Mucho se ha dicho sobre la posibilidad de que los astros puedan determinar nuestras acciones o nuestras posibles relaciones con otras personas. Si bien la astrología antigua estaba basada en la determinación excesiva de las cosas, las visiones modernas y contemporáneas nos ayudan a visibilizar la posibilidad de entendernos con otros y entender qué nos atrae o nos repele.

La sinastría es una técnica utilizada desde la antigüedad para poder entender la relación entre dos personas. Se usaba comúnmente entre la nobleza desde el imperio romano en adelante, dando pistas sobre quién podría ser el mejor candidato para casarse con alguien de alta alcurnia.

Esta carta consiste en la comparación entre dos cartas, superponiendo los mismos puntos entre sí para comparar qué es lo que hay en su interior. Esta técnica nos cuenta qué combinaciones de energía podemos tener con otra persona para ver dónde chocamos o dónde congeniamos.

La carta de sinastría puede sacarse con un astrólogo o poniendo la información de las dos cartas en portales como carta-natal.es o astro.com. Al encontrarnos con la comparación entre ambas energías, podemos ver qué planetas o puntos tocan o aspectan a nuestra carta, lo que nos hará más fácil la interpretación.

Los puntos a considerar para encontrar una pareja que sea adecuada para nosotras son el Sol (quiénes somos), la Luna (nuestro reino emocional), Venus (qué deseamos y qué nos causa goce), Marte (nuestra forma de representar el conflicto; nuestra energía sexual), Mercurio (nuestro modo de pensar y nuestro intelecto) y el Ascendente (la energía que proyectamos y debemos reconocer).

Por ejemplo, si encontramos una persona que tenga Venus en aspectos favorables a cualquiera de estos planetas (un ángulo de 120 o 60 grados a esos planetas, medidos desde el centro del círculo), podremos ver que este planeta influencia al otro en conversación. Si nuestra Venus está en aspecto favorable a la Luna de otra persona, encontraremos una sinergia favorable entre nuestro deseo y el mundo emocional del otro.

Si encontramos aspectos difíciles también podremos comprender por qué las cosas no funcionan. Por ejemplo, si mi Marte natal hace un ángulo de 90º con el Marte de mi pareja, es posible que la relación se desencadene en conflictos y una amplia energía sexual.

La compatibilidad astrológica lleva mucho de conocernos, pues si no tenemos integrados nuestros propios planetas natales, es muy difícil que entendamos lo que queremos de otra persona. Si no sabemos cómo cuidar de nuestra vulnerabilidad para integrar nuestra Luna natal, es muy posible que las relaciones nos tomen en la baja vibración de este planeta: la impulsividad y el desborde emocional.

Si tenemos bien integrada a nuestra Venus, podremos entender qué es lo que deseamos y podremos ponerlo como límite ante las necesidades de nuestra pareja. Si nuestra Venus hace un aspecto conflictivo al Mercurio o Marte natal de nuestro interés sexoafectivo, es posible que alguna de las dos personas quiera imponerse ante tu propio deseo, y viceversa.

Buenos contactos entre dos cartas nos hablan de una conversación fluida entre la Luna y Mercurio, la Luna y Venus, el Sol y Marte y el Sol y Venus. Estos aspectos nos indican entendimiento y respeto de las necesidades de la otra persona, no un choque de egos que desencadenará de mala forma.

Es importante observar el elemento y modalidad en que tenemos los puntos antes mencionados en nuestra carta. Si tenemos una predominancia de planetas de fuego, es posible que la sensibilidad acuática no nos llegue muy bien desde una pareja. Deberemos necesitar de una pareja de aire que nos entregue perspectiva ante nuestra sensibilidad. Si predomina la tierra en nuestra carta, necesitaremos agua para poder hacer fértil la energía.

Si tienes el mismo signo de la Luna con una pareja, es posible que puedan expresar sus sentimientos de forma similar o tengan necesidades afectivas parecidas. Si ocurre esto con Marte o Venus, la compatibilidad será una bomba, especialmente si el Marte natal de tu pareja toca tu Venus natal.

La carta de sinastría nos puede dar luces de cómo nos llevaremos con una persona, pero es importante recordar que tenemos libre albedrío para poder decidir si queremos estar con alguien o no. Por muy hermosa que sea la sinastría, si la relación no funciona por voluntad de las partes, no habrá magia que ayude a que las cosas sucedan. Si estás viviendo maltrato psicológico o violencia, no importa lo que digan los astros: esa relación no es para ti.