Cuando se habla de fitness, se suele pensar en deporte, ejercicios físicos y vida sana, los cuales son fundamentales para un buen vivir. Pero, no solo el cuerpo puede estar en forma, la mente también se puede poner fit. El fitness mental apunta a mantener la capacidad cognitiva de las personas andando para evitar problemas como el Alzheimer, la demencia senil y otros deterioros de las funciones cerebrales.
Según quienes practican e imparten cursos que sirven para fortalecer la mente, se trata de trabajar para estar cognitivamente fortalecidos, lo que sería tan importante como trabajar para tener un cuerpo saludable. De buenas a primeras, podríamos pensar que basta con hacer crucigramas y Sudokus para fortalecer la mente, cosa que muchos adultos mayores hacen para mantenerse mentalmente activos, pero la verdad es que va mucho más allá de eso y hacerlo involucra incluso qué comemos.
Según la teoría del fitness mental, de la misma manera en que las personas nos enfermamos si no mantenemos un ritmo de ejercicio o una dieta balanceada, podríamos sufrir a nivel cognitivo si no ejercitamos el poder mental. Y en un país como Chile, donde la Encuesta Nacional de Empleo, Trabajo, Salud y Calidad de Vida apuntó como los principales síntomas o problemas de salud declarados por los trabajadores a aquellos del ámbito de la salud mental, esto cobra especial relevancia. Más aún cuando los principales síntomas o problemas de salud que declararon los trabajadores nacionales se refiere en un 30% a una sensación continua de cansancio y a un 21% a sentirse melancólico, triste o deprimido por un periodo de al menos dos semanas en el último año.
Está todo relacionado
Tener una buena salud física aporta a una buena salud mental, de acuerdo a la ciencia. Al ejercitar el cuerpo mejora el flujo de oxígeno que llega a cerebro, así como la producción de químicos que ayudan a que nos sintamos mejor, como es el caso de las endorfinas. Además, a través de ciertos ejercicios físicos que involucran destreza y precisión, se trabaja también la mente.
Esta tesis fue corroborada en 2011 por científicos de la Universidad de Duke, quienes en la investigación Beneficios a corto y largo plazo del entrenamiento cognitivo concluyeron, entre otras cosas, que “el entrenamiento físico no solo tiene un efecto en las habilidades para las que se entrena, sino que también en habilidades que no están siendo explícitamente entrenadas”. Los investigadores agregan que, aunque no fue fácil demostrarlo, hay un cúmulo de evidencia que indica que es posible que un entrenamiento físico de resultados también en el dominio de lo cognitivo.
Por otro lado, el Diario de Oncología Psicosocial publicó en 2012 un estudio llamado Evaluar la relación entre las actividades de aptitud física, la salud cognitiva y la calidad de vida entre los sobrevivientes mayores de cáncer, en el que se postula que, durante las primeras quimioterapias, cuando los pacientes no podían mantener un estilo de vida activo, la salud cognitiva era inferior a la de aquellos que habían terminado la quimioterapia. Asimismo, en la medida que las actividades físicas iban en aumento, los pacientes mostraban mejores resultados cognitivos.
Formas de ejercitar la mente
La mente, en forma separada del cuerpo, por así decirlo, se puede entrenar de distintas formas. Según la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, es importante, en primer lugar, seguir aprendiendo, incluso una vez que sentimos que ya estamos muy viejos para estudiar. Quienes después de cierta edad prefieren no estudiar, pueden aprender de otras formas, como adoptar un nuevo pasatiempo, aprender nuevas técnicas, hacer voluntariados, o incluso enseñar lo que sabemos a nuevas generaciones.
Desde el gobierno australiano, en tanto, recomiendan a sus ciudadanos mantener una vida social activa, llena de conversaciones estimulantes, así como revisar los diarios para estar al día con los temas que importan en la propia comunidad y en el mundo. Es importante saber de qué estamos hablando y tener de qué hablar, para que cuando los amigos se juntan, las conversaciones ayuden a fortalecer la mente.
Lo importante es mantener la mente ocupada no solo en cosas triviales o cotidianas, sino en cosas que le parezcan interesantes, incluso luego de haber jubilado o durante las vacaciones. En un viaje, por ejemplo, probar recetas locales es una manera interesante de expandir la mente, y si es que no, siempre es bueno dejar atrás mañas o preconcepciones respecto a la comida, pues probar cosas nuevas también ayuda a mantener la mente ágil.
Así como no hay que dejar estar al cuerpo por mucho tiempo, pues lleva a problemas de salud, es bueno estar preocupados de qué estamos consumiendo y qué estamos haciendo para mantener la mente ágil y motivada a seguir aprendiendo y descubriendo todo lo que el mundo ofrece por descubrir.