Doctor juventud
Un hongo de Isla de Pascua que inhibe la formación de placas de Alzheimer. Una dieta más restringida que nos podría alargar la vida. Una enzima que previene el cáncer y el deterioro de las células. Estos y otros descubrimientos desvelan al biólogo molecular chileno Felipe Sierra, director de todos los estudios sobre envejecimiento que se hacen en Estados Unidos y defensor de una idea revolucionaria: el envejecimiento se puede manipular.
100 años atrás, esta entrevista hubiera sido imposible. Felipe Sierra estaría muerto: tiene 56 años y, hace un siglo, la vida media del hombre era de 47. A Sierra le encanta ejemplificar así el trabajo que desarrolla desde hace décadas. A Sierra le interesa el envejecimiento. No le importa tener canas o dolores de espalda: le interesan los mecanismos celulares y moleculares involucrados en el proceso. Por eso aceptó, hace 8 años, un puesto en la división Aging Biology del National Institute on Aging –el equivalente del FONDECYT chileno– en Bethesda, un suburbio de Washington. Y hace dos años pasó a ser el director de la división. "Financio todo lo que se hace en envejecimiento en Estados Unidos", simplifica este biólogo molecular de la Universidad de Chile, doctorado en la Universidad de Florida y postdoctorado en la Universidad de Ginebra.
Éste es otro de los ejemplos favoritos de Sierra: "Tengo una hija de 17 años. Si nosotros fuéramos todos los días por un año a comer comida chatarra, al final de ese año yo me moriría, pero ella no. Y, sin embargo, consumimos el mismo colesterol. El colesterol no es lo central: lo importante es que yo soy más viejo. El envejecimiento es el factor de riesgo principal para casi todas las enfermedades que nos azotan: diabetes, Alzheimer, cardiovasculares. Siempre se ha pensado que, como no podemos cambiar la edad, nos tenemos que preocupar de otras cosas". Y hace una pausa: "Pero resulta que el envejecimiento se puede manipular".
Milagro pascuense
¿Cómo es posible que el envejecimiento se pueda controlar?
Primero hay que entender que el envejecimiento, según la definición que yo prefiero, es el deterioro paulatino e irreversible de la funcionalidad del organismo. Y hay varias maneras de controlar eso. Lo último que hemos descubierto es que se puede hacer a través de drogas. Esto fue un estudio muy importante que financiamos y que se publicó hace 6 meses, acerca de la rapamicina. La rapamicina es un antiinflamatorio e inmunosupresor que viene de un hongo del suelo de Isla de Pascua. Se usa hace mucho tiempo para evitar el rechazo a los órganos en personas trasplantadas. Pero el estudio del año pasado demostró que si tú les das rapamicina a los ratones, viven más y con mejor salud.
¿Y en humanos?
No se ha probado con esos fines. Pero hay motivos teóricos que sugieren que podría tener un efecto en el envejecimiento. Además, hay dos estudios muy recientes –el paper oficial de uno de ellos me acaba de llegar esta mañana– que concluyen que la rapamicina impide la formación de placas de Alzheimer en ratones. Así que el tema está en el filo de la navaja: es lo más reciente que hemos investigado y es la primera vez que tenemos un compuesto químico que aumenta la vida.
¡Guau! ¿Se ha estudiado si los trasplantados que lo toman viven más?
Obviamente lo consideramos, pero las personas que tienen un trasplante están en muy mal estado de salud. Y no hay un grupo de control, es decir, personas que no reciban un
trasplante y que no tomen el compuesto. Entonces no se puede hacer ese estudio. Por ahora estamos probando la rapamicina en ratones con diferentes enfermedades y –si nos alcanza el dinero– queremos probarlo en monos y ver qué hace en su fisiología.
¿Qué otra línea de investigación sobre el envejecimiento están desarrollando?
La dieta: la teoría de la llamada reducción calórica. Esto se sabe desde 1935: si tú le das a una rata una dieta con un 30% menos de lo que ella quiere comer, vive más. Es difícil conocer exactamente el mecanismo, pero pensamos que lo que ocurre es que el organismo, al tener un metabolismo más bajo, produce menos radicales libres y esto retrasa el envejecimiento.
Qué fuerte, porque es ir en contra de todos estos años de pensar que por estar mejor alimentados vivimos más.
Un poco. Pero se trata de una nutrición más restringida, no una mala nutrición. Además, estos experimentos se hacen en condiciones muy muy muy controladas, a diferencia de la desnutrición en humanos, que va acompañada de malas condiciones de vida, propensiones a infecciones, etc. Por eso pasar la idea de restricción calórica de ratones de laboratorio a humanos, es un poco peligroso. Pero sugiere que, una vez que entendamos cómo funciona, el envejecimiento será controlable.
