Las crisis, por muy devastadoras que sean, siempre son una oportunidad de cambio. Porque cuando nuestra cotidianidad se altera, también nos replanteamos qué tanto queremos volver a ella. El coronavirus es, sin dudas, una de la más difíciles que hemos enfrentado como sociedad, pues no solo vino a amenazar la salud de las personas, sino que todas sus áreas. Y la familia no es la excepción. ¿Qué deberíamos aprender de esta crisis? Dos especialistas en crianza entregan sus recomendaciones.
Bajar las expectativas y exigencias
"En la rutina normal los niños están llenos de actividades para ser estimulados. Se les llenan todos los espacios por temor a que no cumplan con las expectativas de una sociedad exitista. Son estresados y exigidos. Ahora, por mucho pánico colectivo que hubo al principio, varios se dieron cuenta de que con el ocio no pasaba nada. De hecho, es fundamental para potenciar la creatividad, tema importante si se toma en cuenta que en Chile, en comparación con otros países, los niños representan menores habilidades creativas. Además, está comprobado que éstas tienen mucho más potencial de éxito que cualquier otra", explica Bárbara Homan, psicóloga clínica del Centro de Intervención Temprana.
La importancia de cuidarnos
En el día a día no siempre somos conscientes de la importancia que es estar sanos. Tanto físicamente como sicológicamente, porque esto no solo repercute en nosotros. "Los niños ahora están cumpliendo con el rol de ser agentes de contagio y por eso el mensaje de cuidarnos es mucho más potente en ellos. Aprendieron que para proteger a las personas vulnerables, deben protegerse a ellos mismos. Eso les va a quedar marcado para siempre", señala Viviana. Bárbara concuerda con esto y agrega: "La salud mental está siendo mucho más valorada porque nos dimos cuenta de que, al final de cuentas, eso es lo que más importaba".
Volver a la tribu
Antiguamente, la crianza de los hijos estaba compuesta por diferentes actores. En primer plano se encontraban los padres y después venía todo un círculo de contención. Ahora, en cambio, es difícil contar hasta con más de un actor. "Las personas vivimos en una vorágine porque hay que cumplir con miles de cosas a la vez y descuidamos el tiempo con los niños. El encierro vino a hacer que nos reencontremos cara a cara con nuestra familia", explica la psiquiatra infanto juvenil Viviana Herskovic, de la Clínica Las Condes. Para Bárbara, esto es importante ya que la presencia de los padres es vital para el desarrollo del niño.
Comunicar con honestidad
Para proteger a los hijos los padres tienden a privarlos de la contingencia. Pero esta vez, como la pandemia les afecta directamente, tuvieron que enfrentarse al desafío de hablar sobre lo que está pasando. Para ambas expertas esto debería servir de ejemplo de comunicación. "Siempre hay que ser sinceros y no tener temor de que no van a entender. Hay que explicarles la verdad, pero siempre desde un llamado a la calma", asegura Homan. Además, es importante preguntarles qué opinan. "Uno siempre debe pedirles un feedback porque hay que escucharlos para saber cómo se sienten. Ellos entienden todo y se les hace mucho más fácil aceptar la realidad porque no conocen otra", concluye Herskovic.