El concejal transexual tres veces electo
En el año 2004 se convirtió en el primer transexual en llegar a un cargo de representación pública en América latina, al salir electo concejal en Lampa. En las elecciones municipales de este año consiguió un nuevo gran récord:salió reelecto por tercera vez consecutiva en su cargo y obtuvo la primera mayoría de los votos a nivel comunal. Consolidado como un líder, ha conseguido derribar mitos y prejuicios en torno a su condición.
Paula 1111. Sábado 22 de diciembre de 2012.
Es cerca del mediodía y, en la Municipalidad de Lampa, el calor es sofocante y azota las dependencias de la sala de concejales. De pronto, un hombre de unos 30 años irrumpe en el salón y pregunta cuál es la oficina del concejal Felipe González. El recepcionista responde que es la que está al frente suyo pero que tiene que esperar: ocho personas llegaron antes y desean ser atendidas por Felipe. Una señora, de nombre Cecilia, que está sentada en una silla, le explica al joven que casi todos los días es así. "El Feli es uno de los pocos concejales que atiende público de lunes a viernes, y viene mucha gente a verlo para contarle sus problemas y pedirle ayuda o solución. Siempre nos escucha y nos orienta", argumenta la señora. El hombre se sienta y espera.
"La primera vez que salí concejal, en 2004, el alcalde de entonces me llamó a su oficina y me dijo 'Felipe, tengo un problema, necesito que vengas a jurar con terno y corbata'. Me molesté, pero al final preferí ir como él me lo pidió para no generar mayores problemas. Aunque no me sentí tan discriminada, me incomodo la situación".
Del otro lado de la puerta se encuentra Felipe González (44), el solicitado concejal. Viste sandalias blancas con tacos, una polera del mismo color y un bermudas beige. Tiene las uñas de manos y pies pintadas con esmalte blanco, lleva puestos siete anillos, un reloj brillante y una cadena de oro cuelga de su cuello. Usa una melena rubia platinada que él mismo corta, peina y tiñe, ya que antes de ser concejal era un conocido peluquero del sector, oficio que aún practica en sus ratos libres en el pequeño salón que tiene montado en su casa. Felipe es el primer transexual (como se define a las personas cuyo sexo biológico no coincide con su sexo sicológico) en Chile y América Latina que llega a un cargo de representación popular, desde que salió electo concejal en 2004. Sus electores votaron en la papeleta por Domingo Felipe González Pino, el nombre que exhibe su carné de identidad, pero sus más cercanos, incluso muchos de sus electores, lo llaman Alejandra, el nombre con que se identifica.
En su primera elección, en 2004, fue como candidato independiente, ocupando un cupo del Partido Humanista (PH), donde obtuvo 989 votos, los que representaron 6,2% del total de sufragios emitidos y lo posicionaron en el sexto lugar. De todos esos votos, 575 fueron de mujeres y el resto de hombres. Así comenzó un camino que hoy en día lo tiene al inicio de su tercer período consecutivo como integrante del Concejo Municipal de Lampa, "una comuna rural y machista", como la define Felipe, donde, a pesar de todo, ha logrado ganarse el cariño y la confianza de la comunidad.
Luego de haber tenido ciertas diferencias y algunos percances con el PH, se retiró de dicha tienda. Por eso, para las elecciones del año 2008 aceptó ir en la lista del Partido Socialista (PS), nuevamente como candidato independiente. Para esa ocasión, tuvo un poco más de éxito: 1.045 personas (655 mujeres y 390 hombres) le dieron su preferencia, el equivalente a 5,74% de los votos, lo que le permitió ocupar la cuarta posición y salir reelecto por segundo período consecutivo. Finalmente, en las elecciones de este año ocupó la misma fórmula de 2008: independiente utilizando un cupo del PS. Pero el resultado de este año fue mejor, ya que logró 1.753 votos y ganó el primer lugar entre sus pares, obteniendo 8,8% de los sufragios.
Aunque las cosas, en las últimas elecciones, no fueron fáciles. Cuando quedaba poco más de un mes para el día de las votaciones, la alcaldesa Graciela Ortúzar (RN) tuvo que dejar su cargo para dedicarse por completo a desarrollar su campaña para la reelección y evitar conflicto de interés. El reglamento dice que cuando ocurre esto, aquel/lla concejal/a que no va como candidato tiene que subrogar la alcaldía hasta cuando termine la fecha oficial de las campañas electorales.