¿Hasta los mil años?
Hablando de radicales libres, ésa es una de las teorías más divulgadas sobre el envejecimiento. ¿Me la explica?
Es la más aceptada. En principio, es muy simple: cuando respiramos y comemos, obtenemos oxígeno y glucosa del medio ambiente. Ambas coasas las combinamos en nuestras mitocondrias para producir energía. La mitoconria agarra los dos átomos de oxígeno, los separa y los une a un átomo de hidrógeno para formar agua. El problema es que en este proceso hay un pequeñísimo escape de oxígeno. Cuando se escapa un átomo de oxígeno, necesita juntarse con alguien, porque es muy inestable, entonces ataca a la primera macromolécula que encuentra y daña sus membranas y proteínas. La teoría, entonces, es que para vivir tenemos que producir energía, pero al mismo tiempo esa energía libera estos llamados radicales libres de oxígeno, que son muy nocivos. Mientras más vivimos, más daño se acumula y así se va produciendo el envejecimiento. Ésa es la teoría. El problema es que se ha demostrado que los viejos no tienen tanto más daño celular que los jóvenes. Además, la bióloga chilena Viviana Pérez –ex alumna mía– realizó hace poco un experimento en San Antonio, Texas, usando ratones a los que les aumentaba o disminuía las defensas contra radicales libres. Se esperaba que la longevidad del ratón aumentara o disminuyera según eso, pero no pasó absolutamente nada.
¿Entonces la teoría de los radicales libres está cuestionada?
Definitivamente. Ahora, nuevamente esto ocurrió en ratones que están bajo condiciones súper controladas, como si vivieran dentro de una bola de cristal. Por ahora no podemos decir que los radicales libres no jueguen un papel en el envejecimiento de las personas normales.
El año pasado se entregó el Premio Nobel de Medicina a dos mujeres por un descubrimiento que relacionaba el cáncer con el envejecimiento. ¿En qué consiste?
Ése fue un trabajo de dos científicas que nosotros financiamos, Elizabeth Blackburn y Carol Greider. Ellas sintetizaron la telomerasa, una enzima que permite que una célula pueda reproducirse infinitamente. Eso es lo que hacen las células cancerígenas. Por eso, sólo las células germinales (las de óvulos y espermios) tienen telomerasa, porque si no, todas nuestras células proliferarían indiscriminadamente. Al sintetizar la telomerasa, se lograría también inhibirla en las células cancerígenas. Esto podría ser un tratamiento para el cáncer.
¿Y qué tiene que ver eso con el envejecimiento?
A ver: tu cuerpo tiene muchas más células cancerosas de lo que tú piensas. Miles. Y todas se dividen y forman un granito, pero después no se pueden dividir más porque se les acabó la telomerasa. Y hasta ahí llega el tumor. Pero esas células que dejan de dividirse porque se les acabó la telomerasa, están ahí todavía y secretan productos inflamatorios. Las llamamos células senescentes y pensamos que hacen envejecer a los tejidos al acumularse, porque comose inflama, el tejido va perdiendo su función. Entonces, la inhibición de la telomerasa permitiría frenar el envejecimiento, ya que evitaríamos la acumulación de células senescentes.
¿Ha escuchado hablar de un genetista de Cambridge que se llama Aubrey de Grey y que dice que muy pronto podremos vivir hasta los mil años?
¡Ah!, Aubrey. Aubrey es un tipo bien especial. Es muy excéntrico. Pero ni siquiera tiene un doctorado. Nunca ha trabajado en envejecimiento. Es un teórico que piensa que si resolvemos siete tipos de daños celulares podremos vivir para siempre. El problema es que dice que hay que incorporar la telomerasa a todas las células. Si hacemos eso, nos va a dar cáncer: un pequeño problema. Y así con sus otras ideas. Desde el punto de vista de la ingeniería suena práctico; desde el punto de vista de la ciencia, no.
Además, qué lata vivir mil años.
Bueno, ése es otro punto: el efecto sociológico de todo esto. ¿Qué pasaría con el campo laboral si vivimos 200 años? Es muy complejo. Nosotros en 100 años hemos casi doblado la longevidad del ser humano. Quizás muchos de los problemas que tenemos hoy tienen que ver con eso. O quizás no, pero estamos suponiendo que vivir va asociado a mayor calidad de vida. La idea es que con rapamicina y restricción calórica, podemos mejorar el estado de salud. Es importante que la gente tenga esa idea: no vamos a poder cambiar la edad cronológica. Yo tengo 56 años y los voy a seguir teniendo hasta el 4 de octubre. Pero la edad fisiológica, cómo funciona mi organismo, eso es manipulable. Y esto es un dato importante.
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