¿Es “la mejor amiga” una idea romántica de la amistad?
“No soy la mejor amiga de nadie y aprendí que eso está bien” escribió la publicista y comunicadora Ale Higadera en un artículo para la revista Malvestida. “Estoy segura de que mis amigas me quieren, pero no creo ser LA mejor amiga ni LA gemela del alma de alguien…La mayoría de las personas que me rodean tienen una mejor amiga y la consideran una columna emocional fundamental. Sin embargo, yo no sería capaz de nombrar a alguna que sobresalga de entre todas las demás”. La columna de Ale fue comentada y compartida por varias personas que decían no solo sentirse identificadas, sino también frustradas al no responder a esa forma de vivir la amistad, de una manera tan “romántica”. Porque mucho se habla de la idealización del “amor romántico”, hablamos con fuerza de desmantelar el mito de la media naranja, ¿pero qué pasa con la idea de la amiga incondicional, gemela separada al nacer, que se supone nos debe acompañar en las buenas y en las malas? Tener “tu” amigo o amiga, que te entiende y está para ti siempre, el que te enraiza y te hace pertenecer a algo, es también un tipo de vínculo ideal reafirmado en libros, series y películas. Pero, ¿no apela acaso al mismo deseo? ¿Amar y ser amados por una sola persona, en una relación exclusiva y recíproca? ¿Acaso no es pedirle demasiado a alguien? ¿Qué pasa si no tenemos una mejor amiga o amigo, o si no somos el mejor amigo de nadie?
Para la psicóloga Paulina Mutizábal, parte importante de los factores que influyen en el desarrollo emocional de una persona son los amigos, los cuales toman mayor importancia durante la infancia y adolescencia, donde se pasa más tiempo con ellos. La figura del “mejor” amigo o amiga suele darse en esta etapa; una persona que cumple el rol de confidente y protector, además de producir sensación de bienestar, escucha, cooperación, lealtad y apoyo. Sin embargo, señala Paulina, no necesariamente tiene que ser representado en una sola persona. “Tener un vínculo sano de amistad, donde haya compañerismo y sean confidentes, donde se pueda conectar en un nivel más profundo, donde la amistad se base en el respeto, afecto, reciprocidad, siempre va a ser algo positivo para nuestro desarrollo, pero no tiene por qué estar en un ‘mejor amigo’, pueden ser varios amigos o un grupo. Se puede de hecho no haber tenido nunca un mejor amigo y solo llevarse bien con las personas. También hay personas que no tienen un mejor amigo, y que “no son de amigos”, y sin embargo funcionan en las relaciones interpersonales satisfactoriamente y además, se sienten bien siendo así, que es lo importante.
Paulina advierte también que hay que tener cuidado con idealizar las relaciones en general, porque así fácilmente decepcionan. “Desde pequeños estamos expuestos a las redes o la televisión, donde las películas o monitos te muestran las relaciones de amistad de forma ideal. Por eso, creo importante que conozcamos las creencias que tenemos detrás del término amistad. Por ejemplo, si tengo la creencia de que ‘mi amigo siempre debe estar disponible y acompañarme en todos los procesos’, y mi amigo no cumple con mi expectativa, quizá podría hasta dudar si es un buen amigo o no. Puede que un día necesite de mi amigo en un momento complicado, lo busque y él no esté disponible emocionalmente en ese momento y eso está bien. Algunas amistades nos acompañarán en muchos procesos, y puede que en otro no puedan. En el plano de la amistad, sería nutritivo reflexionar: ¿qué significa amistad para mí?, ¿cómo se ha ido construyendo este concepto en mí? Al final, hay muchas definiciones de “mejor amigo” y todos lo vivimos de distinta manera, pero lo importante es que nos preguntemos cómo cultivamos nuestras relaciones de amistad, ya que finalmente son vínculos especiales que nos hacen sentir bien.”
También es cierto que a lo largo de la vida las amistades se desmantelan con mayor o menor frecuencia, y esas “mejores” amistades de la infancia, adolescencia y juventud, con esa forma intensa de vincularse, quedan atrás por priorizar otros vínculos o simplemente por tomar distintos rumbos en la vida. La periodista Ivannia Cordero vivió esa situación recientemente, al cumplir 27 años ¿Por qué ya no tengo mejor amiga?, se preguntó. “Me di cuenta de que forzaba mucho la relación con una amiga por lograr mantener esa complicidad que alguna vez tuvimos, porque quería tener a alguien con quien compartir todo. Luego, me di cuenta que es un poco extraño querer y tener que coincidir en todo con una persona para considerarla mejor amiga. Hoy prefiero decir que tengo amigos maravillosos, que ninguno es el mejor sobre otro, a veces recurro a uno por un motivo y a otro por distinta razón. Antes creía que tenía sí o sí que encasillar las amistades en una especie de rol, pero ya no es así”. “La figura del mejor amigo va cambiando con la edad por temas propios de nuestro desarrollo” agrega Paulina al respecto. “A mayor edad el concepto de amistad va cambiando y resuenan más las palabras ligadas a este término como intimidad, apoyo, afecto, compañerismo, y por sobre todo, aparece mucho la palabra reciprocidad. Le vamos dando distintos significados. Lo que sí pareciera ser es que se mantiene el sentimiento de un vínculo que hace bien”.
No es el único factor que incide en que la figura del “mejor amigo” se cuestione o no sea tan popular en ciertas generaciones o etapas de la vida. Para Paulina, las redes sociales han facilitado también la construcción de relaciones más superficiales, donde el concepto de “amigo” se ha reducido al de seguidor o contacto. De acuerdo con un estudio reciente de YouGov, la tasa de soledad en los millennials y la generación Z, por ejemplo, es sumamente elevada; una cuarta parte de los entrevistados aseguraba no tener amigos y el 30% registraban no tener la figura de un mejor amigo. ¿Será también que en la era de los vínculos digitales, ya hemos perdido ese tipo de amistad intensa? Existen múltiples investigaciones que han estudiado la amistad, entre las más conocidas están las teorías del antropólogo Robin Dunmar, quien desde los noventa estudia los mecanismos de comportamiento detrás del número y la naturaleza de la amistad. Se ha empeñado en establecer la cantidad de amigos que las personas somos capaces realmente de tener; en términos generales concluyó que cada ser humano tiene entre uno o dos “amigos especiales”, cinco amigos íntimos, 15 mejores amigos, 50 buenos amigos, 150 “solo” amigos y 500 conocidos…es decir, si es por clasificar, hay para todos los gustos. Como dijo la actriz y comediante Mindy Kaling: “mejor amigo no es una persona, es una categoría.”
No tener un mejor amigo o amiga es más normal y esperable de lo que pensamos. Lo concluye Ale Higadera en su famosa columna: “Estoy segura de que no soy la única persona que ve las cosas de esta forma y también sé que el no tener como prioridad a una sola amistad no demerita las relaciones tan maravillosas que tengo con la gente que considero más cercana a mí.”
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