Como todos se presentaban a los sufragios, se hizo una tómbola para escoger a la persona que reemplazaría provisional y protocolarmente a la alcaldesa. El elegido resultó ser Felipe, quien sumó otro récord: ser el primer alcalde subrogante transexual del país. El problema, dice, fue que esto le restó tiempo para hacer una buena campaña. "Tenía que salir a terreno después de las 17:30, porque antes tenía que estar en el Municipio viendo temas de la Alcaldía", agrega. Esto hizo que en algunos momentos viera peligrar su candidatura, pero "al final la gente me demostró que me he ganado su respeto, su confianza y que me ve como un referente dentro de la colectividad que comprende Lampa y sus alrededores", reflexiona González.
Alejandra Jazmarín
Felipe nació en Batuco y es el menor de dos hermanos. Dice haberse identificado con el sexo femenino desde su niñez: se sentía una niña, no un niño. "A los cinco años me ponía los tacos de mi mamá, me ponía las faldas de mi mamá. Iba a la iglesia con esa ropa. Era lo que me nacía", revela.
Su padre los abandonó a él y a su madre cuando Felipe era niño. Felipe cree que no soportó que su hijo fuese transexual. "Para él era una vergüenza", dice. En cambio, asegura, que su madre lo apoyó incondicionalmente. A los 13 años, Felipe decidió asumirse frente a la sociedad como mujer.
¿Hiciste algún tratamiento con hormonas o algo parecido para feminizarte?
No, nunca he tomado hormonas. Desconfío un poco de los efectos secundarios que pueden generar. No voy a arriesgarme a castigar mi cuerpo para verme más femenina.
¿Te pusiste algún nombre para tu nueva identidad de género?
Alejandra Jazmarín. Al principio me quería poner Alexandra, pero una amiga que tenía en el Circo Timoteo, donde trabajé algunos años en mi juventud, se había puesto así.
¿Te gustaría cambiarte el nombre en el Registro Civil, para que en tu carné de identidad en vez de que diga Domingo Felipe dijera Alejandra Jazmarín González?
Independientemente de que, para hacerlo, se requiera actualmente de un fallo judicial y demostrar en tribunales que eres transexual. Sería fantástico poder cambiarme el nombre, pero tendría que empezar a analizar qué puede ocurrir políticamente conmigo si es que lo hago. La gente ha votado por Felipe y no por Alejandra durante tres períodos consecutivos, entonces no sé qué pasaría con mis electores. Tendría que educar a la comunidad antes de hacerlo.
Nace un líder
Corría el año 1996 y Felipe se dedicaba principalmente a atender su peluquería Belleza & Arte, cuando su amiga Pilar González le pidió un gran favor: si podía ir a buscar y a dejar al colegio a uno de sus 9 hijos y asistir a las reuniones de apoderados. Felipe accedió y el día 3 de marzo de ese año llevó al niño a su primer día de clases en sexto básico a la Escuela República de Polonia, el mismo colegio donde él cursó la básica. "Muchos se sorprendieron de que yo, siendo transexual, fuese el apoderado de un niño", afirma.
Poco a poco se fue haciendo conocido en la escuela y, cuando fueron las elecciones de la directiva del curso, lo votaron presidente. Luego vinieron las elecciones de la directiva del colegio y pasó a presidir el Centro de Padres y Apoderados.
Paralelamente, participó en la directiva del Club Deportivo Manuel Rodríguez, –uno de los más antiguos de Batuco– donde fue presidente y secretario. En 1999, además, fue elegido presidente de la junta de vecinos de Las Calerías de Batuco, donde su madre estaba inscrita como socia. En esta nueva organización, que era más grande y de un peso más político que las anteriores, Felipe estuvo en la presidencia hasta el año 2003. Cuenta que los vecinos nunca se complicaron porque fuese transexual, debido a que conocían su identidad de género desde cuando era más joven. Fue así como comenzó a forjar de forma más sólida su liderazgo, especialmente desde el año 2000, fecha en que una gran inundación devastó a la zona. Y, como dirigente social, comenzó a buscar ayuda en distintos espacios.
"Sería fantástico cambiarme de nombre, pero tendría que analizar qué puede ocurrir políticamente si es que lo hago. La gente ha votado por Felipe y no por Alejandra, entonces no se qué pasaría con mis electores si me cambio de nombre. Tendría que educar a la comunidad antes de hacerlo".
