El tiempo no cura las heridas, hay que hacerse cargo de ellas

El tiempo no cura las heridas Paula



“Con el tiempo va a doler menos”, suele ser el consejo que escuchan quienes están atravesando un duelo. “Ni perdón ni olvido para alguien que me hace daño”, dicen otros cuando pelean con algún amigo o pareja, esperando que al “dejar ir”, simplemente dejarán de pensar en la persona que los lastimó.

“Mirando a la distancia pequeño todo es”, canta Elsa en la película Frozen, pero a medida que avanza la trama se da cuenta de que, inevitablemente, tendrá que hacer frente a los problemas de los que intentaba escapar. Y así, como este personaje ficticio, todos y todas tenemos que hacernos cargo de lo que nos hace daño, de eso que no hemos logrado soltar creyendo que será el tiempo el que se hará cargo por sí solo.

Cuando se ignoran los conflictos y los dolores se cae en la negación, lo que la Jefa de la Unidad Emocional de Clínica Indisa, Patricia González, define como “una forma de afrontar situaciones dolorosas, estresantes o desagradables, restándole valor o definitivamente haciendo como si no estuvieran pasando”. El problema es cuando esta actitud se mantiene en el tiempo y no se resuelven los problemas en el momento adecuado.

“Hacerse cargo es ser conscientes de lo que estamos viviendo, sufriendo, atravesando”, explica Francisco Gatica, director médico de Inasex diplomado en psicología clínica. Y agrega: “Es un proceso doloroso que toma tiempo, pero el tiempo es relativo pues, puede tomar años o días dependiendo de qué tan rápido tomemos conciencia”.

El médico especializado en salud mental explica que es importante tomar conciencia de las distintas situaciones en cuanto a través de ese proceso, las personas son capaces de observar mejor qué les está ocurriendo y darse cuenta de lo que viven. “Tener un proceso de duelo adecuado, cerrar y entender, ser más amables con uno mismo y con el resto”.

Pero al contrario, si quienes ignoran lo que están viviendo y no se hacen cargo o no se dan el tiempo para sentir y validar lo que sienten, lo que evitan es ser capaces de empatizar con el resto que pueda estar pasando por una situación similar.

Por lo mismo, el especialista explica que es fundamental externalizar lo que se siente cuando hay conflictos con otras personas o con situaciones específicas. “Hay personas que son orales y que prefieren verbalizar, lo que es fantástico, pero hay otras manera de drenar angustias, dolores, penas y euforias, como la escritura y la pintura, por ejemplo”, dice en relación a las distintas herramientas con las que una persona puede hacerse cargo de las distintas situaciones que vive.

“Qué importante es externalizar, hacer el ejercicio de sacar fuera aquello que te consume por dentro”, dice, y cuenta que en su práctica suele encontrarse con pacientes que vetan el aspecto emocional y no logran identificar el motivo de sus tristezas. “Saben que están perdiendo a alguien, pero no logran identificar cuál de todos sus problemas es el que les provoca la angustia que están experimentando”.

Cuando no se expresan los conflictos ni se busca resolverlos, se corre el riesgo de volver a experimentarlos cada vez que surja una situación similar. Por ejemplo, no hacerse cargo de un duelo cuando muere un ser querido, con el tiempo hará que el dolor ya no esté, pero si se vuelve a perder a alguien, inevitablemente con el tiempo retornarán esos mismos miedos y angustias.

Lo mismo pasa si hay una pelea con alguien que fue importante, un amigo o una pareja. Se puede creer que el tiempo sanó la herida y que ya no hay recuerdos que hagan daño, pero si ven que una nueva persona en sus vidas empieza a demostrar conductas similares a la amistad o pareja anterior, volverán los temores porque no se han resuelto realmente. Por lo mismo, el especialista es enfático en decir que los conflictos se deben vivir en el momento adecuado, antes que sea demasiado tarde.

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