Fototerapia para combatir la depresión estacional
Durante el otoño y el invierno, la disminución de la intensidad de la luz solar provoca en muchas personas un notorio bajón de la energía, irritabilidad, trastornos del sueño y del apetito; lo que se conoce como Trastorno Afectivo Estacional o Depresión Estacional. Para combatirla, algunos siquiatras recomiendan esta terapia de uso doméstico, que no es más que la exposición diaria, durante algunos minutos, a una máquina que replica algunas de las propiedades de la luz del verano.
Paula 1177. Sábado 4 de julio de 2015.
Durante el otoño y el invierno, la disminución de la intensidad de la luz solar provoca en muchas personas un notorio bajón de la energía, irritabilidad, trastornos del sueño y del apetito; lo que se conoce como Trastorno Afectivo Estacional o Depresión Estacional. Para combatirla, algunos siquiatras recomiendan esta terapia de uso doméstico, que no es más que la exposición diaria, durante algunos minutos, a una máquina que replica algunas de las propiedades de la luz del verano.
También llamada luminoterapia o terapia de luz, la fototerapia es el primer tratamiento recomendado a quienes sufren de Trastorno Afectivo Estacional (TAE), como se le llama a la depresión estacional o invernal, que en Chile se da entre fines de abril y comienzos de septiembre, debido a que el organismo recibe una menor cantidad e intensidad de luz natural, que afecta el funcionamiento químico de algunos neurotransmisores y de la hormona melatonina. Esto, a su vez, altera el ciclo circadiano, sistema encargado de sincronizar todos los ritmos biológicos.
La fototerapia debe ser indicada por un siquiatra. Es necesaria su supervisión, ya que se deben controlar los efectos del tratamiento y guiar al paciente en su dosificación. Después de un tiempo, las personas aprenden a administrarla solas.
La importancia de la luz
En verano, la luz del sol es brillante, rica en fotones, que a través del nervio óptico y de la glándula pineal (en el centro del cerebro) estimulan la producción de serotonina, neurotransmisor responsable del estado de ánimo y de la energía, y regula la secreción de melatonina, hormona responsable del ciclo del sueño. En invierno, en tanto, los fotones se vuelven opacos y llegan en menor número a la retina, confundiendo al sistema circadiano y generando perturbaciones en la secreción de serotonina y melatonina, disminuyendo la primera y aumentando la segunda. Este escenario, desfavorable para algunas personas, provoca una baja del ánimo y pérdida de vitalidad, sensibilidad emocional, aumento del apetito de carbohidratos (su consumo incrementa la producción de serotonina), un decaimiento especialmente vespertino (al atardecer la persona se siente peor y al amanecer, mejor), aumento de tiempo de sueño nocturno y somnolencia durante el día.
¿Cómo funciona?
La máquina de fototerapia, generalmente de tecnología led, emite una luz brillante rica en fotones y cuya intensidad se mide en lux. La luz de la fototerapia contiene entre 5 y 10 mil lux, similar a la del verano (la luz opaca de invierno solo tiene unos 500 lux). Estos impulsos lumínicos ayudan a regular el sistema circadiano, ya que tienen características similares a la luz natural del verano, dándole señales al cuerpo de que es de día y que necesita mayor energía.
Terapia diaria: la máquina debe usarse todos los días en la mañana después de despertar, mientras se realizan actividades cotidianas como desayunar, leer el diario, revisar correos electrónicos o ver televisión. También se puede usar en la oficina, ya que los equipos disponibles son pequeños. El tiempo de uso dependerá de las indicaciones del siquiatra y la intensidad de la luz, pero varía entre 15, 30 o 60 minutos.
Cómo se instala: la máquina o "lámpara" debe estar sobre una superficie plana, entre 50 y 90 cm de distancia de la cara, en forma lateral y con cierto grado de inclinación (entre 30° y 45°, dependiendo del modelo). No se debe mirar directamente la fuente lumínica.
Resultados: en cuatro sesiones ya se sienten los cambios y después de diez hay una mejoría marcada del ánimo, se normaliza el sueño, disminuye la hipersensibilidad, se regula el apetito y aumenta la sensación de bienestar subjetivo, es decir, las personas se sienten más conectadas con el mundo y con mayor capacidad de disfrute.
Efectos secundarios: pasajeros, algunos efectos secundarios son dolor de cabeza, fotopsia (sensación de ver manchas) y fatiga visual. No se debe realizar en la tarde, ya que puede provocar insomnio, ni tampoco excederse en los minutos recomendados de exposición, ya que puede producir hipomanía o exaltación del ánimo.
Máquinas disponibles en Chile
De luz azul: el equipo Golite Blu, de Philips, utiliza ondas de luz de la gama azul, con una potencia similar a 10 mil lux. Tiene tres niveles de intensidad, timer, alarma y tres adaptadores para el enchufe. Su batería de litio recargable dura tres días con uso diario promedio de media hora. $ 195.000 en importadora Edsa. Cel 9076 3385, www.luminoterapia.cl
De luz blanca: la máquina Litebook Elite tiene led blanco de 10 mil lux. Eléctrica, tiene batería recargable de litio, indicador de carga y timer. $135.000 en RCTEC, Ingeniería Médica. Luis Thayer Ojeda Sur 183, of 410, fono 22333 1197, www.rctec.cl
La mantención del horario de verano no incide en la depresión estacional, salvo en personas vulnerables con perturbaciones anímicas muy pronunciadas, dicen los especialistas consultados
En Amazon se pueden encontrar otras marcas y también los llamados simuladores de amanecer, aparatos similares a una lámpara con reloj despertador, que a una hora determinada se encienden lentamente, imitando un amanecer. Su uso tiene efectos parecidos a los de la fototerapia. De US$ 60 a US$150, aproximadamente, más costos de envío.
La primera indicación para el TAE es la fototerapia. Si esta no da resultados positivos en aproximadamente 15 sesiones, el siquiatra evaluará el uso de fármacos.
Para la elaboración de este artículo se entrevistó a los siquiatras Luis Risco, director de la Clínica Siquiátrica de la Universidad de Chile y vicepresidente de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía, y a Juan Andrés Prato, médico de la Clínica San Carlos de Apoquindo y profesor asistente de la Universidad Católica de Chile.
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