Aburrido de esperar alguna solución de parte del Municipio o de otros lugares, porque ya no llegaba, viajó a Santiago a plantear las problemáticas que estaba viviendo Batuco y sus alrededores en Un Techo Para Chile. "Ahí, dije que en Batuco estábamos con el agua hasta el cuello, que había mucha gente que había perdido todo, que no recibíamos ayuda de la Municipalidad, entre otras problemáticas", cuenta. A los pocos días, llegó a Batuco un pequeño contingente de Un Techo Para Chile. Gracias al trabajo que se comenzó a realizar, "pudimos visibilizar la pobreza en que vivíamos", comenta.
Un techo Para Chile lo llamó luego para que trabajara con ellos en esa comuna. Gracias a ese nexo, consiguió que Infocap desarrollara en Lampa talleres de capacitación en oficios. De ahí, dar el salto como concejal fue algo que resultó natural.
¿Has sufrido algún tipo de discriminación en el mundo político?
Recuerdo tres experiencias. La primera de ellas me ocurrió en el año 2004, cuando iba a asumir y a jurar en el cargo por primera vez. El alcalde de ese entonces estaba bastante complicado con cómo iba a manejar la situación política que se le presentaba. En ese tiempo yo tenía una apariencia más femenina que ahora, porque me producía un poco más. Y él estaba preocupado por lo que podía decir y comentar la gente. Por eso me llamó a su oficina y me dijo: "Felipe, tengo un problema. Necesito que vengas a jurar con terno y corbata". Él, en realidad, lo que me estaba pidiendo era que me vistiera como hombre.
¿Qué hiciste?
Me molesté y le dije que no, que iba a ir como me sintiera más cómoda, aunque al final preferí ir como él me lo pidió para no generar mayores problemas. Aunque no me sentí tan discriminada, pero me incomodó harto la situación.
¿Y cuáles fueron las otras dos situaciones?
Las otras dos fueron más fuertes. Una me ocurrió en el año 2005, cuando descubrí una irregularidad dentro del Municipio. Y como yo comencé a dar a conocer y a denunciar la irregularidad, me comenzaron a llegar amenazas y agresiones de diverso tipo. Me enviaban mensajes tratándome de "maricón", de que me iban a pegar y cosas así. Después dieron vuelta mi oficina, vinieron donde mi madre a decirle que si no me sacaba del Municipio íbamos a tener muchos problemas. Incluso, un día apedrearon el auto que tenía en ese entonces. Al final preferí no seguir con la denuncia ni con la investigación para resguardar la seguridad de mi madre y la mía.
Y la última, ¿cómo fue?
La otra situación fue de lleno porque soy transexual. En el año 2006 asistí al Congreso Nacional de Concejales que se realizó en Viña del Mar, donde fui vestida como normalmente me visto; me puse unos tacos, una ropa apretada, bien femenina. Y unos colegas comenzaron a correr la voz, no de que había una transexual, sino de que había un "maricón". Un "maricón" que era concejal. Después llegó un periodista a preguntar quién era tal persona. Entonces, un concejal que estaba cerca de mí le dice "no, si el 'maricón' es el que está ahí". Y ahí yo lo enfrenté de inmediato y le dije: "Tú, con qué derecho me estás tratando de 'maricón', si tú también eres autoridad", y ahí tuvimos unas diferencias horribles y lo tuve que parar. Esa agresión fue muy fuerte, sobre todo porque provino de un par, de un colega que, más encima es autoridad y representa, supuestamente, a las personas que lo eligieron.
¿Cuál ha sido tu estrategia para salir electo durante tres períodos y sacar ahora la primera mayoría?
Esta es parte de la gráfica de la campaña de este año, donde Felipe González aparece como viste todos los días en su oficina de la Municipalidad de Lampa. Siempre he buscado ser transversal como concejala, por lo que mis electores no solo son personas que pertenecen a la diversidad sexual. Mi principal estrategia ha sido promover la no discriminación en todo sentido, señalando que tanto las personas heterosexuales como las personas de la diversidad sexual tienen derecho a una buena educación, a una buena salud, a un buen trabajo y a una inclusión y aceptación dentro de la sociedad.
Acabas de asumir tu tercer período consecutivo como concejal. ¿Qué significó para ti que en la pasada elección municipal fueras elegido con primera mayoría de los votos a nivel comunal?
Obtener la primera mayoría me confirma que, para la comunidad de Lampa, que yo sea transexual ha pasado a segundo o tercer plano. Creo que es un cambio cultural que se está dando, que la comunidad de a poco ha ido cambiando el chip, la mentalidad. A ellos lo que les importa es que yo cumpla de buena manera mi trabajo como concejala.
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