Micaela Martini, health coach y fundadora de Fitwomen, asegura que según su experiencia las mujeres suelen estancarse por dos factores: la falta de motivación y el tema de los horarios. Hacer deporte involucra un factor motivacional importante y estímulos que nos mantengan animadas y cómodas. Esto va desde el espacio en la agenda hasta la comodidad de la ropa. “En un programa muy motivado de sólo 40 minutos las clases se hacen más cortas y una queda con energía suficiente”, comenta.
Según ella, para generar un cambio entender el porqué se decidió llevar una vida saludable. Es que, como explica, para lograr cualquier meta hay que tener un fin o un propósito: ya sea por salud, físico, aliviar el estrés, por bienestar. “Así, cuando alguien considere dejarlo, se puede mirar atrás y volver a ver la razón de porqué se empezó esto en una primera instancia”, explica.
Clave es elegir bien la actividad física. Encontrar un deporte que calce con cada una. “Resulta muy desagradable practicar un deporte que no se disfruta y que probablemente se va a terminar abandonándolo”. Una vez elegido qué es lo que se va a hacer, es importante proponerse metas claras y posibles. “Muchas personas llevan más de un año sin hacer deporte y arman un plan de ejercicios de lunes a viernes, todos los días las siete de la mañana. Lo más probable es que no lo vayan a lograr y sólo se vayan a frustrar. En cambio, si se planea hacerlo sólo miércoles y viernes, en una rutina de 30 minutos, se mantiene la motivación”, explica.
Aunque el trabajo cansa, hay que evitar convertirlo en un “pero”, dentro de lo posible. Y buscar espacios de actividad física que se integren bien a nuestra dinámica laboral. Si se mantienen metas sencillas, se mantiene la motivación. Así los resultados comienzan a asomarse y con ello, la sensación de bienestar porque el deporte no sólo te mantiene bien físicamente, pues te permite relajarte, liberar tensiones y divertirte”, dice Micaela.