Este lunes, solo 24 horas después de la marcha en conmemoración del 8M que convocó a más de un millón de mujeres que se manifestaron por la equidad de género, la paridad salarial, el fin de la violencia sexista y muchas otras causas vinculadas al feminismo, Comunidad Mujer publicó el primer estudio que valora el aporte económico del trabajo doméstico a la economía de nuestro país.

El informe aborda un tema que afecta directamente a miles de chilenas que realizan un trabajo diario en sus casas pero que es invisibilizado y que, según los resultados del estudio, representaría un 22% del PIB nacional, ubicando su aporte a la economía por sobre sectores productivos tan importantes como la minería o los servicios financieros.

El trabajo doméstico no remunerado agrupa actividades no solo de cuidado de niños y ancianos, sino que, sobre todo, labores de mantención y administración del hogar que muchas veces las dueñas de casa realizan de forma adicional a sus empleos. Y es que, desde la década de los 60',  cuando las mujeres comenzaron a incorporarse de manera intensiva en el mercado laboral formal, las tareas domésticas que recaían sobre la figura de la dueña de casa siguieron siendo de su cargo. "A través del tiempo se ha perpetuado una división sexual tradicional del trabajo", explica Paula Poblete, economista y directora de estudios de ComunidadMujer. "Las mujeres en el 2020 siguen haciéndose cargo del trabajo de la casa: del cuidado de los hijos, de las personas mayores o con algún nivel de dependencia y de todos los quehaceres y labores de administración incluso cuando comparten el hogar con otro adulto igualmente responsable, igualmente independiente".

Durante la presentación del estudio, la experta aclaró que incluso persiste el modelo del hombre como proveedor y la mujer es la cuidadora. "Al perpetuarse esta idea y el patrón cultural en el que todo lo femenino es subvalorado y subestimado esta enorme carga de trabajo se invisibiliza y no se le da el valor que tiene para el desarrollo de las sociedades", agrega Poblete.

De acuerdo con el informe, las mujeres dedican en promedio 55 horas semanales al trabajo doméstico y, sin embargo, en las estadísticas de empleo es clasificado como "inactividad".  "El trabajo doméstico y de cuidado solo tiene un precio si lo ejercen personas ajenas al hogar, si lo ejerce alguien que vive ahí ya no es un servicio final con un valor de intercambio y transable en el mercado que pueda ser considerado en el PIB", explicó Mercedes Ducci, presidenta de ComunidadMujer.

Precisamente el objetivo de esta iniciativa es contribuir a que se reconozca el peso real de este tipo de trabajo en el bienestar y sobre todo en el funcionamiento de la economía del país. "El gran peso que tiene esta actividad económica no se condice con su valoración social ni con los esfuerzos destinados a desproveerlo de los estereotipos de género heredados del sistema patriarcal imperantes", comenta Poblete. "Quienes hacen este trabajo en su mayoría son mujeres y llevan siglos subsidiando el desarrollo de los países. No hay conciencia de que sin este trabajo no existe la posibilidad de reproducir el sistema social económico que tenemos hoy".