mayoritariamente los niños quienes ocupan los patios para jugar a la pelota, recluyendo a las niñas a los rincones; el hecho de que muchos centros de estudios sigan obligando a las niñas a usar jumper o falda de uniforme, lo que dificulta su práctica deportiva o la hace más incómoda; el hecho de que aún haya ciertos estereotipos sociales que vincule ciertos deportes a las niñas y otros -tradicionalmente más vinculados al contacto o a la fuerza- a los niños.
Interseccionalidades
Para Nelia González, activista de La Rebelión del Cuerpo y co-autora de Contra los estereotipos, para hablar de obstáculos de las mujeres y niñas en el deporte, primero es necesario hablar de las distintas interseccionalidades con que éstas viven.
“Por ejemplo, la práctica de actividad física se vincula directamente con el grupo socioeconómico: la Encuesta Nacional de Deporte realizada en 2018 muestra que, a medida que crece el ingreso, mayor es el porcentaje de personas declaradas activas físicamente. Esto no tiene que ver con la voluntad, sino que con las condiciones materiales en las que se encuentran, tanto por el tiempo disponible para hacerlo, como por el acceso a espacios para su práctica”, cuenta.
En el mismo estudio fue posible identificar diferencias entre hombres y mujeres. “El nacimiento de un hijo o hija resulta un momento clave, principalmente para las mujeres, pues un 16% deja de practicar actividad física cuando esto ocurre (en el caso de los hombres esta cifra es un 2%)”, comenta Nelia González.
Por otra parte, menciona, las mujeres y niñas han estado más bien relegadas del espacio público para la práctica de actividad física. “Cuesta mucho hacer ejercicio en parques y plazas sabiendo que podemos ser víctimas de acoso callejero”, sostiene.
Además, de acuerdo con la Encuesta de Actividad Física realizada por La Rebelión del Cuerpo en 2018, entre las razones que las mujeres daban para no hacer actividad física estaban la falta de tiempo, cansancio, horarios incompatibles y falta de costumbre, pero también resaltaron no sentirse a gusto con su cuerpo y que les daba vergüenza que las vieran haciendo ejercicio. En ese sentido, defiende Nelia González, “vemos cómo los estereotipos de género también tocan este tipo de temáticas”.
La importancia
Además de ser considerado un derecho humano, el deporte es considerado fundamental en el desarrollo del respeto a las reglas, el respeto a uno mismo, a los límites personales, y en la promoción del respeto a los demás, independientemente si son parte de nuestro equipo o si son nuestros rivales.
“Debemos pensar el deporte y la actividad física en su conjunto como un punto importante, determinante, social. Además de los beneficios que ya se conocen, en términos de salud física y mental, de las condiciones físicas de uno y que nos dé más vida”, dice Alejandra Arriagada.
Eloísa Muñoz, activista de La Rebelión del Cuerpo y co-autora de Contra los estereotipos, también comenta que históricamente el deporte ha sido un espacio fundamental de movilidad social. “Esto lo vemos habitualmente en el fútbol con jugadores que provienen de estratos socioeconómicos bajos y que a través del deporte profesional logran mejorar sus condiciones de vida. Esta es una oportunidad que se nos niega a las mujeres, son realmente muy pocas las que se pueden dedicar de manera exclusiva al deporte, y aun cuando lo logran, reciben compensaciones económicas significativamente menores a las de las selecciones masculinas”, menciona.
Por eso, añade, “es nuestra convicción que hay que eliminar las desigualdades de género en todas sus dimensiones si queremos avanzar hacia una sociedad más justa”.
¿Cómo hacerlo?
Desde hace varias décadas las mujeres han tomado las riendas en la búsqueda por una mayor equidad de género en esta materia.
Por ejemplo, frente a la demora de los medios tradicionales en promover el deporte feminino, varias mujeres deportistas decidieron crear sus propias plataformas. Fue el caso de la atleta de BMX estilo libre, Angie Marino, y la exciclista de BMX, Beatrice Trang, quienes fundaron The Bloom BMX, un sitio dedicado exclusivamente al deporte feminino. A través de sus publicaciones, las atletas consiguieron atraer auspiciadores varias a competidoras mujeres.
