Paula 1148. Sábado 24 de mayo de 2014.
A partir de los últimos 3 meses de embarazo, el mundo exterior se hace presente en el universo acuoso del bebé. Ya no solo duerme en el líquido amniótico de forma pasiva; ahora, la voz de su madre, los latidos de su corazón, la voz del padre, la música que escuchan, el tráfico, las risas, comienzan a ser percibidos intensamente a través de su sistema auditivo. Al reconocer los sonidos aumenta su ritmo cardiaco, patea más fuerte y se mueve. Ahí está el comienzo del aprendizaje.
La doctora en Sicología Genética y Experimental, Annette Karmiloff-Smith, se ha dedicado a investigar el desarrollo cognitivo en el feto y en la primera infancia, y sus conclusiones han cobrado relevancia porque ha logrado demostrar que el aprendizaje es el resultado de la interacción entre factores genéticos y ambientales. En marzo pasado visitó Chile, invitada por el Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión UC (CEDETi UC) para participar en varios seminarios de desarrollo cognitivo, y se explayó sobre lo que ha observado en sus estudios: cuándo y cómo el feto comienza a aprender y cuáles son los factores que afectan el desarrollo temprano.
¿En qué momento del embarazo el feto comienza a aprender?
En los últimos tres meses de embarazo el bebé ya puede escuchar muy bien. Puede percibir auditivamente la voz de su madre, el latido de su corazón, la voz del padre, la música que la madre escucha y cualquier experiencia que la madre tenga. A través de los estudios nos hemos dado cuenta que el bebé es capaz de procesar esa información. Cuando usamos el ultrasonido y, por ejemplo, ponemos Mozart y luego lo cambiamos a Bach, o alternamos un tono de voz masculino con uno femenino, el corazón del bebé empieza a latir más rápido o sus piernas comienzan a moverse. También hemos aprendido que el bebé puede recordar sonidos. Por ejemplo, si la madre siempre ve una telenovela y luego le ponemos la canción de esa telenovela al bebé recién nacido, sus latidos se acelerarán. A pesar de que los sonidos dentro del útero son muy distintos a los de fuera, si le damos a un bebé recién nacido un chupete conectado a un computador y le hacemos escuchar a personas hablando y de repente interviene la voz de la madre, el bebé cambiará inmediatamente la intensidad con la que chupa. Pasa lo mismo con la música, con el lenguaje y con otras cosas que haya escuchado mientras estaba en el útero.
Que el feto pueda hacer esas distinciones, ¿quiere decir que está aprendiendo?
Mi apuesta es que ahí está el comienzo del aprendizaje. El hecho de que el feto pueda hacer estas distinciones sugiere que es un periodo muy importante del aprendizaje. Aún no estamos seguros pero, incluso, podríamos observar diferencias de desarrollo en bebés que nacieron prematuros y que no tenían su sistema auditivo completamente desarrollado al nacer y que por lo tanto no han experimentado estas vivencias auditivas dentro del útero sino recién cuando salen al mundo exterior.
"Los video juegos en que hay que ir planeando lo que va a pasar, y donde hay mucho movimiento involucrado, estimulan el lóbulo frontal del cerebro. ¿Cómo podría ser eso malo? Lo negativo es cuando los niños no hacen nada más. Pero si luego salen al patio a jugar fútbol con sus amigos, no hay ningún problema".
¿Si una guagua no es capaz de diferenciar los cambios en los patrones auditivos estamos frente a un problema?
Eso no se ha estudiado aún desde el punto de vista cognitivo pero sí desde el punto de vista auditivo. Por ejemplo si un bebé está en riesgo de ser sordo porque hay antecedentes en su familia, estos estudios pueden predecir, desde que está en el útero, si podrá escuchar o no. Porque si a los 8 meses de embarazo no muestran capacidad de discriminar los sonidos es muy probable que sean sordos.
¿Qué tan importante es que la madre le hable a la guagua mientras está embarazada?
Es fundamental. Primero, porque genera un lazo emocional importante. Cuando la madre le habla al bebé cambia totalmente su tono de voz, no habla igual que como lo hace con el resto de los adultos. Eso hace que el bebé reconozca a su madre y que se refuerce el lazo emocional. Y segundo, porque en términos cognitivos ese es el punto de partida para que el bebé aprenda el lenguaje.
¿Entonces la importancia es más emocional que cognitiva?
No, yo creo que es igualmente importante desde el punto de vista lingüístico y cognitivo. De hecho, los niños a los que no se les habla como guagua tienden a prestar menos atención al habla humana. Hay un experimento en el que tenemos dos cajas: al apretarlas, en una se escucha una voz hablando como guagua y en la otra una conversación entre adultos. Los niños con autismo no muestran preferencia ni por una ni por otra; en cambio, otros niños aprietan la caja con sonidos de guagua todas las veces. Es eso lo que disfrutan escuchar.
¿Qué formas de estimulación durante el embarazo puede re-comendarles a las madres?
Definitivamente, les recomendaría que canten. Cantar tiene patrones de cambio muy notorios. También que jueguen con la frecuencia, los números y el ritmo. Por ejemplo, que hagan sonidos como golpear la mesa con el nudillo repitiendo patrones de dos en dos y luego de tres en tres, y así ir variando. Eso los ayuda a tener una primera aproximación al concepto de los números. Lo importante es jugar con los patrones de interacción, ya sea con música, con sonidos, con ritmos. No importa si es Mozart o Beyoncé o rap. Lo importante es que el bebé aprenda a discriminar. Impulsar cambios atencionales, contribuye a interesarlos porque a los humanos nos atrae la novedad y a partir de eso aprendemos.
