Comunicación sexual: ¿Por qué nos cuesta tanto hablar?
Una comunicación sexual asertiva y positiva puede ayudar a fortalecer los vínculos en las parejas y transmitir de manera asertiva los deseos y necesidades. Pero suele ocurrir que no siempre sepamos cómo llevarla a cabo, ya que no es del todo sencillo hablar sobre nuestra vida sexual ¿Por qué nos cuesta tanto expresarnos en este terreno?
Para la psicóloga y terapeuta de parejas, Florencia Grebe, la sexualidad es uno de los ejes más privados de las personas, y al conversar de algo tan íntimo y personal se pueden entrelazar otros elementos como temores, inseguridades, vergüenzas o miedo de herir al otro. “Además como es un tema tan tabú, no sabemos muy bien qué es lo que hay que decir ni cómo, sin pasar a llevar al otro y, al mismo tiempo, sintiéndonos cómodos hablando del tema. En realidad nadie nos ha enseñado hablar de esto y si no se hace ¿Cómo se me va a ocurrir hablarlo en la intimidad?”, comenta la terapeuta.
Pero ocurre que, al no comunicar, el silencio se convierte en un cómplice de las frustraciones, de la vergüenza y de los miedos. La incomunicación sexual puede conducir a decepciones, frustraciones o incluso inseguridades. Según explica Florencia, cada persona es diferente y no podemos pretender que la pareja adivine las preferencias de cada uno y aquello que nos produce más placer.
“Es un pilar fundamental para vivir una sexualidad plena, libre, sin vergüenzas ni tapujos. Tiene que ver con la posibilidad de explorar el cuerpo de uno y del otro. Nos permite tener fantasías que quizás no nos atrevíamos a decir, y al mismo tiempo nos hace sentir cómodos porque entrar en el juego de esperar que el otro adivine qué es lo que me gusta y lo que me hace vibrar, no es posible”, explica la piscología quien agrega además que la comunicación sexual hace que la relación sea más transparente, fluida y, por sobre todo, empática.
Y es que como dice el antiguo dicho, el que no se arriesga no cruza el río. En este ámbito, Florencia explica que no hay receta concreta para llevar a cabo una comunicación sexual exitosa, ya que cada persona es distinta. Pero lo importante es atreverse y considerar ámbitos como el lugar, la forma de decir las cosas y su contexto. “Por ejemplo, hablar de sexo después de haber tenido mal sexo no suele ser una buena idea porque decimos las cosas sin razonar, ‘en caliente’ y se puede pasar a llevar a la otra persona. Por eso, es mejor dejar que las cosas pasen, pensar bien lo que queremos decir y lo que necesitamos, para poder expresarlo correctamente”, explica Florencia.
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