En la misma línea, la campeona mundial de esgrima, Ysaora Thibus, lanzó EssentiELLE Stories, una página cuyo objetivo es proporcionar historias de mujeres deportistas. “Creo que las mujeres necesitan que sus resultados sean cubiertos por la prensa. Pero aunque logren que eso ocurra, muchas veces no tienen necesariamente el tiempo necesario para decir lo que quieren decir. Si los medios tradicionales no dan el espacio necesario, podemos abrir el debate nosotras mismas”, afirmó la atleta en una entrevista a Olympus.
Nelia González considera esto clave. “En términos comunicacionales, no son muchas las mujeres que son visibilizadas como deportistas. Hace un tiempo, Alexis Sánchez era el principal referente tanto para niñas como para niños, pero creemos que las cosas de a poco han ido cambiando. En nuestro libro Contra los estereotipos, invitamos a la visibilización de referentas deportistas pues existen, pero deben ser comunicadas, para que niñas y mujeres se den cuenta que sí, pueden realizar deporte y actividad física, más allá de una razón vinculada a bajar de peso, por ejemplo. Creemos que hay un tremendo espacio de oportunidad en este sentido”.
Otra manera que han encontrado las mujeres para romper con las desigualdades en los deportes ha sido realizar estudios. En Brasil, por ejemplo, se llevaron a cabo encuestas y descubrieron que solo 6% de las federaciones olímpicas del país contaban con mujeres en cargos máximos de gestión deportiva. El hallazgo hizo que ONU Mujeres se pronunciara y propusiera una pauta de cómo fomentar la participación femenina en las distintas instancias del mundo deportivo.
En otras partes del mundo, las atletas empezaron a romper los tabúes vinculados a maternidad y menstruación en el deporte. Arquera de handball con medalla de oro por Francia, Cléopâtre Darleux fue mamá en 2019 y decidió crear un acuerdo colectivo que prevé expresamente la baja maternal de la práctica deportiva, con mantenimiento de sueldo durante un año. Se trató del primer pacto de este tipo en el país. “La actualidad reciente ha demostrado que las competiciones y los reglamentos deportivos no tenían suficientemente en cuenta los aspectos vinculados a la maternidad”, comentó recientemente la ministra de Deportes francesa Amélie Oudéa-Castéra.
Otra forma de apoyar a las mujeres deportistas ha sido a través de los emprendimientos realizados por sus pares. Serena Williams -con una brillante carrera de Tenis-, por ejemplo, ha ofrecido a través de S by Serena ropas deportivas en tallas que solían ser difíciles para comprar para mujeres. Ella incluso prefiere hablar de great size que de plus size.
A su vez, Allyson Felix -una de las mayores competidores de atletismo de los últimos tiempos, en convenio con su patrocinadora Athleta y la ONG &Mother, creó un fondo que ofrece sala cunas para atletas, entrenadoras y funcionarias durante el Campeonato Mundial de Atletismo de 2022.
Desde las bases
En una escala más macro, Eloísa Muñoz defiende que es fundamental empezar a cambiar los mensajes en torno a la actividad física que se nos entregan desde la infancia. “Las escuelas tienen un rol importante en democratizar el uso de los espacios e incentivar transversalmente la práctica deportiva. La infancia y adolescencia es un momento crucial para el desarrollo de nuestra relación con el ejercicio y es muy positivo que la construyamos desde el disfrute y como una instancia para compartir con nuestros pares, y no más tarde desde las ansiedades que nos puedan producir las imposiciones sociales”, comenta.
Alejandra Arriagada defiende que el compromiso por el fomento al deporte feminino debe ser en todos los espacios y desde las bases. “Podemos pensar en políticas públicas, en incentivos al deporte en los colegios, pero para eso también es necesario contar con una educación que deje de lado los estereotipos y que fomente no solo la participación, sino también el reconocimiento y la difusión de las niñas y mujeres deportistas”.
En esa línea, Eloísa Muñoz dice que cuando ocurren eventos deportivos “es de esperar que los medios den una amplia cobertura a las atletas femeninas, que dejen de ponerlas en segundo plano, pero que además cuando se refieran a ellas omitan comentarios estereotipados sobre su físico o su estado civil”.