¿Qué es lo que sucede en el cerebro del bebé con estos ejercicios?
Mientras están en el útero no tenemos certeza de qué pasa exactamente, pero con seguridad se generan nuevas conexiones neuronales. Cuando nacen sí podemos observar que al mostrarles cosas aburridas no hay conexiones neuronales, y con cosas interesantes las conexiones se refuerzan.
¿Es posible estimular al feto para que cuando nazca aprenda más rápido o sea más inteligente?
No lo diría de esa manera. Primero que todo, este proceso se produce hacia el final del embarazo; al principio no pasa mucho del mundo exterior hacia el bebé porque hay mucho líquido y no han desarrollado el sistema auditivo. Después sí y es muy positivo estimularlo con cualquier tipo de cambios: acostumbrarlo a un sonido y luego cambiarlo; ponerle cierta música y luego otra. Es posible que eso los haga más inteligentes pero nadie lo ha probado hasta ahora.
Antes de que los niños aprendan a hablar, ¿cómo recomienda interactuar con ellos?
Es importante generar una enorme cantidad de interacción comunicativa. Muchos movimientos de ojos, muchas repeticiones, muchas exageraciones. Por ejemplo pueden jugar con cambios en las sílabas. Algo como: pa-pa-pa/ pi-pi-pi/ pa-pa-pa/ de manera que el bebé esté consciente del cambio en los sonidos. Lo más importante es el comportamiento contingente: o sea, si el bebé hace un sonido, yo lo hago de vuelta. Estoy todo el tiempo tomando en cuenta lo que él hace y le respondo haciendo otro sonido. Es fundamental establecer contacto visual mutuo y lograr que sigan tu mirada. Es una forma de compartir y mostrarle las cosas interesantes y hacer que él también te diga qué le interesa.
¿Hay algunas cosas que las madres deberían evitar?
No creo que sea positivo forzar al bebé a hacer nada. Aprendemos con la interacción y de los cambios, no de forma forzada. No es necesario estudiar cómo enseñar a tu bebé, porque las madres tienden naturalmente a hacer las cosas que estimulan el aprendizaje. No es la idea que la madre se convierta en una sicóloga, hay que hacer que el aprendizaje sea un proceso natural.
¿Hay riesgos de sobreestimular al bebé?
Si la madre sobreestimula todo el tiempo, los niños se encierran en sí mismos y se alejan del mundo. Hay una tendencia a que los niños sobreestimulados desarrollen comportamientos autistas. Las madres tienen que encontrar el límite y dejar que el bebé se relaje. No puedes hacer que el aprendizaje sea un entrenamiento.
¿Cómo se distingue ese límite?
Si sobreestimulas al bebé la reacción va a ser que se va a desligar, se va a quedar dormido o va a romper en llanto porque simplemente está exhausto.
Ha afirmado que un programa de televisión puede ser mejor para el aprendizaje que un libro. ¿Podría explicarlo?
Eso lo dije a propósito para polemizar, pero es cierto. Cuando el bebé es muy chico su sistema ocular es muy sensible al movimiento. Si lo sacas a pasear va a fijarse en el movimiento de los árboles, de los autos. Si le pones en frente algo estático no va a prestar atención porque no pueden hacer separación entre figura y fondo. Por eso, si le das a un bebé pequeño un libro, lo que podría interesarle es el sonido de las páginas, no su contenido. Pero si lo haces ver un programa de televisión en el que hay, por ejemplo, un objeto que aparece y desaparece, los ojos del bebé se van a mover a través de la pantalla siguiendo ese objeto; eso es mucho mejor que un libro que no cambia. Por esto es que hasta cierta parte del desarrollo algunos programas de televisión son mejores. Más tarde hay que hacer la combinación. Lo riesgoso es cuando los padres usan la televisión como niñera.
¿Cómo saber si un programa de televisión sirve para estimular el aprendizaje de una guagua?
Hay que pararse al lado del televisor y fijarse en los ojos del bebé. Si están fijos, sin movimiento, mirando a la mitad del televisor, entonces el programa no sirve de nada; si se están moviendo de un lado para el otro, siguiendo lo que está pasando, entonces es positivo. La idea es que sean partícipes activos y no observadores pasivos.
Hoy los niños aún antes de hablar juegan con el tablet o el iPhone. ¿Es beneficioso el acceso temprano a la tecnología?
Depende de lo que hagan con eso. Si eso es todo lo que tienen para entrenerse, no es bueno. Hay que tener variedad de estímulos. No creo que sea negativo en sí mismo. Es parte del mundo actual. Hemos estudiado que niños que juegan cierto tipo de video juegos tienen mejor aprendizaje espacial. Los video juegos en que hay que ir planeando lo que va a pasar, y donde hay mucho movimiento involucrado, estimulan el lóbulo frontal del cerebro. ¿Cómo podría ser eso malo? Lo negativo es cuando los niños no hacen nada más. Pero si juegan un rato video juegos y luego salen a jugar fútbol con sus amigos, no hay ningún problema.
Como parte de sus investigaciones sobre el desarrollo cognitivo en niños con trastornos de aprendizaje, Annette Karmiloff-Smith visitó Chile para colaborar con el equipo de neurosicología del Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión (CEDETi UC) en un proyecto financiado por FONDECYT y apoyado por The British Academy, donde se busca desarrollar juegos en iPad para evaluación de niños con síndrome de Williams, síndrome de Down y síndrome X frágil. Si conoce un niño de entre 3 y 12 años que tiene uno de estos diagnósticos y quiere que participe en la investigación, puede comunicarse con Josefina Bunster al mail jbunste1@uc.cl o al fono 2354 1520.