Diversidad sexual en la vejez
Junio es un mes especial para la comunidad LGBTIQA+. A nivel mundial se celebra el mes de Orgullo Gay y Chile no es la excepción. El pasado 25 de junio miles de personas se reunieron en el Gay Parade que se organiza en nuestro país desde 1999. Sin embargo, este año la celebración marcó también un hito para un segmento de esta comunidad que ha sido invisibilizado. El Servicio Nacional del Adulto Mayor junto al Movilh firmaron un documento que contiene una serie de compromisos destinados a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores miembros de la comunidad LGBTIQA+.
Y es que, cuando se habla de diversidad sexual, el imaginario colectivo hace una asociación casi automática con jóvenes y adultos. Pero la realidad es que miles de personas de la tercera edad también pertenecen a la comunidad LGBTIQA+ y enfrentan quizás incluso más adversidades que otros grupos etarios. Se trata de personas que crecieron en un entorno con más prejuicios y menos información respecto de la identidad sexual y la diversidad de género. Y al llegar a la tercera edad pareciera que estas barreras se vuelven todavía más altas en el contexto de un entorno especialmente heteronormativo.
Según un estudio realizado en Estados Unidos en el que participaron 6.000 personas mayores de 60 años, una de las principales causas de discriminación en la vejez tiene que ver con la orientación sexual. La encuesta mostró que casi la mitad de los participantes que dijeron haber sufrido de discriminación en la vejez la experimentaron por ser parte de la comunidad LGBTIQA+. Lo que tiene una incidencia particularmente alta para las personas trans. Dentro de este grupo casi el 70% reportó haber vivido algún tipo de discriminación producto de su identidad de género.
Rodrigo Cabrera, psicólogo, Doctor en Intervención Psicosocial especializado en comunidad, personas mayores e identidad, agrega que la realidad que enfrentan las personas mayores en términos de discriminación es particularmente compleja. “Las personas identificadas con estos colectivos viven al menos dos discriminaciones de manera simultánea”, comenta. “Por ser mayores y por ser identificados e identificadas como parte de estos grupos”. En este sentido, el psicólogo agrega que los temores en estas personas giran en torno a que las discriminaciones, prejuicios y estereotipos dirigidos hacia sus colectivos se profundicen y se sostengan en el tiempo manifestándose a través de violencia simbólica, verbal, física y emocional.
Pero, vivir con temor a ser discriminados no queda solo en eso. Durante un Seminario Internacional sobre Género y Diversidad Sexual en la Vejez realizado en Buenos Aires, el profesor de la Universidad de Chicago, Brian Devries explicó que la discriminación es una variable muy importante a considerar cuando se trata de reconocer abiertamente el propio género u orientación sexual. “Estas altas tasas de discriminación hacia las personas mayores inciden en decisiones de revelar o no nuestra realidad y el temor de hacerlo”, comentó.
Y, si bien, la discriminación incide en la posibilidad de identificarse abiertamente como LGBTIQA+ cuando se es mayor, también afecta profundamente la salud mental de una población que, según información del SENAMA, ya carga con una alta incidencia de patologías psicológicas y psiquiátricas. Datos entregados por el organismo indican que 1 de cada 5 adultos mayores sufren de alguna enfermedad vinculada a salud mental y que, además, son el grupo etario con la tasa más alta de suicidios en Chile. De acuerdo con una investigación realizada por psicólogos y terapeutas de la Universidad de Nueva York y la Universidad de Northwestern en Chicago, para los adultos mayores la discriminación en razón del género y de la edad es un factor que genera mayor preocupación por el proceso de envejecimiento y niveles de ansiedad y depresión más altos que los que experimentan sus pares heterosexuales. “La discriminación por edad y por identidad de género tiene un efecto multiplicador en términos de ansiedad y depresión”, explica el documento.
Rodrigo Cabrera agrega que, este efecto particularmente nocivo para la salud mental tiene que ver con que no se trata de situaciones aisladas, si no más bien con una constante en la vida de los adultos mayores. “La salud mental se ve muy perjudicada porque han habido altos niveles de discriminación en su trayectoria de vida”, comenta el especialista. Y explica que esta discriminación se manifiesta a través de problemas vinculados al ánimo, depresiones y el abuso de sustancias.
La psicóloga especialista en terapia con enfoque de género, Camila Katz, comenta que las causas de una menor apertura hacia las minorías sexuales en la vejez no tiene tanto que ver con la edad como sí tiene relación con la época. “Es probable que en la vejez los estereotipos sean más marcados porque las épocas son distintas”, comenta. “Tiene que ver con el momento histórico en que elles se desarrollaron y la manera en la que enfrentaron el tema de la identidad. Probablemente son personas que vivieron muy invisibilizadas”. La especialista recalca que, si ya la vejez es una realidad que se discute poco y se estigmatiza mucho, la diversidad sexual en esta etapa de la vida es un tabú aún más grande. “En Chile no tenemos un historial largo en este tema, por eso es algo muy invisibilizado. Si ya la vejez se invisibiliza, la vejez disidente o cuando hay diversidad sexo genérica lo es todavía más”, comenta.
Y sin embargo, no todos los sesgos y prejuicios provienen de pares que crecieron bajo un paradigma poco flexible y tolerante. La discriminación no solo se vive entre adultos mayores. “En cuestiones ligadas a pertenencia y vinculación social, el estado ha sido discriminador también”, agrega el Rodrigo Cabrera. “Se crean leyes que no necesariamente otorgan todos los derechos sociales que tiene una persona heterosexual que redundan en diferencias históricas que se repiten incluso en estos tiempos de supuesta flexibilidad y supuesta apertura”. Por esta razón es que, documentos como el acuerdo firmado entre el gobierno y el Movilh para promover los derechos de las personas mayores miembros de la comunidad LGBTIQA+ son hitos muy importantes.
Porque si bien en las últimas décadas se ha ganado mucho terreno en temas de diversidad sexual, parece ser que esta apertura es más bien aparente como señala Rodrigo Cabrera. Porque aún no ha alcanzado a todos los segmentos de la población y los beneficios de una sociedad más tolerante son algo que los adultos mayores todavía no reciben. Pareciera ser que la vejez se vive en una especie de burbuja en la que tanto la sexualidad como los roles de género siguen siendo una estructura rígida que no da cabida a las personas LGBTIQA+
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