Cómo mirar la cannabis medicinal desde una perspectiva de género

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Desde hace años se vive un redescubrimiento del uso medicinal de la cannabis. Y aunque ha estado muy vinculada con lo femenino a través de la partería en el pasado, hoy son muy pocos quienes la analizan desde una perspectiva de género.

¿Es posible hacerlo? Los expertos dicen que sí. Es más: destacan la importancia de entender el mundo de la cannabis medicinal desde esta perspectiva.

En esa línea, no es menor que en Chile las principales líderes que ha tenido el movimiento para abrirle paso a la cannabis medicinal han sido mujeres. Es el caso de Paulina Bobadilla, fundadora de Mamá Cultiva, una organización que se centra en las más de 8.000 madres que cultivan y empezaron a usar el cannabis de manera terapéutica porque sus hijos con distintos diagnósticos no respondían a la medicina tradicional. Paulina no solo lideró la lucha en Chile, sino que llevó Mamá Cultiva al resto de Latinoamérica, le dio fuerza al Movimiento de Madres por el Cannabis, y hoy es alcaldesa de Quilicura (el primer municipio con programas de cannabis medicinal gratuito en farmacias para pacientes).

También es el caso de Ana María Gazmuri, fundadora de Daya, dedicada a la atención médica especializada en cannabis. La también hoy diputada recuerda que dentro del movimiento de la cannabis había la preocupación de evitar que los símbolos y el espíritu patriarcal se tomaran este espacio. “Por eso ha sido tan importante ese sello femenino que ha tenido esta lucha y que tiene el mundo del cannabis porque cuando hablamos de cuidado, bienestar y también de tiempo libre consciente, de ejercicio, estamos hablando de estas dimensiones que hemos ido conquistando como mujeres y sí creo que tiene que ver con esta lucha emancipadora liderado por mujeres”, comenta.

Avances importantes

Hernán Bocaz, abogado especializado en esta temática, cuenta que un reto importante a lo largo de los últimos años ha sido luchar contra episodios abusivos que muchas mujeres -particularmente madres- sufren por poseer plantas de cannabis. “Muchas veces, producto de una separación o término de una relación, ocurre que la primera amenaza que ocupan exparejas con objeto de amedrentar a las mujeres -especialmente a las madres- es acusar o denunciar su tenencia de plantas”, comenta. Dichas situaciones tienden a afectarlas incluso cuando cuentan con certificados que demuestran que no están incurriendo en ningún delito.

En esa línea, el abogado valora la modificación, la semana pasada, del artículo 8 de la Ley 20.000, luego de la aprobación de la Ley Antinarco y que actualiza herramientas para perseguir el narcotráfico. El cambio establece que quienes tengan cultivo de cannabis lo justifiquen con receta médica en la que se señale la patología, la concentración, el modo de uso y otros elementos. “Es un elemento que da protección para aquellas mujeres y madres que quieran cultivar cannabis para la atención de un tratamiento médico suyo o de sus hijos”, sostiene.

Dolor y tratamientos

Una patología que afecta principalmente a la población femenina en Chile (75%) es la fibromialgia -una afección crónica que causa dolor en todo el cuerpo, fatiga y otros síntomas- y, de acuerdo con el reporte de las pacientes, uno de los mejores tratamientos ha sido la cannabis.

Por eso ha sido tan importante la promulgación de la Ley de Fibromialgia y Dolor Crónico, que no solo vino a reconocer esta enfermedad -muchas veces erróneamente considerada un problema psicológico de las mujeres- sino también reconocer el uso de fitofármacos de cannabis y el acceso a terapias complementarias entre sus tratamientos.

Otras patologías dolorosas y típicamente femeninas en las que la cannabis medicinal ha ganado fuerza son la artritis, la endometriosis y el cáncer uterino y de mamas.

Además, comenta Ana María Gazmuri, tras la pandemia, muchas mujeres se han visto afectadas con problemas de salud mental y han reportado “mayor afección y mayor búsqueda de tratamientos no farmacológicos convencionales, como el uso medicinal de la cannabis”.

Calidad de vida

Para muchas mujeres, optar por la cannabis medicinal ha representado una mayor calidad de vida, destaca Felipe Varas, co-fundador de Narma, una plataforma de acceso a tratamientos con cannabis medicinal de grado farmacéutico y productos autorizados por el ISP.

Su visión parte desde la evidencia científica, presentando desde hace casi un año la cannabis medicinal como una herramienta terapéutica más para médicos y profesionales de la salud. En ese tiempo, además de atender a muchas mujeres con las patologías mencionadas anteriormente, ha apoyado a muchas madres.

“La epilepsia refractaria afecta a muchos niños, que son principalmente acompañados por sus madres que, día a día, sufren con ellos la enfermedad y, con la cannabis medicinal, pueden ver avances importantes en sus hijos. Estos días, la madre de una niña de tres años nos destacó el resultado positivo que este tratamiento ha generado en su hija”, comenta Felipe Varas.

Contar con la cannabis medicinal, para muchas mujeres y madres, dice el experto, es poder “contar con una mejor calidad de vida en general”. “Eso es lo que más escuchamos de nuestras pacientes y madres, que suelen llevarse la mayor carga del cuidado de los niños y personas mayores”.

Colectivos pro cannabis de otros países, como Maternidades Cannábicas (México) han defendido, en esa línea, que la planta puede “ser usada como paliativo ante las realidades de desigualdad tan avasallantes que cargan las mujeres sobre nuestros hombros, y también como una aliada que desentraña los mandatos patriarcales y morales sobre nuestros cuerpos y existencias”.

En pro del placer

Mirar la cannabis medicinal desde una perspectiva de género también permite reflexionar de manera distinta sobre la sexualidad.

El estudio “How Cannabis Alters Sexual Experience”, publicado en The Journal Of Sexual Medicine reveló que 73% de las participantes tuvo un incremento de su satisfacción sexual con el uso de cannabis medicinal.

Además de elevar la dopamina, la investigación mostró que el uso de productos en base a cannabis antes de las actividades sexuales disminuye el dolor que miles de mujeres sienten durante el sexo.

Algo similar descubrió la filósofa y sexóloga estadounidense Ashley Manta. Víctima de violencia sexual en su juventud, la experta logró, a través de la cannabis, tratar traumas que vivió, lo que la incentivó a estudiar las razones que explican por qué esta planta puede ayudar a las mujeres.

Tras entrevistar a 373 mujeres, descubrió que una mayoría experimentaba una mayor sensación de placer y deseo, además de orgasmos más intensos cuando usaba algún producto con cannabis medicinal. Entre los más mencionados en la investigación, estuvieron: estimulantes sexuales; lubricantes; sales de baño, tónicos y cremas.

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